Mi sumiso

493 60 15
                                    

Le escuché hablar solo al irme de su habitación, era casi como una queja, intentaba llorar y de pronto solo silencio se hizo presente. Ahora que había aceptado mis reglas, no me sentía del todo emocionado, no sabía nada sobre este Omega y es interesante pensar sobre su vida, ¿por qué de pronto tanto interés? Jamás había tenido interés hacia algún Omega, ¿que lo hace tan especial? Sera sus bellos ojos azules, sus hermoso cabellos rubios, su rostro angelical que se ve también cuando lo hago mío, sus sonrojos y sus labios mojados.

El no lo sabe pero lo deseo tanto, me siento atrapado por belleza, deseo tenerlo sobre mi, estar entre sus piernas y hacerlo mío. Le enseñaría a ser mi sumiso, a corresponder todas mis reglas, debía aprovechar y cautivarme. Deje de pensar en el, mi entrepierna se había alborotado así que me dirigí a la habitación donde descansaba.

-¿Estás despierto?-.  Pregunte, tocando la puerta.

-Sí-. Al recibir su respuesta, entre encontrándolo sentado en el suelo.

-¿Te sientes mejor?-.

-Sí, amo-. No era mentira, de verdad estaba dispuesto ha todo con tal de saber de sus amigos, ¡joder me excitaba tanto! No dije nada al respecto, simplemente me acerque un poco más y me senté en la orilla de la cama, quedan un poco de frente con el.

-Cuando haces caso a mis órdenes, todo marcha bien, ¿a qué no Gustabín?-. El no hablo, simplemente asintió, la situación me empezaba a gustar, podría probar un poco.-Ven aquí-.

Lo llame y el se levanto, para así mismo caminar hacia mi, tan obediente, tan hermoso con su pálida piel, usando mis prendas y arrastrando ese pantalón de pijama, con las mangas cubriendo sus manos. Me levanté del colchón, con ambas manos sujete sus mejillas y lo acerque a mi, subí un poco el pasamontañas y bese sus labios con delicadeza, una sensación agradable recorrió mi cuerpo, él seguía mi beso y entonces si aroma cambio, era agradable y dulce.

Nos quedamos así por un momento, hasta que finalmente el aire hizo falta, note un sonrojo en sus mejillas blancas, sus ojos estaban decaídos y yo solo podía rogar para que esté Omega me perteneciese para siempre.

-Bajaras a comer, después te esperaré en mi habitación-.

-Sí amo-.

Me retire de allí, el solo se recostó de nuevo en la cama. Suspiré, realmente algo me sucedió, sentir el tacto de sus labios sobre los míos, me encantaba y no podía quitar de mi mente sus ojos, tal vez me estaba volviendo loco, adicto a su aroma y cercanía, lo quiero todo para mí. Pero también, pensé en su expresión, sin una sonrisa que mostrar, completamente callado y con los ojos pequeños y ojeras adornando su rostro, ¿estaré haciendo mal? Realmente esto que siento por él es malo, interesarme en alguien como el, solo traería problemas, no solo porque cualquiera podría hacerle daño, sino porque él me odia, lo puedo sentir y eso me enfada. Le enseñaría que conmigo no tiene nada que perder, que podríamos tener una relación simplemente física, los sentimientos no se interpondría en nuestros caminos.

Gustabo:

Me odiaba, quería lanzarme por la ventana y morir. Había accedido una vez más a el, pero ese había sido el trato, lo que más odio de todo, es que no pude despegar mis labios de los suyos, ver la mitad de su rostro, sus labios perfectos, susu malditas facciones bonitas que alcance apreciar. Sus feromonas que hacen temblar mis estúpidas piernas, me siento como un auténtico Omega y eso me causa repulsión.

Salí de la habitación y me dirigí al comedor, la comida estaba servida y Jonh desaparecía del lugar con su típico porte elegante. Olía bien, hace tiempo que no tenía comida en una mesa, caliente y en plato, no solo olía bien, ¡sabía delicioso! Comencé a comer como un cerdo, dejando el plato limpio. Una vez lleno, sabía que vendría un mal momento; me dirigí a la habitación del viejo y toque tres veces seguidas, escuchando un "pase", estaba allí parada viendo por la ventana, con su estúpido pasamontañas, estaba vestido con una camisa blanca que hacía remarcar sus músculos y ese pantalón negro que hacía notar otra cosa.

-¿Has comido todo?-.

-Sí amo-.

-Bien acércate y retira tu ropa-.

Todo esto es por ti Horacio, sabré en dónde estás e iré por ti. Hice caso, la vergüenza me invadía y el me observaba atento, termine de quitar todo y el retiro su camisa, se acercó a mí y la coloco.

-Te vez bien, la camisa hace resaltar tu piel blanca, tan suave y exquisita-.

¡Menos charla estúpido Alfa! Pensé. Realmente me estaba conteniendo a no escupirle en la cara. Me tomo del brazo y me ordeno que tomara asiento en la cama, tenía miedo, había tenido sexo con el anteriormente y aún tengo pavor. Nuevamente vendo mis ojos con una corbata negra y solo sentí sus manos recorrer mis muslos, algo húmedo los recorría supuse que se trataba de su lengua.

~A-Ahhh~

-Shhh, solo disfruta-.

Mi cuerpo se estremecía al sentir su húmeda lengua pasar por mis piernas e ingles. Me alarmó el sentir laminadas en mi miembro, ¿¡realmente estaba pasando!? De pronto su boca ya estaba dentro de mi miembro,  succionaba y masajeaba.

~Mgh~

Intente acallar mis jadeos pero era imposible, Conway estaba siendo complaciente y entonces se detuvo y algo me alarmó.

~¡Ahhh! N-no hagas...~

-No te he dado permiso de hablar-.

Su lengua lamía mi entrada, podría ser asqueroso para mí, pero también existante, estaba seguro que mi entrada chorreaba de lubricante y saliva, el se detuvo y comenzó a introducir sus dedos en mi.

~A-hhh...hhh~

Mis piernas se posaban en sus hombros y el realizaba un trabajo excelente, embestía con sus dedos mi entrada y lamia mi miembro al mismo tiempo, no comprendía porque hacía aquello, realmente me gustaba y estaba apunto de correrme.

-V-Voy ahhh, venirme...-.

Jalo unas cuantas veces más ni miembro, hacia arriba y abajo y finalmente, pude correrme.

~Ahhh~

-Siente mi rostro, me has hecho sudar, realmente haces que me esfuerce Gustabo, espero lo mismo de ti-. Tomó mi mano y la posó en su mejilla, ni corazón se aceleró en cuanto un pequeño beso era dado en mi palma.

-Sí amo-.

-Es todo, puedes limpiarte en el baño de mi habitación y tomar ropa-.

Asentí y el se quitó de encima, escuché la puerta cerrase y retire la corbata de mis párpados, su camisa olía a el, su aroma que me mareaba y a la vez odiaba.

¿Qué demonios me pasa?



















































































Espero que les agrade la narración, quiero que la historia tenga un poco más de intensidad. (◍•ᴗ•◍)❤

Remin

Tuyo 2 (Intenabo) FINALIZADA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora