Tuyo +18

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La vida de madre era dura, sin duda una tarea completamente difícil. Había pasado unas semanas desde que la pequeña Jacky había llegado, cuando al fin abrió sus ojos, llore de emoción al contemplar sus bellos ojos azules como los míos, era una perfecta combinación de Conway y yo. Después de alimentaria, la recoste en su pequeña camita, dormía plácidamente y su cara era tan angelical, adoraba contemplarla dormir. Hace poco supo de Segismundo y el al igual que yo, tendría un hijo. Yo no era el destinado de Conway, sin embargo mi bello ángel que dormía, de encargo de unirnos y nuestro amor, se volvió tan fuerte, que jamás pensaría en volver a huir de su lado.

-Por fin a dormido-. Conway llegó.

-Así es, es cansado cargarla todo el tiempo-.

-Por fin un momento para ambos-. Se acercó a mí, besando mi nuca.

-Ha pasado un buen tiempo y no hemos tenido relaciones-.

-Solo si tú quieres, podemos intentarlo-.

Mi cuerpo respondía a su tacto, pero mi inseguridad no. Mi cuerpo ya no era el mismo, después de un parto, sin duda estaba cambiado. ¿Y si Conway me rechazaba? Quedaría como estúpido.

-N-No lo sé, yo... Sabes que mi cuerpo no es el mismo-.

-No se de que hablas, para mí sigues siendo precioso y exquisito. No me importa si eres demasiado delgado o si tengo que llevarte rodando a la cama, te amo y me encantas, tal como eres-.

-Entonces, hazme tuyo ahora mismo-.

Me veo el la obligación de narrar esto, quiero describir no solo a detalle, si no también las emociones de ambos. A Conway lo veremos en el epílogo. Ahora sí los dejo con la lectura.

Las manos de Conway viajaban por el cuerpo blanco y delgado de Gustabo. Besos silencioso recorrían el cuello desnudo del rubio, quién se giró para encontrarse cara a cara con aquel Alfa lujurioso que lo miraba con ojos de hambre y pasión, en un movimiento rápido, subió sus piernas en el, enredando las y rozando sus partes íntimas. Conway lo llevo consigo a su habitación, cerró la puerta con su pie y se dirigió a su lecho, recostó el cuerpo de Gustabo en la suave cama y lo despojo de sus prendas, siendo tiradas por todo el suelo. No espero más y el mismo, retiro todas sus prendas bajo la atenta mirada de su amado.

Regreso a su posición y el rubio entendió aquello, abrió sus piernas lo más que pudo, su entrada estaba realmente mojada, sus mejillas rojizas y los ojos brillantes miraban a Conway con tanto amor y sensualidad, el pelinegro se acercó amenazante a el y lamió sus muslos causando espasmos a el contrario, Gustabo tomaba sus hebras negras y tiraba de ellas ante tanto placer, echando la cabeza hacia atrás y mordió su labio inferior cuando algo húmedo y pequeño se introducía en su entrada. Conway jugaba con su lengua por toda la entrada húmeda del rubio, extasiado ante los sonidos lujurioso que salían de Gustabo.

~Ahhh~

Conway continuo por un camino de besos hasta llegar a los labios inchados de Gustabo, lo beso con avaricia y sus lenguas se cruzaron, ocasionando besos escandalosos, sus miembros rozaban y Gustabo meneaba las caderas para sentir más contacto, la habitación apestaba de vainilla y vino, dulce y amargo a la vez. Tan exquisito y deleitoso, que embriagaba sus sentidos al respirar, Conway introdujo un dedo en Gustabo, moviéndolo en círculos estimulado y causando sensaciones perfectas en el rubio, quién se contenía por no gemir más alta, Conway se dio cuenta de aquello, mordiendo los pezones rosados de este.

~Ahhh... Conway~

Sonrió victorioso, dos dedos eran ahora, abriendo y cerrando ambos, Gustabo temblaba ante el acto, sus piernas desnudas temblaban sobre la cama, se alerto al notar que Conway las había tomado y abierto, posando cada una sobre sus hombros. Se preparó para el momento, el miembro de Conway entraba poco a poco en el, sintiendo que su entrada de abría.

~Ahhh, m-mierda~

~Sigues tan estrecho~

~Solo metela ya~

Con movimientos delicados profano a Gustabo, quién se retorcía ante el placer y el dolor, Conway entro de una, escuchando los dulces gemidos de su amado, se acercó a él, besando su cuello, mordiendo y rozando sus colmillos por la zona de la marca, las embestidas eran lentas pero placenteras, Gustabo se aferra a los hombros del pelinegro, arañando sin cuidado alguno, hilos de saliva recorrían su barbilla, arqueo su espalda al sentir como los movimientos eran más bruscos y delicioso, el mismo tomó su miembro y comenzó a masturbarlo, necesitaba más placer y Conway también, así que metió dos dedos en la boca de Gustabo, quién lamió con lujuria y recorría su lengua sobre estos.

~C-Conway...~

Conway salió de el, le dio la vuelta y volvió a entrar de una, Gustabo apoyo su pecho en las sudorosas sábanas y elevó su trasero para ser mejor profanado, Conway tomó su trasero apretando y embistiendo una y otra vez, se deleitaba ante el choque de sus pieles, al ver a Gustabo aferrado a las almohadas y gritando por más, repitiendo su nombre. Beso su espalda mojada y contempló su miembro dentro de la entrada del rubio, donde chorreaba de lubricante y chapoteos se escuchaban.

~Voy a correrme... Jack...~

Conway embistió aun más fuerte, el también estaba apunto de llegar al orgasmo perfecto, tomo el miembro de Gustabo y lo masturbo rápidamente, ambos se corrieron al mismo tiempo, cayendo sobre el colchón.

-E-Eso me encantó-.

-Quiero seguir-. Pidió entre jadeos el rubio.

-¿Estás seguro?-.

-Sí-.

Gustabo se levanto con dificultad, posándose sobre Conway, quién lo miraba asombrado, movió sus caderas con sensualidad, su entrada mojada rozaba sobre el miembro de Conway, que se comenzaba a poner duro de nuevo, Gustabo sonrió ante lograr su cometido, tomó el miembro de su amado y lo introdujo en el, comenzó a dar pequeños saltos sobre el y moviéndose hacia adelante y atrás, Conway gruñía de la excitación, ver el rostro rojo y sudoroso de Gustabo, y verlo cerrar sus ojos le maravillaba sin duda.

La noche transcurrió, satisfaciendo lo que no pudieron hacer en un bien tiempo, pero esta vez, ambos haciendolo con amor, entregándose con cariño y no por compromiso. Sus cuerpos eran cubiertos por mantos de pasión, ambos degustando de sus aromas y piel, amándose ante cada tacto y roce.


















































































Remin

Tuyo 2 (Intenabo) FINALIZADA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora