Jacky

406 44 7
                                    


Sin duda la vida estaba llena de sorpresas, las decepciones eran constantes, pero la oportunidad de volver a sonreír no la desperdiciaría, ni hoy ni nunca. Los meses se fueron tan rápido, el cielo despejado siempre me acompañaba en las mañanas tranquilas, pequeños pajaritos me visitaban en el balcón, jamás había sentido tanta paz. Pero ya era hora, era el momento en el que nuevamente mi vida se transformará, los pasillos por los que me llevaban eran largos y blancos, las ventanas dejaban entrar la luz del sol, el olor a suero invadía mi nariz y el dolor en mi vientre crecía, era empujado en una silla de ruedas por una enfermera, a su lado Conway se encontraba histérico, solo escuchaba el latir de mi corazón por unos instantes y había un enorme miedo recorrer mi cuerpo, en serio quiero abandonar todo e irme, pero era el momento, pronto lo tendría en mi brazos.

Una palabra y todo mi cuerpo era recorrido por dolores, el peso de mi barriga me dificultaba moverme, solo intentaba respirar de forma normal, hasta que llegáramos a donde tendría mi parto, Conway balbuceaba cosas sin sentido, quiera golpearle la cara por ser tan dramático y no hablar bien, llegamos finalmente, los nervios regresaron y mi miedo creció, pero debía ser fuerte. Me subieron a una camilla, Conway rogo para estar cerca de mí y eso simplemente me hizo sentir alivio.

-Gustabo estaré aquí contigo hasta que nazca-.

-Gracias-. Pronuncie como pude.

-Bien, señor por favor, colóquese del lado izquierdo, necesitamos visibilidad del monitor para saber el pulso de su Omega. Gustabo necesito que respires tranquilo, hagas el esfuerzo de pujar cuando yo te lo indique, ahora recuéstate bien y espera mis indicaciones-.

Asentí a todo, Conway acató toda indicación, era extraño, viniendo de el, pues normalmente no se dejaba dominar por nadie, claro excepto yo. Me recoste mejor, con ropa de hospital puesta, una manta cubriendo mi barriga hasta mis rodillas, sudaba con frecuencia, el dolor aumento, podía sentir mi cadera abrirse, tome como pude la mano de Jack, la apreté con fuerza enterrando mis uñas en ellas.

-¡Ahhh! No puedo más, m-me duele horrible-.

-Necesitamos que dilate más-. Hablo una enfermera, que se había posicionado frente a mi, inspeccionando mi parte íntima.

-¡Conway ya no puedo, dile a este mocoso que salga ya!-.

-Gustabo tranquilo, respira, pronto acabará todo-.

-Llama a H-Horacio, por favor-.

-¿Ahora?-.

-¡Sí ahora!-.

-Bien-.

Necesitaba escuchar la voz de mi hermano, si algo podía relajarme en ese momento eran las palabras de Horacio.

-Toma-. Extendió su móvil y lo tome como pude, el dolor se intensificaba y me sentía demasiado débil.

-H-Horacio-.

-Gustabo, dijiste que me llamarías con tiempo, ¿por qué me haces esto? Quería estar contigo-.

-Nos tomo, por sorpresa lo siento de verdad osito, solo quiero escuchar al menos tu voz y saber que estás conmigo-.

-¡Ahhh!-.

-¿¡Gustabo!?-.

Ya es hora!-.

No pude colgar, ni pronunciar una palabra más, mi cachorro estaba comenzando a salir, podía sentir mi entrada abrirse con dolor, tome la mano de Conway con fuerza y el se apego a mi.

Conway

El momento había llegado, su frente sudaba y apretaba mi mano con mucha fuerza, podía jurar que destrozaría mis dedos en cualquiera momento, no lo negaría tenía mucho miedo, Gustabo sufría demasiado, las enfermeras le apoyaban con palabras, yo simplemente permanecí mudo.

-C-Conway, no puedo más-.

-Gustabo, puedes hacerlo, eres el omega más valiente que he conocido, has pasado por tantas cosas y esto, solo un reto más que afrontaras conmigo, es nuestro hijo, por fin sabremos su sexo y lo tendremos en nuestros brazos. Te amo y no te soltaré hasta que el pequeño salga-.

-Eres un c-cursi-.

-Pero así me amas-.

-No p-puedo evitarlo viejo-.

Ambos reímos, baje la mascarilla que pidieron que utilizará y bese su frente mojada, Gustabo tomó fuerza, las enfermeras indicaron que faltaba poco para que saliera, solo debía pujar un poco más.

-¡Ahhh!-.

-¡Solo un poco más!-.

-¡AHHH!...-.

Un llanto y un gritó de felicidad por parte de el personal presente nos alarmó. Había nacido, estaba aquí, mi hijo, el motivo por el cual el amor entre yo y Gustabo se había echo tan fuerte, mi nuevo mundo, mi nueva felicidad. La enfermera envolvió en una manta a ese pequeño ser cubierto de sangre, quién lloraba y se movía con desespero.

-Es una niña-. La enfermera entrego a mi cachorrito, quién se removía en el bultito de manta. Gustabo lamía su carita instintivamente, limpiando su rostro.

-Viejo, es tan hermosa, joder se parece a ti-.

-Gustabo, eres un anormal, déjame verla-. Gustabo descubrió su rostro.

Era lo más hermoso que había visto, tan pequeña y adorable, sus pequeños cabellos negros pegados a su frente, sus manitas rojas y blancas, era tan preciosa que no podía evitar mirarla, mis ojos picaban y es que no podía evitarlo, realmente quería llorar. Gustabo la extendió hacia mi, con sumo cuidado la tome entre mis brazos, era tan delicado en mis movimientos, no quiera lastimarla. La tenía conmigo al fin, una pequeña tan fuerte y encantadora, sin duda era igual a mi, prometo cuidarla con mi vida, no dejaré que ningún cerdo se le acercase, por sus facciones finas como las de su madre, puedo asegurar que es una omega. Oh mi pequeña, te cuidare tanto para que jamás te tengas que cruzar como un tipo, como yo o al menos, como lo solía ser.

-¿Ya pensaste en un nombre?-. Pregunte al soñoliento Gustabo.

-Jacky, ese será su nombre-.

-Me gusta, es igual al mío-.

-Felicidades, pero tengo que llevarla ya-.

-Bien-.

Entregué a mi hija, observé cómo se iban con ella en brazos y dirigí mi mirada a Gustabo, quién tenía su mirada fija hacia la nada, con una sonrisa tan hermosa que sentí necesidad de besarlo con todas mis fuerzas.

-¿Te encuentras bien?-.

-Oh si claro, solo tengo la cadera destrozada y mi entrada completamente echa mierda-.

-Entonces no es grave-. Ambos reímos, como solíamos hacer cada que hablábamos gilipolleces.

-Quien hubiera imaginado, que terminaría enamorado y con un hijo tuyo-.

-Se que odias este tema, pero es serio lamento haberte destrozado la vida-.

-¿Lo dices de coña, no es así? Me has dado el regalo más maravilloso, esa niña es preciosa, seguro será hermosa y fuerte, como tú-.

-Gustabo espero algún día me aceptes como tú Alfa oficial-.

-Esa pequeña es evidencia de que lo eres, no necesito una marca para ser tu omega, porque creeme que no quiero a nadie que no seas tú-.

-Te amo anormal-.

No espere más, me acerqué a besarlo con tanta pasión y amor, cometí errores y pude remediarlos, obteniendo una verdadera familia, mi familia. Por fin, después te tanto sufrir, puedo sonreír con paz.



















































































Perdón por tardar xd. Tal vez mañana suba un capítulo más y el final. :(

Tuyo 2 (Intenabo) FINALIZADA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora