Mi hermano

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Las cosas con Conway eran extrañas, un día lo odiaba y quería matarlo, y otro día reía con él como si fuese mi amigo de toda la vida. Simplemente extraño, me sentía más tranquilo al tenerlo un poco más cerca, me tranquilizaba su aroma y mi omega no jodía constantemente, talvez podía dejar pasar todo lo anterior y comenzar desde cero con el, tratar de llevar una relación más estable y serena. Pude notar que el estaba decidido a cambiar, la vigilancia había bajado, me hablaba en un noto más amigable, incluso platicaba conmigo de como conoció a John y por lo visto, los dos eran grandes amigos.

Comenzó a dame hambre, desde que vivo en esta enorme casa puedo comer cuando desee, eso era una gran ventaja y ahora mismo, deseaba comer pizza y Conway no podía negarme aquello. Me dirigí a su habitación.

-Oye viejo, quiero una pizza-. Abrí la puerta y el no se encontraba.

Salí del lugar y me dispuse a buscarlo por todo el lugar, sala de estar, comedor y cocina, recordé que el solía salir a sus asuntos y este era una ocasión de aquellas al perecer. Camine por el largo pasillo hasta llegar a las escaleras, todo olía a el, su esencia estaba impregnada en mi, mi instinto Omega cae rendido ante el, algo decepcionante y extraño, jamás había sentido una conexión tan cercana con un Alfa, Conway era un hombre lleno de secretos, alguien que resiste el demostrar cariño, hay tanto que deseo saber de el, que lo llevó a ser un viejo amargado y mafioso, pero sobre todo, saber porque el gusto a la sumisión.

Escuché su voz, audible y gruesa, el había llegado. Quise acercarme, pero su rostro se veía preocupado, hablaba por teléfono y venia hacia mi, rápidamente corrí a mi habitación, escuché con atención sus pasos y el cerrar de una puerta, el se había metido en su pequeña oficina. Sigilosamente salí y me acerqué a la puerta, escuchando atentamente lo que decía.

-No puedo creerlo, ¡eres un idiota Volkov! Acabarás lastimando más a ese pobre Omega-.

Volkov, con ese tipo se fue mi hermano, ¿Lastimó a mi hermano? Si es así, lo mataría.

-Es más serio de lo que pensé, no tengo idea de cómo ayudarte, es la cosa más estúpida que has hecho, viniendo de ti, me sorprende. Por supuesto que no le diré a Gustabo, intentará una estupidez-.

Estaba apunto de entrar, golpearle la cara pero entonces...

-¡No se te ocurra matarlo como a los demás!-.

Mi respiración se acortaba, me sentí mareado, mi corazón palpitaba con fuerza, mi mente se perdía entre aquellas palabras. Mi hermano, no, el no. ¿Por qué deje que me convencieras? Fue una estupidez, me aleje de la puerta, caminaba con dificultad, mi vista se nublaba, llegue como pude al cuarto de baño, para echarme un poco de agua en el rostro, quería llorar, gritar y golpear algo del enfado, mi hermano estaba en peligro, mi única familia estaba siendo dañada.

"Gustabo tiene miedo..."

Sí, lo tengo, mi hermano está en peligro, yo no puedo hacer nada, estoy en una maldita prisión, un agujero sin salida. Mi corazón palpitaba con brusquedad, mis manos temblaban demasiado y los nervios aumentaban cada vez más, mi estómago se sentía revoltoso, un sabor agrio subía por mi garganta y entonces...

-Aghh...-. Vomité con asco en el inodoro.

Llore de impotencia, limpiando mi boca con odio, azote mi cabeza con fuerza en la fría pared. Rechace en todo los aspectos a ese asqueroso Alfa, me importaba una mierda sentir tanto vacío en mi pecho, que mi Omega llorará y gruñía con enfado, me daba igual, estaba por perder a la persona más importante para mí, le dolía el corazón, las piernas, la cabeza, mi cuerpo se sentía débil y quería morir en ese instante.

"Gustabo necesita ayuda"

¡Si la necesito! Quiero irme ya de aquí. O mejor aún, hacerle sufrir tanto, matarlo de dolor, enseñarle lo que mo corazón siente en este momento, conocería al gran hijo de puta que soy, mejor aún, conocería a mi viejo amigo.

"¿Gustabo está cansado?

¡Sí, Gustabo está harto! Estoy cansado, mi cuerpo duele de una forma extraña, ni siquiera puedo diferenciar uno de otro. Me levanté del suelo, me dirigí al lavabo y enjuague mi boca de todo rastro de líquido agrio, me mire al espejo y encontré a mi verdadero yo, con los ojos echo furia, con mi rostro pálido y demacrado, Gustabo se iría, soy tan débil, que ni el mismo enfado me haría acabar con el, soy un asco y un ser destruido, no puedo matar al hombre que... Comencé a querer, al hombre que me hizo caer rendido ante sus feromonas, ¡joder! Mi pecho se oprime, siento cariño y no debería sentirlo.

-Gustabo se irá...-.

"¿Pogo puede salir?"

-Hazlo sufrir, no tengas piedad, no me dejes volver, no quiero volver a la realidad, no sin Horacio. Mátalo y huye, busca a mi hermano y abrazalo por mi, dile que lo siento-.

Conway

Fui un estúpido, la exaltación me hizo darme hasta tarde que Gustabo había escuchado todo, presencié su aroma y creí que solo era por qué estaba impregnado en mis prendas, pero comenzó a desvanecerse y en cuanto quise salir a buscarlo, mi pecho se llenó de un sentimiento de dolor, podía jurar que Gustabo estaba mal, ¿Habíamos formado un vínculo? Puedo sentir a la perfección su dolor, me alarme al escuchar golpes en las paredes y me dirigí de inmediato a la habitación.

-¿Gustabo, estás bien?-.

No hubo respuesta, un silencio inmenso se formó.

-Gustabo voy a entrar-.

-¡Gustabo no te quiere!-.

Su voz me extrañó, era tan escandalosa, demostrando algo inexplicable, quise entrar, pero de nuevo me rechazaba y me debilitaba.

-¿En dónde estás?-. Entre a la habitación, no lo encontré y me guíe por su olor, estaba en el cuarto de baño, escuché llantos y después risas.

-...-.

Solo se miraba al espejo, su mirada estaba perdida, ese no era Gustabo. ¿Qué sucedía? Porque él no me mira, porque se ve tan demacrado.

-G-Gustabo, responde-.

-Lo siento Conway, Gustabo quiere dormir-.

-Deja de actuar como un capullo-.

-Vete a la mierda estúpido Alfa, Gustabo no quiere verte-.

-No vuelvas a hablarme así-.

-¿Me destrozaras el culo, si sigo haciéndolo?-.

-Te voy a reventar, no me hagas cabrear-.

-No, te tengo miedo viejo decrépito-.

Su mirada no era la misma, era otra, ese no es Gustabo. Me dirigí hacia mi habitación, no quería verlo, me oprimía el pecho de dolor, deseaba llorar, me sentía tan débil ante su rechazo. Gustabo perdoname, pero en serio te quiero.



































































































Remin

Tuyo 2 (Intenabo) FINALIZADA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora