Muchas personas afirmaban que las cosas pasaban porque así lo quiso el destino. Otros decían que Dios sabía dónde dirigir el camino de las personas... No podía asegurar que era creyente de alguna de esas ideas, pero solo sabía algo con exactitud: golpearía al padre de Matt. Y tal vez Dios va a dirigir mi camino para cumplir mi cometido. Dudaba que él aceptara aquello, pero de igual forma lo haría. Ni Matt ni Jacob me lo impedirán porque era algo que debía hacer. Kim estaba en el hospital por su culpa.
Cuando entré allí y pregunté dónde quedaba urgencias, corrí lleno de furia. En el auto lo único que podía pensar era que debía llegar rápido, que debía ver a Kim. Pero ahora lo único que pensaba era que debía golpearlo. Golpearlo porque volvió a sus vidas cuando ya estaban acostumbrados a estar sin su presencia. Golpearlo porque se marchó en un momento muy difícil, precisamente cuando más necesitaban de su apoyo.
Sin embargo, cuando di la vuelta al pasillo, precisamente en el que estaba la sesión de urgencias, todos esos pensamientos viles se esfumaron de mi cabeza como las hojas de los arboles que se mueven por el viento.
No sabía con exactitud qué esperaba. Tal vez Matt retenido por Jacob porque este quería golpear de nuevo a su padre. O el padre de Kim gritándole a su hijo... Cualquier cosa, menos esto.
La situación era así: Mi madre, quien estaba sentada junto a Jacob, tenía la cabeza apoyada en el pecho del susodicho mientras le susurraba algo al oído; Diane estaba apoyada en una pared con las manos temblorosas sobre la boca y pude notar que estaba a punto de llorar.
Pero lo que más me impresionó fue ver a dos personas abrazadas. Dos personas, las cuales yo pensaba que estaban enojados entre sí, se abrazaban fuertemente y lloraban en el hombro del otro.
Fue la escena más gay pero conmovedora que había visto en mi vida.
Caminé los pocos pasos que me faltaban para llegar a ellos y Diane fue la primera en verme. Se limpió las lágrimas de las mejillas con el dorso de la mano y me sonrió.
—Jay —dijo.
Mi madre alzó la cabeza al instante, provocando que Jacob se sobresaltara. Me miró y supe por sus ojos rojos e hinchados que había estado llorando.
—Oh hijo, al fin llegas. —Se incorporó y se puso en frente de mí. Me abrazó, rodeando sus brazos en mi cintura, y yo le correspondí. Yo era más alto que ella, así que pude apoyar mi mentón en su cabeza.
—¿Por qué lloraste? ¿Kim está muy mal? —pregunté angustiado cuando se separó de mí y pude percatarme por el rabillo del ojo que Matt y su padre estaban hablando entre susurros en una esquina apartada.
Todo esto era muy extraño. Se suponía que hace poco Matt quería golpear a su padre, y ¿ahora lo abrazaba como si nada? Algo no me cuadraba del todo.
—No, no, Kim está bien —contestó mi madre y yo exhalé el aire que estaba reteniendo sin ni siquiera saberlo—. Es que... las cosas aquí afuera se pusieron un poco intensas.
—Jacob me dijo que Matt se había lanzado hacia su padre para golpearlo. —Señalé con la cabeza a Jacob, quien nos observaba con atención.
Mi madre asintió.
—Sí, pero él no estuvo en la discusión que ellos tuvieron porque precisamente estaba hablando contigo en ese momento. —Agarró mi mano con suavidad y me llevó al lado de Diane mientras ella se sentaba de nuevo junto a Jacob. Ahora que lo analizaba mejor... Parecía que entre mamá y Jacob había mucha confianza. Ambos tenían aproximadamente la misma edad. Mamá era bastante guapa, y aunque me doliera admitir esto, Jacob también tenía su atractivo.
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¿Matrimonio falso? |¿MF? #1|
Romance|Historia ganadora de los premios Wattys 2015 en la categoría "Las Favoritas de los Coleccionistas"| -¿Quieres casarte conmigo? En cuanto escuché esas tres palabras saliendo de los labios del mejor amigo de mi hermano se puede decir que tuve tres r...