Capítulo 35: Manos cálidas

91.5K 5.4K 479
                                    




-Vamos, querida. -Audrey alargó su mano para agarrar la mía y me llevó a la cocina.

Estábamos en el apartamento, charlando y riendo de todas las locuras que se nos ocurrían. Era increíble cómo mi grupo de amigos había crecido. Aquí se encontraban Matt, Jay, Ulises, Diane, Jacob y mi padre. Este último estaba sentado al lado de Matt, pero no interactuaba con nadie, excepto con su hijo y algunas veces conmigo. Las cosas con mi padre estaban... complicadas. Aún era palpable ese tipo de dolor que sentía por él; no era un dolor cualquiera. Parecía estar unido al rencor, aunque en ocasiones me decía a mí misma que no debía de sentir eso por mi padre, pero lo cierto era que trataba de engañarme. Todo seguirá guardado en mi mente y dudaba realmente poder olvidarlo. Ni el tiempo lograría que yo lo olvidara.

-Kim, ¿ya sabes la fecha de la boda? -me preguntó Audrey mientras yo abría la nevera para sacar algunas bebidas para todos.

Mi mano se convirtió un puño inconscientemente. Con Jay todo iba maravilloso, más de lo que creía y era realmente sorprendente, pero aún seguía vigente el asunto del matrimonio falso. Nunca fui muy fan de las mentiras, ni siquiera de pequeña. Pero ahora, con todo esto, estaba diciendo todas las mentiras que nunca había dicho en mi vida. Las mentiras nunca nos llevarán a un lado bueno. Nos irán consumiendo poco a poco hasta que no quede nada de nosotros. Y ahí es cuando por fin se sabe la verdad... de la peor manera posible.

-Sinceramente, no -respondí sin querer girarme para mirarla.

-Bueno, entonces tienen que hablar pronto porque en estos días iremos a ver los salones donde haremos la fiesta después de la boda -dijo con actitud deslumbrante. En cambio, yo decaí al escucharla.

-¿La fiesta? -Cerré la nevera con mi cadera conforme sostenía las bebidas con ambas manos.

-Oh sí, será muy divertido. No te preocupes, cariño. Yo me encargaré de todo -añadió al notar mi expresión de preocupación. Solo que ella no sabía qué era lo que de verdad me intranquilizaba.

-Gracias -susurré.

-Y... ¿tendré nietos? -preguntó de repente.

Una de las botellas que sostenía se cayó al suelo, y al parecer la caída fue muy fuerte porque explotó por todo el suelo. Sostuve con fuerza las otras, pero mis manos temblaban tanto que las puse en el mesón de la cocina.

-Oh, traeré la trapera... -tartamudeé.

-Yo voy por ella, cariño -intervino Audrey, lanzándome una mirada de inquietud antes de salir de la cocina.

Observé el desastre que yo ocasioné y suspiré. Aquella pregunta me impresionó de tal manera que mis manos se sintieron débiles y por eso dejé caer la botella.

Nietos.

Mis hijos y de Jay.

La idea no me cabía por ahora en la cabeza

-¿Qué pasó? -Llegó Jay a la cocina preocupado. Miró el suelo y después a mí. Alzó una ceja-. ¿Qué pasó, Kim?

Cerré los ojos, sintiéndome mareada de un momento a otro. Jay corrió hacia donde yo estaba y me retuvo antes de caer.

-¿Qué tienes, amor? -preguntó, alejando el pelo de mi rostro.

Mi cabeza daba vueltas y palpitaba. Ni siquiera podía enfocar con exactitud el rostro de Jay.

Jay cogió un vaso de la alacena con una mano mientras con la otra me sostenía de la cintura. Sirvió agua en el vaso y me la acercó a los labios, los cuales se habían tornado secos de repente. Tomé varios sorbos y cerré los ojos. Apoyé la cabeza en el pecho de Jay y él me apretó contra sí de manera protectora.

¿Matrimonio falso? |¿MF? #1|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora