FIVE YEARS » JEON JUNGKOOK «

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[Hyesun]

Tras una semana de espera, por fin sabría esta noche quién es ese chico. Estaba más nerviosa de lo que pensaba. 

Después de la cena, nos reunieron a todos frente al lago, y desde allí iríamos todos juntos a la sala de revelado a ver las fotografías. 

-¡Todos, vámonos!

La presidenta nos gritó aumentando mis nervios en un doscientos por ciento. En verdad que estaba nerviosa, fibrilado, teniendo escalofríos, al borde de la muerte. 

Kim Hyesun no exageres tanto.

En resumen, estaba nerviosa. Tenía miedo, y a la vez ansias de saber quién era él. 

He de reconocer que aquella sala era realmente maravillosa, llena de fotografías colgando de cuerdas y sujetadas con pinzas. Las luces que colgaban del techo lo hacían sentir todo más cálido y familiar. 

Busqué mi fotografía durante mucho tiempo, incluso memoricé la ropa que llevaba puesta ese día para que me fuera más fácil. Pero nada, no encontré nada.

-Presidenta. - ella estaba a cargo de las fotos, quizás ella sabía que había pasado. - ¿Sabes dónde está mi fotografía?

-Oh, Hyesun... En cuanto a eso. No sé donde está. La última vez que la vi ni siquiera se había revelado por completo. 

-Entonces, ¿no sabes quién entró conmigo a la cabaña, verdad?

-Lo siento mucho, Hye... 

[Tul]

Al entrar en la cabaña no sabía por donde empezar a buscar. Sentía que si comenzaba tardaría años y que al final tendría una respuesta insatisfactoria. 

Me daba miedo saber a quién había besado esa noche. No solo por el hecho de que no podría volver a hablarle esa persona por vergüenza, sino porque había dicho que me quería. Y si no fuera él me sentiría muy decepcionado.

Solo hay una única persona que quiero que me diga esas palabras. Y si estáis pensando en Alex estáis muy equivocados, no quiero saber nada de ese capullo en lo que me queda de vida. La persona es alta, musculada, con pelo negro y ojos del mismo color. Que es duro y viril pero, muy en el fondo, es tan tierno como un niño. 

Al salir de mis pensamientos oí a la gente hablar rodeando una única foto. La verdad es que, cuando vi la foto, no me podía creer lo que estaba frente a mí. La foto, podía verse claramente quién era.

Salí de allí a base de empujones. Corrí por todo el camping buscándolo desesperadamente. ¿Por qué nunca encuentro a las personas justo cuando las estoy buscando? Lo vi a lo lejos, lanzando piedras al lago, haciendo que rebotaran tres o cuatro veces sobre la superficie del agua para luego hundirse en el fondo. 

Me acerqué y lo agarré del hombro tirando y haciendo que se girara hacia mí. 

-¿Tul?

-¿Eras tú, verdad? En la cabaña, ¿eras tú?

-Ya te has enterado...

-Sí, me he enterado. ¿Qué pasa? ¿Pretendías que nunca me diera cuenta? ¿Pensabas que nunca lo sabría?

-No quería que lo supieras porque tenía miedo de como te lo tomarías. Acabas de salir de una relación y no sé si estás dispuesto a comenzar una nueva.

-Estoy dispuesto si es contigo.

-¿¡Eh!?

-Max. - le miré fijamente. - ¿Me quieres?

-Ya sabes que sí... - dijo bajando la mirada. 

-Bien. Levanta la mirada. - hizo lo que se le fue dicho. - Ahora, bésame y dime que me quieres, como en la cabaña.

-¿¡Eh!? 

-Haz lo que te digo.

-¿Por qué?

-Porque yo también te quiero.

(...)

Entramos en mi cabaña besándonos. Los dos teníamos tanto calor que queríamos arrancarnos la ropa el uno al otro. Le quité la camiseta deleitándome con tremendo cuerpo que se cargaba aquel hombre: bíceps, pectorales marcados y unos abdominales tan duros que podrías lavar una camiseta en ellos. 

Me guió con decisión hasta la cama y me recostó sobre ella con delicadeza. Se tumbó sobre mí, me recorrió con la mirada y después acarició mi pelo.

-Tul... Nunca he hecho esto con un hombre. No quiero hacerte daño, pero no sé qué es lo que debo hacer...

-Tan solo deja que yo te diga lo que tienes que hacer. Si me duele, te lo diré ¿sí?

-Bien...