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"Cuando la vida se convierte en fantasma"


[Hyesun]

Salgo del campus con el corazón en el pecho. No le he dicho a Jungkook que llegaré antes de lo previsto. Quiero darle una sorpresa. Bea me lleva al aeropuerto en su coche. Han pasado cuatro años, pero todavía no me acostumbro del todo a que la gente conduzca por la derecha.

Llego con el tiempo justo al aeropuerto. Corro entre la gente con la maleta en una mano y mi pasaporte, abrigo, billete y café en la otra. Bea y yo corremos como locas hacia facturación. Subimos mi maleta a la cinta y volvemos a correr, esta vez hacia la puerta de embarque.

Nos despedimos con un gran abrazo. La echaré de menos. Convivimos durante cuatro años. No sé que habría sido de mí en este país sin ella. Le doy un beso en la mejilla y me dirijo a la azafata con lágrimas en los ojos. Comprueba mi billete y me doy la vuelta una última vez. Derramo una lágrima cuando le lanzo un beso entre la gente.

Subo al avión con un pequeño sentimiento de arrepentimiento. La señora que se sienta a mi lado me pregunta si estoy bien al verme llorar. Le respondo que no es nada. Pero, en un gesto dulce, termina dándome un pañuelo para que me seque las lágrimas.

Las doce horas de viaje se convierten en diez, las diez en ocho y, gracias a una reparadora siesta, las ocho se convierten en media. Casi sin saberlo estoy a punto de volver a ver a mis padres, a Tul, a Max y a Jungkook.

Cuando bajo del avión me encuentro con mis padres en la terminal. Nos abrazamos por lo que parecen horas antes de ir a recoger mi equipaje. Fue agradable hablar cara a cara con un coreano. Mientras buscaba mi maleta mis padres fueron a por el coche.

Salgo del aeropuerto con la carretera frente a mí. El aire de Corea se siente tan bien. Ya es de noche. Espero a que aparezcan mis padres con el coche. Pero, entre la multitud creo ver a Jungkook. Miro a la derecha y corro hacia él.

Antes de que pueda llegar a él, oigo la bocina de un coche.

Mierda, se me olvidaba que aquí se conduce por la izquierda.

Y después, estoy tirada en el suelo, me duele todo el cuerpo y noto algo frío recorriéndome la cabeza. Mi boca sabe a hierro. No sé que pasa. No puedo oír, pero sé que algo malo está pasando. Hay gente a mi alrededor que me mira aterrorizada.

Me siento cansada, quiero cerrar los ojos.

Mi infancia llega a mi mente como si hubiera sido alcanzada por un rayo. Amaba jugar al ajedrez con mi padre. Recordé la vez que traté de enseñarle a Tul a jugar, no salió muy bien. Recuerdo el primer día de colegio, estaba aterrada, no solté la mano de Tul en todo el día. Mi mente vaga hasta llegar al día en el que Sehun se mudó, lloré mucho esa tarde. Mi primer diez en física, mi primer periodo, mi primer libro del universo, la vez que resolví ecuaciones de dos cursos mayores por error. El primer día de instituto, la misma sensación de miedo. El tiempo pasa rápido, me voy de vacaciones con Tul.

Y Jeon. La primera vez que le vi, la azotea, el castigo, el bote de pintura, la cabaña, el baile, nuestro primer beso, nuestra primera cita, nuestra primera vez, nuestro primer viaje, nuestro primer verano, aniversario, cumpleaños, Navidades, San Valentín. Todo, absolutamente todo lo que pasó entre nosotros. Todos nuestros recuerdos son como una película a cámara rápida.

Jeon sonriendo es mi pensamiento postrero.

Y después, nada.

[NA]

Escribo esto por si este capítulo causa algo de confusión.

Este es un pequeño relato de Hyesun narrando su propia muerte. Hyesun no está viva. Pensé en como contar el final de Hye y esta manera fue la que más me gustó.

Para aclarar las cosas, el Hyesun relata lo que pasó antes del accidente y el momento del mismo.

Hyesun NO está viva por muy poco que os pueda gustar. Y no va a resucitar de la nada. Esto es una novela de romance y ciencia ficción, no una fantasía.

Pero que nadie se desanime, todavía quedan unos pocos capítulos.

FIVE YEARS  » JEON JUNGKOOK «Donde viven las historias. Descúbrelo ahora