FIVE YEARS » JEON JUNGKOOK «

· 65 ·

[Hyesun]

Aunque tan solo se quedara unas horas, estar ese tiempo con Jungkook era justo lo que necesitaba. Y ni siquiera en ese momento, desnudos y acurrucados en la cama, podía creer que estuviera aquí.

-¿Qué fue de tu fantasma?

-¿Mi fantasma? No lo sé... No supe mucho en verano, y ahora que ni siquiera estoy en mi país... - entonces se me encendió la bombilla. - ¿Puedes hacerme un favor?

-Lo que quieras.

-Cuando vuelvas a Corea, y tengas tiempo, ¿podría ir a ver si te dice algo?

-¿Quieres que hables con tu fantasma? No lo sé Hye...

-¿Todavía le tienes miedo?

-No es eso... Es que... Siempre habla contigo, no creo que quiera dirigirme la palabra.

-Bueno, eso no lo sabrás hasta que lo intentes. Además, puedes aprovechar y comer con mis padres, te echan de menos.

-Debería haber ido a visitarlos, pero estar allí me hacía recordar que ya no estabas... No quería llorar delante de tus padres.

-Ya lloraste en el aeropuerto cuando me fui.

-¿Puedes dejar de ser tan lista un segundo y compadecerte con alguien de intelecto común?

-No. - reí. - Eres muy listo. Tus notas del primer semestre en la universidad me respaldan.

-Deja de meterte conmigo, ¿está bien? Iré a tu casa y hablaré con tu fantasma. Pero tendrás que darme algo a cambio.

-Te recuerdo, querido Jeon, que soy estudiante que se mantiene con una beca, prácticamente no tengo dinero.

-¿Quién habló de dinero?

-¿Y qué quieres entonces?

-Yo me conformo con una segunda ronda.

(...)

-Ojalá no tuvieras que irte.

Jeon había agotado las pocas horas que tenía en Gran Bretaña, tocaba volver. La historia se había invertido, el que se iba ahora era él.

-Lo sé... Yo tampoco quiero irme, pero es lo que he de hacer, por muy poco que me agrade.

La despedida no duró mucho más. En pocos minutos oímos la voz femenina de los aeropuertos que le advertía que debía abordar su avión. Sabía que quería decirme muchas cosas, tantas como yo a él. Lo único que le salió decir fue "te amo", antes de darme un beso, mirarme por última vez a los ojos y dirigirse a su puerta de embarque, la puerta número cinco.

Salí del aeropuerto secándome las lágrimas. Bea me esperaba sentada en el asiento del piloto de su coche. En cuanto entré me arropó entre sus brazos. Después de unos segundos nos separamos.

-¿Qué te ha parecido? - dije.

-En serio, menudo ejemplar has pillado. Está buenísimo, es mono, un encanto y te trata como a una reina. De veras, es genial. Ojalá yo tuviera un novio así.

-Es un cielo, no sé que haría sin él.

-¿Y qué haría él sin ti? - la miré confundida. - Hye, he visto como te mira. - su mirada se endulzó. - Le brillan los ojos cuando lo hace. Y cuando lo besaste al llegar, su cuerpo... Pareció que le cayó un rayó, despertó de repente. Jamás he visto a alguien querer de la forma que Jungkook te quiere a ti. Ya sabes que he tenido muchos novios, pero ninguno de ellos me ha mirado, abrazado o besado de la misma manera que Jungkook contigo. Es... Es algo envidiable.

-No lo digas así... Es muy dramático.

-Pero es verdad. Puedes preguntarle a cualquiera.

Me tomé las palabras de Bea muy en serio. No sabía la visión que los demás tenían de mí y de Jungkook. Para mí, nuestra relación era completamente normal, como cualquier otra. Pero, al parecer, para otras era un modelo a seguir, una historia de amor que solo ocurre en los cuentos, y no sabía como tomarme esa idealización que los demás tenían de nosotros. Ni siquiera sé si deberían hacerlo. Ninguna persona en este mundo sabe por todo lo que pasamos Jeon y yo para llegar a este mismo instante. Sufrimos mucho, demasiado, diría yo; pero valió la pena porque al final nos quedamos juntos. Y aunque desde fuera pueda parecer una relación perfecta, no lo es. Nos enfadamos, discutimos, nos arreglamos. Tenemos malos días y tenemos buenos días. Los dos cometemos errores y hacemos que el otro se enfade. Y cuando las cosas se ponen muy feas incluso acabamos decepcionados, pero eso no nos impide seguir juntos, y seguimos juntos porque nos queremos y porque sabemos que podemos solucionar nuestros problemas hablando acerca de ellos. Porque eso es lo que las parejas hacen, y si les parece que eso es maravilloso, entonces tendrían que reajustar su idea de "relación ideal", porque ese es el mínimo. Que tu pareja te escuche cuando hablas es el mínimo, que habléis de vuestros problemas es el mínimo, que se esfuerce porque la relación siga adelante es el mínimo, que comparta sus pensamientos y opiniones y que respete las ajenas es el mínimo. 

Y por si todavía no queda claro, que tu pareja te quiera, es el mínimo.