VUELVE A MÍ.

CAPÍTULO 1.

            CHARLOTTE JOHNSON.

                   AÑOS ATRÁS...

Estoy por graduarme de mí último año de preparatoria, por fin podré estudiar lo que tanto anhelo, convertirme en una gran diseñadora de modas; desde niña creaba atuendos con la ropa de mamá y puedo decir que de una u otra forma quedaban bien, tanto así que para mí cumpleaños número doce papá me obsequió mí primer máquina de coser junto con telas de diferentes colores, texturas y estampados.

He creado un taller en mí propia casa donde confeccionó mí propia ropa y accesorios.

Muerta del cansancio decido bajar por un vaso de agua para después estudiar para mis últimos exámenes de la preparatoria. Estoy de espaldas cerrando mí pequeño taller cuando de pronto me doy la vuelta y choco con un pecho de hombre, que desde mí punto de vista no es ni Ethan ni Alexander, su olor es característico. Decido subir mí vista para encontrarme con una mirada bastante intimidante. Jamás lo había visto por aquí.

Ne separo de inmediato, sintiendo mis mejillas arder de la vergüenza por mí torpeza al andar.  — D-disculpa, no me fije por donde ir.– malditos nervios al hablar.

— No te disculpes, no venía prestando atención al camino.– su voz ronca hace que mí cuerpo reaccione de manera rara. Es, es tan sexi que me pierdo en sus labios, mis oídos se hacen sordos a su voz y solo puedo detallarlo por cada espacio de su rostro.

— Soy Charlotte Johnson.– me presento y le extiendo mí mano para saludarlo, se queda un rato observándome y luego reacciona haciéndome reír por ello.

— Noah Miller, amigo de Alexander.– ahora entiendo por que su presencia en está casa, pero debe ser algún amigo que no sabe que mí hermano mayor se ha mudado desde hace años. — Tal vez te estas preguntando que hago aquí, pues tu hermano me ha invitado a visitar a tus padres, somos amigos desde la universidad.– ahora entiendo cuando visitaba ha Alexander en su departamento y lo oía charlar por videollamada con él, su voz se me hacía conocida pero no sabía de donde la había escuchado.

— Al parecer ya se conocen.– dice mí hermanito a lo lejos.
Corro a sus brazos para felicitarlo por la inauguración de su propia empresa.

— Basta.– le digo para que pare de darme vueltas; lo extraño tanto desde que él se fue de aquí para estudiar la Universidad. Mis dos hermanos se han mudado ya, y algún día espero poder hacerlo yo.

— Como daría por tener una hermana así, amigo.– dice melancólico Noah.

— ¿No se llevan bien?.– pregunto curiosa.

— Mamá murió en un aparatoso accidente cuando estaba embarazada de Lía, ese era el nombre que yo escogí para ella cuando era niño.– dice cabizbajo.

¡Máldita boca la mía!.

— N-no fue mí intención, perdón Noah.– me disculpo repetidas veces y él tan lindo me dice que no tengo el por que hacerlo sí no lo hice con ese propósito sí ni siquiera sabía al respecto.

Y por extraño que parezca Noah seguía visitando la casa de mis padres con la excusa de ir por documentos que Alexander dejaba en la oficina de papá; pero lo que realmente me cuestionaba es sí en realidad iba por eso. Nada coincidía ya que Alexander y él ejercían distintas profesiones, aunque ambos al principio hayan estudiado la misma, Noah prefirió ser un abogado en su propio bufete, según Alexander me contó.

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— ¿Qué has pensado estudiar?.– pregunta Noah.