VUELVE A MÍ.

CAPÍTULO 4.

CHARLOTTE JOHNSON.

— ¡CHARLOTTE!.– escucho que grita a mis espaldas, pero no estoy lista para enfrentarlo, así que corro lo más rápido que mis piernas me permitan. Me escabullo por entre los demás autos hasta dar con el mío. Abro la puerta del copiloto como puedo y entro como puedo. Me escondo en los asientos y espero un rato hasta que se de por vencido y se vaya.

Me asomo para ver si todavía se encuentra buscándome y cuando me asesoró bien, decido marcharme.

¡Uf!

No quiero verlo, no creo estar preparada para estar con él a solas, no sabría que decir o como actuar al respecto. En algún momento tendré que dar la cara, pero no será en éste instante.

Me acomodo en el asiento del conductor y me dirijo a casa, durante el trayecto observo para todos los lados por si noto que me están siguiendo.
Aceleró sin pensar, mi corazón vuelve a latir después de mucho tiempo desbocado y sólo él podía hacerlo sentir así. ¿Por qué sólo él logra hacerlo? ¿por qué no logró olvidarlo después de todo el daño que me causo?

Constantemente me hago esos cuestionamientos para que mi mente y mi corazón entiendan de una vez por todas que no deben de pertenecer ya a él. Cada latido y cada pensamiento deberían de ser sólo míos. Pero a cambio gano respuestas negativas, son repelentes contra la negatividad con la que quiero hacerles entender. Sólo él es indicado para hacerles entender lo que a mi no me obedecen durante mucho tiempo de lucha contra ellos sobre mi mismo cuerpo masoquista.

Al llegar al departamento abro la puerta y tomó todas mis compras.
Paranoica abro lo más rápido que puedo la puerta de mi hogar y la cierro de inmediato cuando ya estoy dentro. Me deslizó por la puerta sobresaltada y todavía en shock.

Noah, he visto a Noah después de largos años lo he vuelto a ver y no supe reaccionar de otra manera que correr.

El pánico se apoderó de mi cuerpo, sólo me dedique a huir sin mediar un diálogo con él.

Sin negar nada, ha cambiado, esta más guapo. La madurez en su físico le ha acentado del todo bien.

Intentaré hacer bosetos y diseñar nuevos diseños, eso ocupará mi mente durante todo el día y no pensar sobre lo ocurrido está tarde.

Mañana será un día muy productivo y espero poder ser reconocida por mi talento. Una entrevista de trabajo y un empleo de lo que más me gusta hacer sería ideal para comenzar a destacar.

Después de dos horas en las que no he parado de dibujar y cortar telas para después unirlas en el maniquí, tomó una ducha y luego tomo una siesta.

— ¿Noah?– lo llamó cuando creo haberlo visto. Como olvidar su hermoso perfil y esa espalda ancha que una vez fue mía.

No te dañes más Charlotte, sigue adelante sin él.

Me encuentro en un cuarto oscuro iluminado por luces parpadeantes. Él avanza sin detenerse; no me escucha y no sé si me esta ignorando. No sé si seguirlo, pero tal parece que mis piernas me traicionan y van en su búsqueda.

Me detengo cuando lo veo entrar a una misteriosa habitación. Me debato entre entrar o no pero finalmente la curiosidad me gana; todo lo de él es un misterio desde que lo conocí.

Giro la perilla de la puerta de aquella oscura habitación. No veo con claridad hasta que ingreso por completo a ésta.

Una ráfaga de luz incandescente se cruza por mi vista permitiéndome verlo. Y no sólo a él, una figura femenina se encuentra a su lado, y por si fuera poco es la misma con la que estaba aquél fatídico día que perdí al amor de mi vida. ¿Es tan difícil olvidar todo lo ocurrido y seguir atormentándome?, me cuestionó y sé que será difícil dejar todo en el pasado.