CAPÍTULO 12.

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CHARLOTTE JOHNSON.

Caminó con determinación y optimismo por la empresa con la idea de que yo puedo cumplir mis sueños y ver mis propios diseños en la pasarela y ser parte importante de la empresa. Quiero que mi apellido esté en lo alto por lo que yo pueda lograr, no por la posición en la que mi padre y hermanos la mantienen por sus innumerables proyectos con otros países y consolidarse como grandes empresarios. Esthela por suerte ha sido buena compañía y amiga durante éstos días tormentosos de trabajo extenso aquí. No nos consideramos una competencia, al contrario nos ayudamos mutuamente como buenas amigas.
El día finalizará en unas cuantas horas y por suerte estoy por terminar mi primer prenda que cree justo en éste día, es sorprendente como es que cree algo tan rápido y que me encantará sin siquiera haberlo plasmado en papel para corregir detalles.

— Listo, he terminado.– digo en voz alta y parándome para admirar mi creación desde una postura distinta.

— Es impresionante que lo hayas creado tan rápido sin el apoyo de un boceto. Es hermoso Charlotte.

— Y lo mejor es que es dos en uno. Sólo quitamos las cintas de aquí y se convierte en una falda o blusa por separados. El color nude de éstos es una buena combinación si los quieres separar.– digo desamarrando las cintas que tiene al costado para que éste se divida en dos piezas que al igual se puede combinar con otras prendas por separado. Lo mejor es que está en los costados y no se visualiza tan fácil. Unos detalles más y estará listo.

— Yo estoy por la mitad de mis bocetos y tú estás diseñando y cosiendo ya, eso es determinación. Y para festejar que ahora que es fin de semana...

— Esthela, beber bebidas embriagantes no es lo mío.– es casi seguro que lo que está planeando es justamente eso.

— Lo sé, pero no era eso a lo que me refería con "festejar".

— Eres realmente rara. Anda, dime que es lo que tú mente loca piensa.– le digo en broma. Aunque seamos amigas en tan poco tiempo, eso me lleva a ya conocerla aún más. Esthela es como un libro abierto fácil de leer y es por ello que congeniamos tan bien que nuestra amistad se forjó en tan poco tiempo, tan distintas pero unidas aquí y fuera de lo laboral.

— Te invitó a Luxery.

—¿Un club nocturno?– digo asombrada por la invitación de Esthela a esos lugares donde están atascados de multitud y alcohol de por medio.

Seré muy especial y reservada con los lugares a los que transitó, pero he escuchado a muchas personas hablar sobre ese lugar. Todo New York lo ha visitado y hablan de lo mucho que se divierten, pero sin embargo, no ha sido de mi interés ir a allá. Creó que no soy de ir a esos lugares tan recurrentes por las personas que les gusta divertirse y embriagarse hasta perder la conciencia. Todo termina en desgracia y no quisiera estar ahí.

— Si, un club nocturno. Me vendría muy bien bailar. ¡Oye! Sé que no estás acostumbrada por que esos lugares no son lo tuyo, inclusive tampoco es lo mio, pero quiero dejar de pensar en el trabajo y conocer lugares que no están en nuestra zona de confort. ¿Qué dices?

— ¡Em!...– pienso si debería ir o no después de todo. Y si lo que dice Esthela está bien para distraernos después de tanto ajetreo de la empresa y el hostigamiento en el que nos exponen para darles un resultado en tan poco tiempo —. Concuerdo contigo, nos debemos tiempo a nosotras mismas. Vamos.– decido al fin esperando que todo vaya bien en ese lugar que no conocemos y al final no me arrepienta.

VUELVE A MÍ.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora