CAPÍTULO 7.

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NOAH MILLER.

De nuevo en mi casa los recuerdos de mamá llegan a mi, como extraño ese calor que tanto amaba. Me hubiera encantado conocer a mi hermanita que no nació, jugar con ella y ser una familia como solíamos serlo antes de todo. Tal vez mamá me ayudaría a afrontar día a día está vida de mierda y éste vacío que siento sin estar con la mujer que amo. Mi bella Charlotte, mi muñequita testaruda.

Por más que he buscado a los culpables de éste vil sufrimiento, las investigaciones han sido infructuosas.
Para su lamentable vida, sé quienes son, y daré mi vida para hacerlos pagar así se escondan por todo el mundo, los encontraré por hacerme sufrir y haber condenado a mi madre a la muerte.

Tiempo y pruebas es lo que necesito para culparlos y hacer justicia.

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Al día siguiente como todos los días, vuelvo a mi rutina. Asistir a la empresa e ir a observarla. Si ser masoquista es amarla desde lejos, entonces lo soy.

En esta ocasión tengo suerte, la veo subir a su auto. La sigo y la veo entrar a la casa de Alexander.

Perfecto. 

Es la excusa perfecta para poder verla. Ir de visita al hogar de Alexander y decir que son cosas relacionadas con la empresa. Pero antes de decidir hacer mi aparición, espero unos minutos lejos de la entrada.

Impaciente después de esperar por mucho, me acerco a la entrada encontrándolos a ambos ahí.

— Que gusto de verlos.– digo cuando llego hasta ellos. Aunque a decir verdad a Charlotte no le ha agrado mucho mi llegada por su forma tan inusual de rodar los ojos. Tal gesto no me alegra mucho, pero en la cama me encanta cuando ella está debajo de mi.

Lo siento nena, haré que seas mia de nuevo así tú seas la única que se oponga.

¿Un secuestro sería lo correcto? Lo consideraré, serían los días más maravillosos de mi vida así ella desate una guerra después.

— Lástima que no pueda decir lo mismo.– dice sarcástica por lo bajo. Probablemente intentando de que yo no escuché pero ha sido todo lo contrario.

Ha sido a propósito, lo sé.

— Si te escuché.– le digo y ella sonríe satisfecha.

— Esa era la idea.– se gira a verme y nos retamos con la mirada estando Alexander presente. Es tan increíble que pasáramos de amarnos a prácticamente que ella me odiara por algo que no fue mi culpa. Pero desgraciadamente ella no quiere ni siquiera escucharme.

Juegas a odiarme pero tú cuerpo dice lo contrario cuando me tienes cerca Charlotte.

Pienso a creer que lo del secuestro es buena idea. Amordazarla para que me deje decirle todo. ¡Mm! Creo que me exite con lo de amordazar.

Estás enfermo Noah. Ella te odiaría más.

— ¿Pasa algo con la empresa Noah?– cuestiona Alexander rompiendo la tensión que se ha creado. Charlotte es la primera en romper el contacto visual sin antes yo decirle "te amo" entre dientes sin que su hermano me viera.

VUELVE A MÍ.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora