Ya era hora del partido de baloncesto. Uno de los primeros partidos del campeonato. A Calum no le fue muy fácil que digamos. Un chico del equipo contrario lo empujó, y su reacción no fue la esperada.
- Tranquilo viejo - Dijo Calum.
- Perdon princesa, ¿te rompiste una uña?
Bam. Imaginense el sonido de una alarma. Tiempo fuera.
- Calum, ¿estas bien? - preguntó el entrenador-
- Sí, ¿Porqué? ¿No me veo así? Porque me siento muy bien. Enserio. - Sudaba como loco.-
- Debes enfocarte. Tenemos un minuto en el reloj para que termine el juego.
- Yo PONGO atención.
- Muy bien. A la una, a las dos, a las tres. ¡TOROS ADELANTE! - gritó el equipo, típico.
No saben lo que pasó, creo que fue lo mejor de todos los tiempos. Calum intentó saltar y meter el balón pero no sucedió. Se cayó y reaccionó de una diferente manera. Como una mujer.
- Hood, hood. ¿Te sientes bien? - Preguntó el entrenador, su padre. - ¿Puedes terminar el juego?
- Yo..estoy ansioso.. inflamado. Y el pecho me duele.
- ¡No te pongas así! Ahora levantate y juega. - Calum se paró.
- ¡NO! ¡NO LO HARÉ! Siempre yo, ''te necesitamos hood''. SIEMPRE ESTÁN GRITÁNDOME PERO JAMÁS ME ESCUCHAN ¿Y MIS SENTIMIENTOS? -se largó a.. esperen, ¿llorar? y salió corriendo-
Fue un golpe mortal. Gracias a nosotras, las chicas ya no estaban bajo el encanto de Hood. Estabamos en la cima del mundo. No literalmente, ya me entienden. Antes de que se ilusionen, lo anterior es mentira. Fallamos. Por segunda vez. Todas las chicas creían que era tierno, le pedían el numero de telefono, ¿como eran tan estúpidas? ¿Saben que más? Termino con Heather, Beth y Carrie. Con la excusa de que no eran las indicadas. Increible.
