Capitulo 14: "Sálvame".

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~Cuando empecemos a soltar nuestros miedos empezaremos a construir nuestros sueños

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~Cuando empecemos a soltar nuestros miedos empezaremos a construir nuestros sueños.~

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Siempre me he preguntado ¿Cuándo mejoraré? ¿Cuándo seré feliz? ¿Cuándo seré lo suficiente para alguien? Soy como una estrella que ha dejado de brillar. Muy dentro de mi mente quiere rendirse, hay un ruido interminable en mi cabeza, me siento como si estuviera atada con miles de cadenas queriendo gritar, tratando de tomar un respiro, trato de soltarme de estas insoportables cadenas que parecen aferrarse lastimándome en el acto.

Quiero enfrentarlo y olvidarlo.

También me gusta pensar que soy como una mariposa frágil pero con unas alas muy fuertes. La mariposa tiene uno de los ciclos de vida más increíbles porque antes de poder volar tienes que pasar por varias etapas y cada etapa tiene un objetivo distinto para ti.

No quieras pasar ese ciclo de vida en donde no quieres ser una oruga y pasar a convertirse en una mariposa. Nunca es demasiado tarde para transformarnos.

Cuando mi padre nunca regresó quise refugiarme en los brazos de mi madre, quería que ella me abrazara y que llenara ese vacío, pero eso jamás pasó y pasará. Para ella solo existe Lucía ¿Por qué ella? ¿Qué me hace falta para poder recibir un poco del cariño que mi madre le da a Lucia?.

Lucia siempre fue el pequeño arcoíris de mi madre, ella es buena comunicándose con la gente con esa personalidad extrovertida y con ese pensamiento de seguridad "Yo puedo tener al hombre que quiera".

Yo soy un libro aparte, siempre se me ha dificultado un poco más a la hora de expresarme, siempre he vivido escondida entre las sombras con el caos que alberga mi cabeza.

Todos estos pensamientos quiero decirle a mi psicólogo que se encuentra frente a mí con una libreta en mano, anotando algo que yo como paciente nunca entenderé.

─ Hagamos un pequeño ejercicio Angie ─ Paulo mi psicólogo un hombre regordete de 60 años, cabello negro pero ahora con varios mechones blancos a causa de las canas. Se encuentra sentado con la piernas cruzadas en una pose relajada viéndome a través de sus anteojos de pasta negra.

Asiento con la cabeza. Aunque la verdad estos ejercicios que Paulo me hace hacer no son muy de mi agrado ya que me hace recordar mi pasado.

─ Imagina que viajas al pasado donde tú misma te estas mirando cuando tenías 5 años y eras una niña sin ninguna preocupación o errores de por medio, solo eras una niña feliz jugando con su nuevo juguete... Pero solo tienes 2 minutos para decirte algo ¿Qué te dirías?.

Me froto mis brazos tratando de pensar una respuesta, me cuesta ya que lo que Paulo no sabe es que cuando yo tenía 5 años yo ya no era una niña feliz jugando con sus juguetes.

Era una niña que se sentaba frente a la ventana todos los días esperando a su padre con la pequeña esperanza de que cumpliera su promesa de volver.

Amor y Venganza [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora