Amor y Venganza [+18]

Capitulo 10:"¿Me estás siguiendo?.

─ Ey... muévete estás muy lenta y todavía te falta lavar todo eso ─ me señala la pila de platos y cubiertos que siguen sin lavar.

Giro para ver al imbécil que ha estado dándome órdenes y regañandome por todo estos últimos dos días.

─ Con todo respeto Luca, pero para ti es fácil decirlo ya que tu no lo estás haciendo. Así que si deja de estar a cada rato apresurándome como si con eso fuera a terminar más rápido.─ Le digo con la poca paciencia que me queda.

El abre la boca sorprendido haciendo que sus cejas rubias se alcen y sus ojos verdes se le quieran salir.

─ Que sea la última vez que me respondes así, porque no dudaré en poner una queja con el jefe y en menos de unos minutos estarás despedida.

Paciencia, paciencia Angie.

Solo haz como si lo estuvieras escuchando.

Ignóralo.

Él se va indignado a su puesto de trabajo.

Por fin... hasta que se larga

Como ya dije antes han pasado dos días en los que ese tonto rubio, me ha usado no solo de lavaplatos, si no como su maldita sirvienta personal, me manda al almacén donde se encuentran todas las frutas, verduras y los condimentos para que le lleve todo lo que el necesita, y cuando se termina mi jornada de trabajo no puedo irme sin tirar la basura que se acumuló durante todo el día.

Y no solo eso, si no que todos los hombres que trabajan aquí, me lanzan miradas despectivas y tengo que soportar sus comentarios machistas.

"Usa esas manos para lo único que sabes hacer"

"Eres una lenta"

"Por eso no contratan mujeres".

Pero en ningún momento les baje la cabeza, pero tampoco puedo responderles, porque aunque me cueste admitirlo son mis superiores y algo que he aprendido yo sola es que no te preocupes por lo que otra gente dice; sé tú mismo, di lo que quieres decir con respeto.

Pero yo soy un claro ejemplo de que no les puedo decir lo que pienso sin mandarlos a la mierda.

Y claramente también han pasado dos días desde mi suceso con Matteo Andreotti aquí mismo en la cocina. Como logro calmarme en segundos cuando yo misma pensé que tendría un ataque de ansiedad al recordar las fuertes palabras de mi madre aquella noche.

─ Cómo piensas ser chef si tu comida es un asco Angie.

Simplemente al recordar eso hizo que me derrumbara en segundos, no podía parar de llorar hasta tal punto que mi pecho dolía y mis manos no dejaban de temblar. Pero Matteo simplemente con abrazarme y acariciar mi cabello, mis lágrimas dejaron de caer y mis nervios se controlaron un poco por su grandísimo humor.