Mis pestañas me pesaban demasiado, aunque intentaba abrir mis ojos era como si tuviera montículos de piedras sobre ellos. Me concentre en los ruidos a mí alrededor, pequeños pitidos intermitentes se escuchaban muy cerca de mis oídos. Era claro que no estaba en mi cuarto pero ¿dónde estaba?Una vez logre abrir mis ojos una luz blanca me encandilo, trate de taparlos con mis manos, pero no las pude mover. Gire apenas hacia el costado y me vi conectada a unos cables y fue en ese momento en el que un dolor intenso me atravesó como si de una daga se tratara. Con el dolor recorriéndome entera recordé todo lo que había pasado como si se tratara de una película.
Mi mentira se había terminado, pero a la vez se había caído la venda que me impedía ver realmente la farsa de personas que tenía a mí alrededor: mis padres, mi prima y mi novio, mejor dicho aquella noche ex-novio.
Le doy vueltas al asunto y realmente no lo comprendo. ¿Qué ganaba con humillarme así? Con hacerme daño de la forma en que lo hizo, estoy segura que no fue por plata, porque no la necesita. Lo único que me queda pensar es que es un sádico, que disfruta de causar dolor en el otro, seguro estaba esperando el momento justo, para luego darme la estocada final y dejarme hundida en su mierda. Por primera vez en mi vida tenía algo por lo cual agradecer a mi prima, aunque estoy segura que sus intenciones no eran otras que destruirme, pero me hizo renacer y más fuerte que nunca.
- Marie, estas despierta... - escucho que dice Natalia mientras entra en mi campo de visión. Quise responderle pero mi garganta estaba seca, por lo que como pude le dije:
- Agua, por favor
- Aquí, aquí – me dijo mientras me acercaba un vaso de agua - ¿Cómo te sentís?
- Literalmente como si me hubiera atropellado un auto – dije yo mientras tomaba el vaso con agua.
- Literalmente eso fue lo que paso, ¿Te acordas algo?
- De todo Nat – le dije yo mirándola a los ojos, podía ver en ellos la rabia contendía por lo que había sucedido - De cómo hice el mayor ridículo de la historia. No puedo creerlo, realmente no puedo.
- Yo menos Marie, lo siento mucho.
- De mis padres me esperaba eso y mucho más, ¿pero de Matt? Realmente pensé que con él estaba segura.
- Es un hijo de puta, ya presente mi renuncia.
- ¡¿COMO?! Es tu trabajo, no lo dejes por mí por favor.
- No quiero nada que venga de parte de esos dos.
Sabía que debía preguntar sobre mi embarazo, pero tenía miedo. No sé si lo que me daba miedo era haberlo perdido, o todo lo contrario, seguir embarazada. Por un momento me sentí nuevamente esperando el resultado de ese test. Natalia se dio cuenta de mis dudas, ella me conocía bien, hasta mejor de lo que yo me conocía, tal cual lo había dicho en ese baño.
- Voy a llamar al doctor para que hable contigo. - me dijo ella con una sonrisa tranquilizadora.
- Gracias Naty, por todo.
Ella salió del cuarto y yo me quede mirando el techo blanco de mi habitación. ¿Qué iba a hacer ahora? Era obvio que no podría seguir trabajando en Travellers, mi camino allí se había terminado. Tampoco me interesaba volver a la agencia Halls, por primera vez en mi vida realmente no tenía un futuro previsto. La decisión que tomara iba a ser mía y solo mía.
Entro al cuarto un señor de unos 50 años, con una bata blanca. Sin lugar a dudas él era mi médico. Trate de identificar en su cara que era lo que me iba a decir, a ver si podía adelantarme algo de lo que iba a decir en sus gestos, pero el señor tenía un rostro inmutable. Su expresión no trasmitía nada, absolutamente nada.
- Marie Anne, lamento mucho de tu accidente. El impacto genero varias fracturas en tus costillas. Una astilla de tus costillas, perforo tu pulmón derecho y tuvimos que realizar una cirugía de urgencia para retirar la astilla y reparar el pulmón, salió todo bien.
- Aja – no pude más con la intriga y le pregunte - ¿Perdí mi embarazo?
- Lamentablemente si, el golpe fue muy fuerte e hizo que se desprendiera del útero el embrión, por lo que tuvimos que realizar un legrado, para retirar los restos del aborto espontaneo que sufriste.
De mi interior botaron un montón de lágrimas sin sentido, el doctor entendió ese como el momento de retirarse. Cada vez llegaban más sollozos a mis ojos, pero no estaba triste, tampoco estaba feliz. Lloraba sin remedio por la culpa que sentía, ya que mi interior estaba aliviado. Una "madre" no debería sentirse así, no tendría que estar llorando por alivio, sino todo lo contrario, debería estar desagrada por dentro. Pero tal vez eso es justamente la realidad, nunca quise ser una madre, siempre quise ser solo una mujer.
Sentí unos golpes en la puerta abierta, trate de tapar los rastros de mi llanto con la sabana, pero sabía muy bien que era imposible de ocultar. Me gire para ver quién era mi visitante.
- ¿Realmente no se te ocurrió idea mejor que te atropellara un auto, para llamar mi atención? Me siento honrado, es verdad, pero fue algo peligroso. - me dijo él con una sonrisa en los labios que no llegaban a sus ojos - Me preocupe mucho por vos Marie...
Él camino hacia la cama con paso lento. No me había puesto a pensar en el desde que abrí mis ojos. Había tenido una primera fila del triste espectáculo que es mi vida: como me habían humillado esa noche, la forma en la que mi familia me trato siempre y ni que hablar de cómo me dejaron parada mis dos ex/novios: uno me había sido infiel con mi prima desde el comienzo y me quiso violar en mi cumpleaños, y el otro había cobrado para ser mi pareja. ¡Una lotería!
La vergüenza me invadió y no pude hacer otra cosa más que bajar la mirada. ¿Qué pensaría de mí? ¿Porque me importa tanto lo que piense de mi un prostituto? La respuesta es muy obvia Marie Ann, porque estas enamorada de este prostituto que te mira con esos ojos preocupados. Sentí su dedo en mi barbilla y como lentamente la subía hasta que nuestros ojos se encontraron.
Su mirada era mi lugar seguro, por lo que me abandone al dolor y al llanto, el solo me tomo entre sus brazos con cuidado y me acuno. Fran era todo lo que necesitaba en ese momento.
- Perdí al bebe Fran. Y soy una mierda por sentirme tan aliviada - le dije contra su pecho.
Voy a agradecerle para siempre que en vez de emitir opinión sobre mis palabras, lo único que hizo fue estrecharme más fuerte entre sus brazos. Una vez que mi calma llego, me aleje lentamente de él y me acomode con algo de dolor en la cama.
- No te voy a decir nada sobre lo que sentís, porque jamás podre estar en tus zapatos, ni me puedo imaginar lo que sentís. Lo único que te voy a pedir es que no te juzgues. - me miro muy seriamente a los ojos y agrego - Prométemelo.
- Te lo prometo Fran, no lo haré..
La sedación que tenia para resistir el dolor, volvió a hacer efecto y en menos de lo que canta un gallo, todo se tornó negro. Lo único que alcance a escuchar antes de dejarme invadir por los brazos de Morfeo fue :
- Yo voy a estar ahí, pequeña mentirosa.
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Hola !
Me costo demasiado escribir este capitulo, tomar la decisión de lo que iba a pasar con el embarazo de Marie. Fui fiel a mis convicciones y decidí liberarla de eso, tal vez para la historia hubiese sido mas interesante que tuviera que maternar un hijo de un hombre que la había lastimado tanto. Pero me parece que es mas interesante de contar, como luego de haber sido vulnerada por dos hombres y su familia, la vida, de una forma un poco dura es verdad, le da una nueva oportunidad, sin nada que la ate a ese pasado nefasto.
Gracias por el apoyo !!
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Un error para no olvidar. (Terminada)
ChickLitMarie Ann está segura de haber tomado la mejor decisión de su vida ; acostándose con un desconocido, luego de que Charles, su novio de hace siete años rompiera su compromiso dias antes de celebrarse la boda. Confundir a Matthew con el chico de los h...