Capítulo 35 - La boda parte 3

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- ¿Cómo que embarazada Natalia? – dijo Felipe un tanto enojado, otro tanto sorprendido, Nati había olvidado cómo modular la boca para que salieran palabras sonantes. Felipe se impaciento y prácticamente le gritó – ¿¡NO VAS A DECIR NADA!?

Las lágrimas se acumularon en los ojos de mi amiga y entendí que esa era mi señal para proceder y tratar de tranquilizar las aguas. Abrí la puerta del auto de Mat e indique con una mirada a todos que entráramos, yo me senté en los asientos traseros acariciando la espalda de mi amiga. De una forma u otra yo entendía lo que sentía, ella tenía que enfrentar esta situación tarde o temprano. Esperaba que viera está metida de pata como una oportunidad para sincerarse. Una vocecita fastidiosa en mi cabeza me dijo: "vos también tenes que enfrentar tu problemita, no te hagas la desentendida"

Matthew condujo hasta donde se iba a desarrollar la fiesta, los cuatro nos mantuvimos en pleno silencio. ¿Cómo se tomaría Feli que Nati estaba embarazada de otro hombre, que para peor era su amigo? No tenía muy claro cómo estaba la relación entre ellos dos, pero estaba segura que había sentimientos fuertes.

El salón estaba decorado exquisitamente pero por suerte muy diferente a como tenía planeado decorarlo, sería el colmo que aparte del lugar y del novio, mi prima me hubiese robado mis ideas.

El rojo y el dorado eran protagonistas absolutos, los centros de mesa eran jarrones engalanados con rosas rojas y blancas. La vajilla más fina estaba ya colocada en las mesas redondas y el menú era un especie de pergamino con letras doradas y sellado con un lacre rojo en forma de rosa.

En la entrada nos indicaron que nuestra mesa era la número 7, cuando nos acercamos a ella pude ver a mis padres y mi tío con su nueva novia sentados cómodamente en ella. Mi madre me miró con un brillo extraño en su mirada, estaba segura que esa noche iba a ser intensa.

- Estas hermosa cariño – me dijo mi madre con una sonrisa, aunque luego agregó tal y como lo esperaba, su comentario irritante, con ella siempre era igual una caricia para luego darme un golpe a mi ego – aunque debo agregar que algo provocativo de más...

- Gracias. – respondí yo haciendo referencia solamente a su primer comentario, no estaba con humor para discutir con ella esta noche.

Mat y Feli corrieron las sillas para que Nat y yo nos sentáramos, cada uno de ellos se sentaron a nuestros costados. Mi madre estaba enfrente a mí y no podía dejar de mirar el brazo de Matthew recostado sobre el respaldo de mi silla. ¿Por qué lo miraba así? ¿Qué estaría pasando por esa mente malévola? ¡Seguro nada nuevo!

- ¿estás bien? – me susurro Mat al oído.

- Sí, estoy bien. – el tomo mi barbilla y me giró mi cara hasta que estuvimos frente a frente. No dijo nada más, esperando a que yo le dijera la verdad. Tristemente aún no estaba preparada para soltarle todo, así que le dije – Mi madre me pone incomoda, la forma en la que nos mira... parece que no le gusta la idea de tu y yo juntos. No entiendo porque.

- Yo tampoco bebe – me dijo él pero su voz sonó extrañamente titubeante, como si escondiera algo. Seguramente era mi paranoia, ya que la que escondía algo era yo sin lugar a dudas.

- Voy al baño – dije y luego mirando a Nat agregue - ¿vienes?

- Vamos – me dijo ella.

Caminamos pausadamente hasta el baño de mujeres, en la bacha había peceras donde pétalos de rosas flotaban en agua con olor a vainilla. La maldita de mi prima estaba en todos los detalles ¡Hasta en el olor del agua! Una parte de mi (la rencorosa) odiaba que todo estuviera tan perfecto, simple pero a la vez majestuoso.

Un error para no olvidar. (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora