Natalia tenía en sus manos mi prueba de embarazo, prefería escuchar las malas noticias de su boca, que enfrentarme yo misma a ellas. ¿Qué haría si estuviera realmente embarazada? Siempre estuve segura de que no quería ser madre, bajo ningún concepto, no solo porque el parto me da pavor solo de imaginarlo, sino que me parece una carga demasiada alta que llevar y que te acompaña para toda la vida. Creo que es eso lo que me asusta más, ser madre es un compromiso el cual una vez aceptado, no tiene marcha atrás. La poca paciencia que tenía ya me estaba por volver completamente loca, así que mire a Natalia y le dije:
- ¿Y, tengo que pedir cita con el ginecólogo?
No hubo necesidad de que me respondiera para saber cuál era la respuesta. Estaba realmente jodida. Debería de haberme puesto a llorar, pero ni una lágrima hizo acto de presencia en mis pupilas. ¿Era el shock por la noticia, o en verdad era que no era una sorpresa para mí? Me inclino a pensar que tenía que ver con lo segundo.
- Entendido Nati, ya mismo pido hora con el ginecólogo
- ¿Qué vas a hacer Marie?
- No quiero ser madre Nati, siempre lo tuve claro.
- ¿estas segura de esa decisión?
- Si, lo estoy. Por lo menos en este momento.
- ¿le vas a contar a Mat?
- Debería, pero en realidad es algo que no aportaría nada a nuestra relación. Yo sé que el opina como yo, me parece que con que uno la pase mal ya es suficiente, ¿para que sumarle una carga a el?
- ¿Por qué es tu pareja y estaría bueno que te acompañe en el camino, sea cual sea el que elijas seguir?
- ¿para qué? Si te tengo a vos. Por favor no sigas por ese camino, yo no te he dado la lata con que le digas a Gonzalo de tu tema.
- Es diferente eso...
- Si, es verdad es diferente. Porque vos si vas a tener un hijo suyo. Me voy a dormir
No quería seguir escuchando los consejos de mi amiga. Era una chica práctica, así que acostada boca arriba en mi cama, llame al ginecólogo. Deje fijada una cita para el jueves de esta misma semana, cuanto antes pusiera una solución a este inconveniente mejor.
Sé que tal vez suene demasiado fría, pero necesito tener mi cabeza pronta para cualquier decisión que decida tomar, aunque ahora mismo, lo que necesitaba era una distracción, así que respondí el mensaje que me había llegado unas horas antes:
"Ya veo... ¿Dónde conseguiste a ese pulgoso?"
"¿pulgoso? No creo que seas una madre apta si lo vas a tratar asi, tiene corazón"
"jajaja, perdón. Reformulo la pregunta: ¿Dónde conseguiste esta bolita peluda y linda?"
"Como lo conseguí es una historia larga, para escuchar y contar con un par de cervezas de por medio"
Leí su último mensaje y me recordó a lo que me dijo aquella noche que nos encontramos en la calle y terminamos enrollándonos en mi sillón. Necesitaba distracción y Francisco era la distracción ideal para este momento; pero... siempre hay un pero, no podía, verlo sería prácticamente engañar a Mat. ¿Podría Fran entender que en este momento solo necesitaba un amigo que no me juzgara y sobre todo que no me pusiera las manos encima? Me anime y le escribí:
"Si te digo si a esas cervezas, ¿podemos acordar de ante mano que serán solo cervezas y charla?"
"¿Me estas marcando los limites desde antes?"
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Un error para no olvidar. (Terminada)
ChickLitMarie Ann está segura de haber tomado la mejor decisión de su vida ; acostándose con un desconocido, luego de que Charles, su novio de hace siete años rompiera su compromiso dias antes de celebrarse la boda. Confundir a Matthew con el chico de los h...