Lo que sentía cada vez que tenia a Fran cerca, me recordaba a la sensación en mí, cada vez que en mi adolescencia trepaba por la ventana de mi cuarto para poder escaparme a alguna fiesta clandestina. Ese estremecimiento de libertad peligrosa, un movimiento en falso y podía terminar desnucada en el suelo o aun peor castigada por mis padres.
Tome mis cosas rápidamente y le grite a Matthew:
- Mat me tengo que ir a buscar unas cosas ¿Nos vemos en la noche?
Esperaba que me respondiera con un simple si linda, pero salió de su oficina y me beso. Estaba demasiado romántico, demasiado pendiente en mí. Una pequeña y lejana voz en mi interior me decía ¿estás segura que es sincero? Sería demasiado irónico que ninguno de los dos lo seamos, aunque por lo menos mis sentimientos respecto a él sí lo son.
- Si linda, voy por tu casa a eso de las 9 de la noche ¿está bien? Asi conozco al pequeño ¿Cómo le llamaste? - JODER!, No le había puesto nombre aun.
- Se llama... SEÑOR...
- ¿Le pusiste SEÑOR? – me dijo el riéndose.
- Si, la otra opción era TON-TON, pero tiene cara más de señor.
- Eso no lo sé, pero sin lugar a dudas TON-TON no era una opción. – luego me sonrió y me dio un beso, para entrar nuevamente en la oficina y ponerse a trabajar.
Salí disparada hacia la puerta de entrada, cuando cruce la misma, vi el auto negro de Fran estacionado en la esquina, una de las ventanillas estaba baja y por ella se asomaba mi nuevo cachorro, ahora llamado SEÑOR.
Pensándolo bien el nombre le pegaba bien, si bien era un cachorro, tenía rasgos de perro viejo. Me acerque hacia la puerta del acompañante y espere a que me abriera. Una vez dentro del auto, solo lo mire con una de mis cejas levantadas como preguntando ¿Qué haces aquí?
- ¿Ni un Hola merezco? - me dijo el con una media sonrisa. Odiaba sus medias sonrisas, sobre todo porque eran demasiado sexys.
- Hola...- dije yo tranquilamente y luego ya con un tono más fuerte agregue - ¿Qué carajos haces en mi oficina Fran? ¡Podría haber sido un problemón!
- ¿Lo fue? – me pregunto el con astucia, siempre tenía la palabra justa. Cuando indique que no con mi cabeza, el me sonrió nuevamente y agrego - ¿Ves? No hay de que preocuparse. Aparte solo somos amigos ¿verdad?
- Sí, eso. Amigos.
- Con más razón. Es más, podría haber entrado directamente a tu oficina y saludarte con un abrazo, frente a todos, porque somos amigos – me dijo el siguiendo con su discurso para humillarme y hacerme tragar las palabras de que solo seriamos amigos. Pero no iba a dar mi brazo a torcer, así que solo le sonreí – Y es lo que los amigos hacen... se abrazan frente al mundo, no tienen que verse a escondidas, con miedo a ser descubiertos, no tienen que invertar mentiras para verse. Marie Ann nosotros podemos ser muchas cosas, pero algo que si no somos es amigos.
Tenía razón, cada maldita palabra que salía de su boca era la correcta. No sabía que responderle, así que opte por callar y jugar con SEÑOR. ¿Si no éramos amigos, pero tampoco éramos amantes? Entonces... ¿Qué éramos?
Mi celular sonó y atendí rápidamente, era mejor hablar con quien sea, antes de seguir dentro de este incomodo silencio.
- ¿Señorita Halls?
- Habla ella.
- La llamo de la clínica, se abrió un cupo para una consulta ginecológica dentro de media hora ¿le interesaría que cambiara su cita del jueves para hoy?
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Un error para no olvidar. (Terminada)
ChickLitMarie Ann está segura de haber tomado la mejor decisión de su vida ; acostándose con un desconocido, luego de que Charles, su novio de hace siete años rompiera su compromiso dias antes de celebrarse la boda. Confundir a Matthew con el chico de los h...