Luego de la propuesta que el doctor Strange le había hecho a Wanda, ésta decidió tomarse unos días para pensarlo bien, con todo lo que aquello conllevaba.
Pasaron un par de días, en los cuales la muchacha de poderes escarlata aún no podía definirse bien, tenía una idea clara sobre que hacer, pero todavía no estaba segura.
Ella ahora mismo estaba en su habitación, acostada en su cama con su ropa de estar típica, la chaqueta roja, pantalones y zapatos negros. Reflexionaba sobre que sería lo mejor para proteger a los demás, tanto a los vengadores como a los ciudadanos, pero sobre todo, para ella misma. Volver a perder la compostura y liberar sus poderes de manera destructiva era lo último que quería, y separarse de su actual equipo también le harían sentir mal, puesto que era la única familia que tenía, sobre todo su pareja.
''¿Que debería hacer?'' pensaba la castaña, mirando el techo de su cuarto.
En cuanto a Peter, él no estaba mejor. Al enterarse de que existía la posibilidad de que la sokoviana abandonase el complejo, se puso bastante triste. Era natural, saber que no tendría más contacto con su novia por tiempo indeterminado alimentaba bastante su desmotivación. No lo malentiendan, él quería que Wanda progresara y lograse un correcto dominio de sus habilidades, pero el precio que debería pagar por eso sería alto a nivel emocional. Sentado, con su mentón apoyado sobre sus rodillas, pensaba sobre como podría llevar mejor las circunstancias actuales.
'' Al final, es su decisión, pero.... '' se decía mentalmente el arácnido, con su mirada perdida en el fondo de su habitación.
De pronto, se le ocurrió una idea, por lo menos una que funcionaría para ambos, cosa que esperaba. Se levantó de la cama, se puso un calzado y salió de su cuarto, dirigiéndose al cuarto de su novia, una vez allí, dio unos toques sobre la puerta. Recibió una afirmación para que ingresara.
- ¿Wanda? - preguntó el castaño asomando la cabeza por la entrada.
- Hola Peter, ¿Qué tal estás? - contestó la chica, queriendo saber el estado de su novio.
- La verdad que no muy bien, ¿y tú? - respondió el trepamuros, cerrando la puerta del cuarto.
- He estado meditando mucho sobre lo de hace unos días, no es fácil - dijo Wanda, bastante preocupada.
- Te iba a proponer salir juntos, esta noche, quizás juntos podamos resolverlo - sugirió el chico.
- Si Peter, me encantaría - aceptó gustosamente la brujita.
- Genial, entonces más tarde nos encontramos en la puerta del complejo - dijo el arácnido, dándole un beso corto a su novia, seguido de un abrazo cálido. Y cuanto que Wanda necesitaba ese abrazo, esas muestras por parte de su pareja la hacían sentir más contenida, amada y correspondida. En su rostro se dibujó una sonrisa de cariño y alegría, la cuál reflejaba lo mucho mejor que se sentía ahora.
- Gracias Peter, a esa hora estaré - acordó Maximoff al romper delicadamente su abrazo con su novio.
- No tienes que agradecerme Wanda, te amo y lo hago por ti, luego nos vemos - comentó Peter retirándose de allí y cerrando la puerta de la habitación de la castaña.
Wanda cayó a la cama con una cara de emoción y entusiasmo indescriptibles, movía la cabeza de lado a lado felizmente, como si a una niña pequeña le hubieran comprado el juguete que más deseaba. Ahora no podía esperar a que llegara el momento de su salida con el arácnido.
Pasaron unas 3 horas y ya se había hecho de noche, tal y como habían quedado, Peter y Wanda ya estaban en la salida de la base.
Así se vistió Peter:
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Escondido entre magia y telarañas: Luz y Oscuridad
FanfictionContinuación de ''Escondido entre magia y telarañas'', seguimos los sucesos posteriores a la catastrófica pelea en la ciudad de Nueva York entre los vengadores y Dark Wanda y a su fatídico desenlace. Ahora que la bruja escarlata ha vuelto en sí, ell...