CAPITULO 4

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Los días transcurrieron muy rápido y Gadiel y yo,solo nos veíamos de lejos

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Los días transcurrieron muy rápido y Gadiel y yo,solo nos veíamos de lejos. Él llegaba a la misma hora de siempre,iba a la nevera tomaba una cerveza y volvía a la habitación en donde dormía,las noches para mi era muy difíciles y tristes,me había acostumbrado de algún modo a dormir a su lado,me acostumbré a su calor.

Gadiel era un hombre cálido,en aquellos momentos eso me hacía ver,haciéndome sentir más miserable de lo que ya era. Solía llorar por las noches,porque no sabía que hacer ante la situación. Verlo llegar,mirarme levemente para luego verlo irse,me rompía el corazón pero aquí está la parte en la que el orgullo puede más que todo,en algunas situaciones es así. En algunas situaciones,el orgullo se hace presente tomando el lugar de ambas parte y evitando que los problemas se pueda resolver.

Era viernes y tecleaba en el ordenador,trabajaba para una editorial muy conocida,aquí en Inglaterra. Era traductora de novelas francesas,trabajaba desde mi propia oficina en la empresa,incluso podía trabajar desde casa,pero eso no es lo mío. Mi trabajo requería mucha concentración y tiempo,amaba lo que hacía. Ese día,pedí hacerlo desde casa por el simple echo de que estaba pasando por esa situación,y no quería lidiar con nadie más.
Gadiel tenía razón cuando dijo que yo odiaba a todo el mundo,era muy antisocial y la mayoría del tiempo quería pasarlo sola. En la universidad,era más alegre según él. Muy divertida y espontánea,pero supongo que uno va cambiando con el pasar de los años.

Unos toques en la puerta,atrajeron mi atención.— Señora O'Niell,tiene visitas.— Habla la sirvienta.

— Ramona,te dejé claro que no quería que nadie me interrumpiera.

— Si,pero es que...— Ella me miraba con nerviosismo.— son los padres del señor O'Niell.

Mi cabeza se puso totalmente en blanco y mi rostro palideció,no esperaba su visita. De echo,hasta me pregunté qué demonios hacían aquí,pero lo que más me preocupaba es que hayan venido en esta situación tan incomoda. Me levante de mis asiento,encaminándome hacia la entrada junto a la sirvienta.

Ellos estaban allí,con maletas y sus rostros sonrientes,su madre se dirigió hacia a mi una vez que me visualizo.— Oh,querida.— dijo dándome un beso y un abrazo,el cual correspondí torpemente,luego me acerqué al padre de Gadiel y también le di un abrazo.

— No sabía que ustedes,vendrían.

Ella miro a su esposo confusa,luego volvió su mirada hacia mi.— Le comentamos a Gadiel,justo ayer. Le dijimos que pasaríamos un fin de semana,juntos.— Me vi forzada a sonreír. Porque Gadiel,jamás había echo algo sin consultármelo primero,mucho menos si se trataba de traer a sus padres a la casa.— No te lo comento,¿verdad?.

— Ah,si. Es que,con tanto trabajo lo he olvidado.— Mentí,porque primero era quedar bien ante sus ojos,yo no quería que supieran que estábamos mal,mucho menos ellos. Porque ellos,siempre tienen algo que decir. — ¿Ramona,podrías pedir que lleven sus maletas al cuarto de huéspedes?.— Ella asintió retirándose,tome amablemente a la señora Delia de brazos,llevándola a la sala. — Ni siquiera he preparado la cena,he estado atascada de trabajo.

Matrimonio de papel.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora