CAPITULO 21

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Este capítulo es un poco largo, disculpen.



La señora Leire nos miraba detenidamente por encima de sus gafas,volvió a pedir el fabuloso té de manzanilla,el cual no tardó en llegar y esa vez le ofrecieron café a Gadiel que no rechazó. Después de la noche anterior,simplemente nos levantamos,desayunamos y cada quien siguió rumbo a su trabajo para después encontrarnos en el edificio en donde tomaríamos la terapia.
— Me alegra mucho que haya decidido proseguir con la terapia.— dijo dando un sorbo a su taza de té.— después de lo acontecido,¿hablaron sobre algo?.— Pregunto tomando su libreta y un bolígrafo.

— ¿Porque lo pregunta?.— dije.

— Hoy los veo más tranquilos.

— ¿Y eso es malo?.

Ella niega con la cabeza.— No. De echo es bueno,pero todo depende de cómo hayan resolvido el problema o uno de ellos.

— ¿A que se refiere exactamente?.

La mujer tomó un suspiro.— Pues,si han hablado o solo hicieron lo que muchas parejas hacen.

Fruncí el ceño y dije:—¿Que?.

— Evadir las cosas o ignorarlas.— dijo con seriedad.— Y se hace de muchas maneras,y no está bien.

— Bueno,no es que hayamos hablado del problema exactamente. Es...es complicado.— dijo Gadiel,cruzando sus piernas.

La mujer nos miro como por algunos cinco minutos,se acomodó en su asiento y dijo:— Vamos a iniciar de nuevo. Quiero que entiendan que yo,estoy aquí para ayudarlos,¿entienden?. Quiero que sean capaces de ponerse en los zapatos del otro,quiero que se escuchen,quiero se auto-analicen y sobretodo quiero que hablen,sin ofensas,sin prejuicios y sin buscar un culpable.

— Bueno,creo que difiero un poco ese lema.— Hable al instante,Leire me miró extrañada.— Es obvio qué hay un culpable en toda esta situación.— dije haciendo un círculo en el aire con mi dedo índice.

— Ambos tienen un poco de culpa.— dijo.

—No,espere. Yo no tengo culpa de nada,porque yo no fui la que puse cuernos,para empezar.—dije. Bueno,si lo había echo pero por Dios,no lo iba a admitir,no así.

En ese momento Gadiel suspiro con pesadez,y frotó sus manos contra su cara.— Ya he pedido perdón un montón de veces,ya te lo he dicho.

— Pero un perdón no arregla las cosas. El único que es capaz de perdonarte aunque hayas roto el mundo entero,es Dios y lamentablemente ni siquiera estoy cerca de ello.— Le aclare.

— Muy bien cariño. Dime una cosa,¿qué demonios pretendías que hiciera? o espera,¿qué demonios esperas que haga yo?. No sé qué más decirte,¿podrías dejar de ser tan rencorosa una vez?.

La señora Leire en ese momento cerró los ojos con fuerza,mientras recostó su cabeza hacia tras en el asiento.

Yo solté una risa sarcástica.— ¡Ay perdóname amor!,yo no sabía que tenía que esperarte con brazos abiertos. ¿Tú crees que yo soy esa clase de mujer?.— Lance mirándolo.— ¿ Crees que iba a quedarme de brazos cruzados?,¡así son ustedes los  hombres!,siempre creyendo que debemos ser sumisas y perdonarlos cada vez que hagan una mierda. ¿Te digo que hubieses echo tú si la infiel habría sido yo,Gadiel?.

— Si claro,porque seguro que yo habría sido diferente. Te habría perdonado.

—¡Y una mierda!.— Grite.— Por supuesto que no me habrías perdonado,me habrías crucificado eternamente por eso,cada día de mi vida.

Matrimonio de papel.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora