CAPITULO 23

73 4 3
                                        

Capítulo largo.

Al entrar a la casa,yo camine directamente a la cocina y por supuesto que Gadiel me siguió,Ramona –quien estaba allí haciendo no sé qué cosa

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Al entrar a la casa,yo camine directamente a la cocina y por supuesto que Gadiel me siguió,Ramona –quien estaba allí haciendo no sé qué cosa.—  se acercó a nosotros rápidamente.— Buenas noches. ¿Quieren comer o tomar algo?.— Pregunto mirándonos de manera amable.

— Quiero un batido,pero me lo haré yo misma.— dije mientras que a la vez dejé el bolso sobre la meseta del centro,eché mi corta melena hacia atrás y me acerqué al fregadero a lavar mis manos.

— Ramona,¿podría retirarse,por favor?.— Pregunto Gadiel,en un hilo de voz.

No habíamos hablado para nada,durante el pequeño trayecto a casa,él se encontraba muy molesto. Sólo apretaba el volante tan fuerte que sus nudillos se ponían de un blanco pálido,apretaba tanto su mandíbula que parecía que iba a romperse.

—Con permiso.— dijo la mujer que luego se retiró dejándonos solos. Trague en seco moviéndome a la nevera por la bolsa de fresas congeladas que estaba en el congelador,mientras que podía sentir su mirada directamente clavada en mi cuerpo.

Honestamente,su mirada se sentía como una gran daga en aquel momento.

Mi cabeza daba vueltas y vueltas,tratando de encontrar una respuesta que pudiese contestar como demonios Brenda se había enterado de eso.

— Emma...¿Podrías mirarme?.— Pregunto con seriedad.

Dejé la bolsa de fresas a un lado de la licuadora,mientras apoye mis manos sobre la meseta fría,cabizbaja mire al suelo,preparándome para lo que estaba apunto de acontecer.

Finalmente,me giré en mis talones y vi sus ojos mirar los míos directamente.

— Entonces...si hubo alguien.— Me dijo al paso de exactamente cinco minutos de silencio incómodo,guarde silencio y trague en seco.— ¿Porque me mentiste?.— Murmuró con el ceño fruncido. — ¿Porque me dijiste que no había nadie más cuando si había alguien más?.— Le aparte la mirada.

— Porque cuando preguntaste en ese momento,no había absolutamente nadie.— Le dije volviendo a la licuadora para seguir con lo mío.

— Quiero saberlo todo,¿quien fue?,¿como?,¿en que momento?.— Dijo mientras caminaba hacia mi,me quede firme vaciando un poco de fresas que estaba en la dicha bolsa . — Quiero que me digas cada cosa.— dijo a un metro de mi.

Vertí leche en la licuadora,algo de azúcar y encendí el aparato. El ruido tardo por algunos dos o tres minutos,luego la apague,la vertí en un vaso,girándome en mis talones,tome un sorbo.

— Te atreves a tomar un batido,¿en esta situación?.— Pregunto indignado,parecía como si le habían pegado fuerte en la nariz.

— ¿Que quieres que te diga?.— Pregunté mirándolo.— ¿Quieres que te diga que lo siento,que jamás quise hacerlo y toda esa estupidez?,no seas estupido.— Le dije volviendo a tomar del vaso.

Matrimonio de papel.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora