CAPITULO 18

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Los días faltantes para que entrara enero,transcurrieron de forma rápida. Yo volvía a laborar un lunes por la mañana. Me levante,me di una ducha de cinco minutos,me arregle lo más casual posible.

Cuando baje las escaleras,escuché a Gadiel despedirse de Ramona y dos segundos más tarde la puerta cerrarse. Nos habíamos hablado los días anteriores a ese,las cosas aún estaban tensas entre los dos. Yo prefería estar al margen hasta la dicha terapia,mi cabeza estaba cansada de discutir con él y todo lo demás,de echo ese día lo único que quería era huir de él,de todo.

Solo tome un café rápido y luego me dirigí a mi auto,en marcha al trabajo. Hacia un frío que pela,quería quedarme en el auto junto a la calefacción todo el día pero lastimosamente tuve que bajar del auto y dirigirme a dentro de la empresa rumbo al ascensor. Dentro de la empresa no es que había tanto frío pero no estaba tan cálido,incluso tomar el ratón de la computadora se sentía incómodo por lo frío que estaba. — Emma,Emma.— dijo mi compañera a mis espaldas,giré en mis talones para encararla.— Tienes diez obras para traducir,este mes.

Fruncí el ceño:— ¿Que?.

— ¿No te lo dijeron?.— Pregunto confusa.— Como sea,debes terminarlas rayando para el mes entrante. Ya que son obras que han sido recientemente lanzadas,y las ventas están alborotadas.— Me dijo haciendo una mueca de disgusto.

Tome un poco de aire por la boca,y luego lo solté para calmar el estrés que empezaba a reaparecer. Sin decirle nada,adelante mis pasos hacia la oficina de mi jefa. Al entrar,estaba allí mirando en su computador,ella alzó la vista en aquel momento y enarcó una ceja.— ¿Viniste a contarme sobre tus anheladas vacaciones?.

— Quiero me expliques porque tengo tantas obras juntas para un mes.

— Bueno cariño,te expliqué varias veces que no podía darte vacaciones para las fechas de navidad,porque había muchísimo trabajo pero no me hiciste caso.— Me dijo alzándose de hombros.

— Creí que pondrías a Elizabeth junto a otro compañero,para que terminaran ese trabajo.

— Pues,yo también lo creí pero...— Ella miró un punto fijo en el suelo de manera fustrada.— Elizabet está embarazada,y ha estado unos malestares que madre mía,y el otro compañero tenía mucho que hacer,así que lo dividí.

— Valeria,yo entiendo que quieres seguir en lo alto,como una de las editoriales conocidas y demás,pero es demasiado para mi.— Puse mis manos al frente.— Solo tengo dos manos,tengo un esposo,tengo cosas que hacer aparte de mi trabajo.

Esta se levantó de su escritorio y suspiro incómoda.— No sé de que te quejas,Emma. Por Dios,¿es que tú esposo es un niño?,no tienes hijos,aparte de llegar,tomar un té y recostarte,¿que más de ves hacer?. Te di las vacaciones que querías,la que tanto añorabas,listo descansaste y ahora vuelves a trabajar,querida. Es todo.

No me sentía tan bien como para seguir la discusión así que simplemente le dije:— Haré lo que pueda,pero no creo que termine de traducir diez obras para un mes.

— Pues si vas a poder,porque sino te voy a despedir y seguro que no quieres perder tu trabajo.

En mi rostro apareció una expresión burlona,quería retarla lo juro,pero como sabía lo que me esperaba más tarde y apenas regresaba al trabajo,pues decidí marcharme y dejarlo pasar.

No tuve más remedio que iniciar con la primera novela,había algo positivo aparte del dinero que recibía,y era que me daban créditos por la traducción.

Matrimonio de papel.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora