The Last Warrior- La Última Guerrera. Alice De Niro.

Octavo Capítulo. Midnight, mi salvador.

En realidad no era una sonrisa como debería ser una, sino una muy extraña pero igual, era una sonrisa. Apenas se elevaron las comisuras de sus labios, pero al instante en que lo miré, la borró. Pinche Anubis. Bast me pellizcó el brazo y me quejé.

- No hagas eso –la reprendí y ella rió.

- Midnight es un sirviente mío pero ahora será tuyo, es un gato de verdad muy especial, Alice, te protegerá.

Abrí la caja y me encontré con un hermoso gato…era el mismo que había visto cuando los licántropos me atacaron. Fruncí el ceño y miré a Bast que me observaba con sus luminosos ojos verdes gatunos.

- ¿Hay un problema? –preguntó ella.

- Es el gato que estuvo en mi pelea con los licántropos –susurré y Bast borró su sonrisa.

- Bueno...de no ser por Midnight otra vez estarías muerta. Él te encontró primero, y te siguió. Estuvo también en el día en que moriste…él me guió hacia ti.

Y ahora que lo dijo recordé otra cosa: esa misma mañana, unos minutos antes de llegar a mi escuela <me iba caminando> había visto un gato, éste gato; lo acaricié al pasar y seguí con mi camino…Anubis se acercó con el ceño fruncido.

- ¿Dijiste pelea con licántropos? –preguntó él receloso. Asentí y él se giró a Bast, tomándola de un brazo. Ella siseó apartándose de su agarre.

- No me toques, Anubis –masculló Bast y Anubis apretó la mandíbula. Estaba enojado; como siempre.

- No me dijiste nada sobre una pelea contra licántropos –profirió enfadado- explícame…no, tú explícame –dijo refiriéndose a mí. Me encogí, Anubis daba miedo en ese momento.

- Yo…eh…bueno… ¿eh? –balbuceé. Anubis rodó los ojos y me tomó del brazo bruscamente, pero cuando lo hizo, Midnight se lanzó a él mucho antes que Bast o yo chillara.

El gato maullaba furioso contra Anubis que trataba de quitárselo de encima mientras que Bast reía burlista de la escena…

- Midnight ¡basta! –exclamé y el gato lo dejó acercándose a mí, refregó su cuerpo contra mi pierna y se fue a echar en el sofá. Anubis no tenía rasguños, pero lo dejó más malhumorado que antes.

- Maldito gato.

- ¡Eh! ¡No le llames así, perro!

Él gruñó y se marchó de la sala mascullando insultos en egipcio. Bast paró de reírse como una loca y fue para acariciar suavemente a Midnight.

- Bien hecho, Mid –lo felicitó y el gato maulló relajado ante las caricias de Bast. Luego ella alzó la mirada- ¿tienes hambre, Alice?

                                                                                   *** 

Luego de la cena <la que Anubis no asistió> fui a mi cuarto a bañarme para luego reunirme con Horus en la sala de juegos, en cuanto llegué, ya estaba jugando al juego de guerra de la otra vez. Me ofreció un control y jugué con él por una hora hasta que me entró sueño y me fui a dormir. Horus me contó que al día siguiente íbamos a entrenar y luego a jugar de nuevo <una revancha>. 

Ya al amanecer me levanté para desayunar, jugar un rato con Midnight y luego irme a la sala de entrenamiento, donde Horus leía un papiro muy concentrado y sin darse cuenta de mi presencia…

- Hey… -hablé y él levantó la vista, le costó un momento en reconocerme y luego sonrió con la vista perdida- ¿sucede algo?

- ¿Qué? No, no…nada –repuso sonriendo y guardó el papiro en uno de los bolsillos de su pantalón militar. Palmeó sus manos y me miró con intensidad- ¿lista?