Había pasado un día desde la ceremonia, hoy a la noche, comenzaba la guerra. Ayer estuve practicando con mi látigo por lo cual era genial porque podía controlarlo a mi manera y la verdad estaba bueno. El látigo del caos tenía el poder de hacer gran daño al enemigo. Horus no tenía experiencia con látigos y Bast tampoco así que tuve que aprender a manipularlo yo sola; ya me había acostumbrado a mis nuevos músculos y extremidades gracias a la bendición de Ra pero seguía siendo algo frágil, por suerte nadie había notado nada extraño en mi nueva forma...de ser. Seguía siendo yo, pero un tanto diferente.
Anubis desaparecía de vez en cuando sin decir y explicar nada. Ya me cansé de esta situación, no estaba del todo segura si en verdad quería a Anubis de esa forma y tenía que averiguarlo pero temía arruinarlo todo, además casi nunca podía encontrármelo porque parecía escapar de mi presencia cada vez que nos veíamos en el recinto. Era una tortura interna.
No podía enamorarme de un dios; no estaba permitido. Pero el cerebro no entiende esas reglas y permite a esas odiosas emociones a desmantelar todo.
Ahora me encontraba en la sala principal, sentada en el sofá, pensando, o mejor dicho, tratando de canalizar mis temores sobre la guerra...planificaba en mi mente el rescate de mi familia y la destrucción de Seth ¿podía hacerlo todo? Seguramente no pero...como sea, mi objetivo principal era mi familia y si podía, matar a Seth. ¿Se podía matar a un dios? Seth no pudo matar a Osiris, por eso lo descuartizó en miles de pedazos, entonces... ¿debía despedazarlo en partículas subatómicas? Iba a tener que buscar más información sobre ello.
Bast entró a la sala con rostro cansado, arrastrando los pies se sentó a mi lado.
- Ya se ha confirmado el lugar de la batalla –susurró ella mirando la estatua gigantesca de Ra- solamente que no sabemos con exactitud el lugar.
- ¿Cómo? –indagué yo confundida.
- Sabemos que es en un desierto sin humanos ni actividad mundana.
- ¿Y cómo se supone que iremos hasta allí si no saben dónde es exactamente?
- Porque un portal mágico aparecerá en una hora exacta aquí en esta sala a la medianoche; el portal no es invocado por nadie, cuando nosotros declaramos la guerra contra alguien primero se hace un acuerdo y por naturaleza propia un portal se abre para transportarnos en el lugar donde la guerra se hará... ¿entiendes?
- Más o menos... ¿estás asustada Bast? –le pregunté en un débil susurro, siguiendo su mirada hacia la estatua intimidante de Ra.
- No le temo a mí misma destrucción...temo por ti, jamás me había encariñado de un mortal desde...olvídalo –repuso sonriéndome débilmente- eres realmente importante para mí, Alice, y espero que lo entiendas.
- Lo hago.
Ella suspiró y luego con una simple sonrisita se marchó hacia la cocina. Yo temía por mi familia, y obviamente por mí misma, pero si tenía que morir quería hacerlo con algo heroico, algo honorable. Ahora fui yo quien suspiré; era estresante estar constantemente pensando si ibas a morir o no, si lograrás salvar a tu familia o el mundo, o definitivamente ninguno de los dos...realmente estresante. Medité unos segundos más antes de dirigirme a la cocina para ver lo que Bast estaba haciendo <porque escuchaba ruidos metálicos provenientes de ahí> y también porque quería comer algo, por puro placer de comer. La comida siempre iba ser mi amor platónico.
***
Rompí cinco bolsas de boxeo de un solo puñetazo y sin quebrar mis manos. Genial. Ahora entrenaba con Bast...ella era físicamente ágil y veloz como nadie más, pero gracias a la bendición de Ra mi cuerpo se complementaba con la de ella haciéndome de igual forma una gran luchadora.
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The Last Warrior- La Última Guerrera. Alice De Niro.
FantasiaSinopsis: Alice De Niro es una adolescente de 17 años. Quien falleció en un accidente escolar y a lo pocos minutos revivió...distinta a como era. Ahora tiene habilidades, de gatos. La diosa Bast le devolvió la vida, pero no por caridad. Los dioses...