El recuerdo de Alice convirtiéndose en un montón de arena me desesperaba. Sabía que estaba viva, pero esa imagen hizo que me doliera el pecho. Una sensación nueva para mí; jamás en toda mi eterna existencia había sentido eso por alguien, nunca me había enamorado y menos de una mortal. Y eso era lo peor: una mortal.
Nadie había mencionado nada sobre el tema pero sabía que pronto iba ser el tema de una larga y dura charla. Ya me estaba imaginando a Ra hablándome sobre las reglas y normas que nos rigen y pidiéndome que me alejara de Alice...no, ya no podía hacerme atrás. Ella me había dicho que me amaba y eso para mí fue la gota que rebalsó el vaso; fue la chispa de esperanza que había estado esperando hace milenios: que alguien me aceptara tal cual era, que amara mis imperfecciones y mi lado oscuro que no quería. Ella era un rayo de luz en mi profunda oscuridad. Ella era demasiado perfecta para mí aunque al principio pensaba que no lo era.
Ahora estábamos llevando los restos de mi padre que serán sepultados en una cripta especial que lo retendrá lo necesario para que haya paz durante un largo tiempo. Nadie sabe nada sobre Sobek, el muy desgraciado se había marchado cuando Alice se esfumó, pero me vengaré; por Alice lo haré.
***
- Ya...deja de empujarme –me quejé cuando Bast se arrimó sobre mi hombro para espiar.
- Es que quiero tener la mejor vista –replicó ella.
Nos encontrábamos en una esquina cerca de la casa de Alice <restaurada> ansiosos por verla de nuevo. Bast me clavó las uñas en mi cuello.
- ¡Hey! –mascullé enojado; ahora tenía que lidiar con ella porque no podía estar con Alice sin que me agradara Bast.
- Allí está –musitó ansiosa y miré cómo ella salía a la vereda con dos bolsas de basura en mano- se la ve extraña.
Era ella realmente pero sí, se la veía...confundida, como si no entendiera lo que sucedía alrededor. Salí de mi escondite hacia ella, haciendo que Bast se cayera de cola. Caminé apresuradamente sin quitar mis ojos encima de Alice...era ella...
- ¡Alice! –exclamé sonriente. Ella ya había dejado la basura en el cesto y al oír su nombre se giró a mí sorprendida. No había asombro en sus ojos cafés. Cuando llegué a ella me sentí nervioso- Alice...estás bien y no sabes cuánto te he...
- Perdona... ¿Quién eres? –indagó ella mordiéndose el labio. Me reí, ella siendo irritante como siempre. Me gustaba eso.
- Ya...esperaba algo mejor que eso, gatita.
- No, hablo enserio... ¿quién eres? –me miró extrañada y entonces borré mi sonrisa. Bast reapareció detrás de ella sin que Alice se diera cuenta.
<Ella no sabe quiénes somos nosotros> me dijo Bast en mi mente < no sabe ni quien es ella realmente>
- No es posible –musité y Alice entrecerró los ojos. Luego comenzó a darse media vuelta...
- Tengo que irme... -dijo y se marchó sin más. Bast se había trepado a tiempo a un árbol. Mi corazón acababa de morir, no podía ser así...no ella.
- No ¡Espera! –comencé pero Bast me detuvo. La miré iracundo- Déjame, Bast.
- ¡Ella no nos recuerda! –me gritó ella molesta empujándome con rabia- No sabe nada sobre sus poderes ni sobre nosotros los dioses...algo debió fallar en su plan...su memoria.
- Pero... ¿la recuperará? –indagué desesperado. Bast me miró a los ojos.
- No tengo ni idea. Pero creo que es mejor así.
- ¿Qué dices?
- Escucha, Anubis. Ella jamás quiso esta vida, me refiero a la de la última guerrera, ella quiere una normal, ahora la puede tener ya que no recuerda nada sobre eso.
- ¿Te estás escuchando, Bast? ¿Acaso la quieres abandonar?
- No abandonar, sino dejar vivir su vida mortal como ella siempre deseó. Sin dioses, sin guerras ni monstruos.
- No voy a dejar a la única persona que me ama –repliqué y luego le di un puñetazo al árbol, derribándolo- cuando al fin alguien me acepta tal como soy ¿tú me dices que la deje ir?
- Si en verdad la amas Anubis, déjala ir, esto era lo que ella más quería. Tal vez fue parte de su plan, no lo sabemos, al no recordar nada de nuestro mundo.
- No lo creo, Bast –repliqué más furioso que antes- ¡ella me dijo que me ama! ¡Yo la amo también!
Bast miró a otro lado; sus ojos verdes brillaban con la luz del sol.
- ¿Crees que no la quiero también? Dejarla para mí es una tortura, es como mi hija y lo sabes, pero yo sé lo que ella necesita –me miró intensamente- ella necesita una vida. Sacrificó su memoria por nosotros y estamos en deuda. Todos vamos a extrañarla, Anubis, pero ella se merece vivir, una vida mortal a plena. Un futuro brillante y lleno de felicidad; hijos, un esposo...
- Yo quiero ser su esposo –interrumpí irritado. Pensar a Alice casada con alguien quien no era yo...-yo quiero tener un futuro con ella. Yo también quiero vivir por primera vez, Bast. Toda mi existencia no cuenta como vida, solo existir, no vivir.
- Pero...
- No la dejaré –puntualicé. Bast suspiró cansada.
- ¿Y qué vas hacer? Ella no te recuerda, y si no te recuerda no te puede amar.
- La haré recordar, la haré que se enamore de mí pero esta vez bien...me haré pasar por un humano más.
Bast abrió los ojos exasperada.
- ¿¡Estás loco!? Si se entera Ra...
- No tiene por qué enterarse...si al final recupera la memoria no será un problema...y si no, ya veremos. Pero seré humano por ella.
- Pero no lo eres ¿Qué pasará si llegan ser pareja? Ella no te verá envejecer, ella lo hará. Ella querrá tener hijos y tú no puedes. ¿Qué pasará con tu trabajo en la Duat? Tendrás que estudiar en la Universidad y tener un trabajo humano. No es sencillo, Anubis, te lo digo por experiencia.
- Lo intentaré. No creo que ser humano sea tan difícil...
Esperaba a que no fuera difícil. Esperaba recuperar a Alice. Esperaba poder tener una existencia junto a ella. Esperaba su renacer...
FIN DEL PRIMER LIBRO.
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The Last Warrior- La Última Guerrera. Alice De Niro.
FantasySinopsis: Alice De Niro es una adolescente de 17 años. Quien falleció en un accidente escolar y a lo pocos minutos revivió...distinta a como era. Ahora tiene habilidades, de gatos. La diosa Bast le devolvió la vida, pero no por caridad. Los dioses...