43: Mi nueva morada

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A cada segundo me desesperaba más, no sabía cómo ayudarla, cómo devolver a mi hija a la vida, cómo intercambiar mi vida por la suya. En lo de la hoguera fue fácil, sabía que debía entrar al pentagrama cuando ambas estuvieran dentro y Mala'ikan haría el resto. Pero en ese instante estaba perdido. No sabía qué hacer y mi mente se negaba a trabajar.

"Por favor, Mala'ikan, ayúdame una vez más. Selena, mi Luna eterna, no dejes morir a tu hija, por favor".

La malévola risa de Nicole me sacó de mi angustia. ¿Qué se creía esa impostora, se estaba burlando de mi hija?

―Lo siento, querido ―le hablaba a Max―, pero el poder de la luna es demasiado poderoso para desperdiciarlo.

Los hechiceros formaron un círculo protector alrededor de Sabrina, a quien Nicole amenazaba con quitar de su camino.

La joven hechicera buscaba, impotente, guía en los enigmas que su madre le había entregado tiempo atrás. Solo ella debía resolverlos, pero uno me dio la clave:

La hija que perdió a su hijo

Jamás perdonará,

Aunque todavía no lo sabe,

La venganza traerá.

La madre que perdió a su hijo

En los brazos del maligno,

Volverá del infierno mismo

Para vengar traición y olvido.

A la madre o a la hija

Su poder traspasará

Lado a lado en la batalla

A su hijo vengarán.

Abril, mi Abril perdió a su hijo a causa de Ricardo, el maligno, y en sus mismos brazos debía regresar del infierno.

"La traeremos de vuelta, hermano", me dijo mi hermano con su mente.

Se paró al lado de Nicole en señal de apoyo. Yo, con todo el dolor de mi desgarrada alma y haciendo acopio de todas mis fuerzas, me situé al lado de la impostora. Quise quebrarle el cuello en ese mismo instante, pero me contuve.

―¡Manuel! ―Ray no podía creer lo que veía.

―Lo siento ―respondí con una falsa sonrisa―, debía asegurarme de que muriera.

―¡Es tu hija, carajos!

Las Lunas de Abril IV : Luna eternaWhere stories live. Discover now