Capítulo 13

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Después de su terrorífico episodio de pesadillas nocturnas, Wanda no pudo volver a conciliar el sueño. Una parte de sí misma le susurraba muy dentro de su mente la desconfianza que mostraban los Vengadores hacia ella, y la reprendía por confiar tan rápidamente en alguien. La voz penetró tan profundamente en ella que revisó minuciosamente su habitación en busca de cámaras, luego cayó en la cuenta de que la tecnología Stark era demasiado avanzada como para que ella pudiese encontrarlas. De madrugada, cuando la paranoia ya se había apoderado totalmente de ella, consideró huir sigilosamente de la base, pero su plan se vio desbaratado cuando vio que sus únicas opciones eran los Vengadores o Padre, y sobretodo, que probablemente los Vengadores habían introducido alguna especie de chip en ella mientras se encontraba inconsciente para rastrearla.

Mientras divagaba en sus pensamientos no sé había percatado de que había comenzado a caminar sin filtro de ruido por la habitación y de un momento a otro se abrió la puerta de un portazo, rebotando contra la pared con un ruido seco, dejando ver al otro lado una maraña de pelo pelirrojo, el cual no había anticipado su llegada.

- Sabes que hora es?! - Gritó en voz baja Natasha mientras la penetraba con una mirada que paralizaría a cualquiera.

- Q-que? - Tartamudeó Wanda sobresaltada por su repentina entrada y sin haber comprendido la pregunta.

- Las malditas 3 de la mañana! No sé tú pero quiero disfrutar de los únicos momentos de descanso que me ha dado hoy Dios o quien quiera que sea antes de que vuelva el insomnio. - Mientras Natasha había ido soltando entre susurros furiosos su discurso la morena se fue encogiendo cada vez más en su sitio sin atreverse a arrebatar la mirada de los brillantes ojos verdes de su contraría.

La rueda que giraba peligrosamente en su cabeza antes de que la rusa entrara solo había aumentado de tamaño y unos hilos rojos comenzaban a desilacharse de sus manos mientras el lobo luchaba por mostrar su presencia y su instinto, dejando atrás los sentimientos. Todo esto paso en apenas una milésimas de segundo y tan pronto como aparecieron los hilillos que orbitaban en sus manos desaparecieron antes de que Natasha tuviera tiempo de percatarse en ellos en la oscuridad, con ellos se marchó también el sentimiento de la superficie y Wanda pudo encontrar de nuevo su voz

- Lo siento, insomnio. - Susurró encogiéndose de hombros, esperando que los susurros fueran suficiente como para ocultar el temblor de su voz y que su excusa fuera convincente para la espía.

Natasha la miró contrariada durante unos segundos, había visto en apenas unos instantes innumerables emociones pasar por su rostro y había quedado espectante de una protesta o una excusa más elaborada, viendo que no iba a obtener nuevas respuestas cogió la manilla de la puerta para cerrarla.

- Descansa lo que puedas, a las seis vengo por ti. - Casi al mismo tiempo que paró de hablar cerro la puerta con delicadeza.

Wanda quedó atenta durante unos largos minutos esperando oír los pasos de Natasha hasta su cuarto, el abrir y cerrar de su puerta o siquiera el chirriar de su cama al tumbarse en ella, pero ninguno de esos sonidos llegó, cuando abrió silenciosamente su puerta esperando verla allí parada se sorprendió al solo ver oscuridad y mientras la recorría un escalofrío se preguntaba cómo Natasha podía ser tan silenciosa y si debía preocuparse por ello.

Como era de esperar no durmió el resto de la noche y como la rusa había dicho fue puntual al encontrarse esperándola a las seis delante de su puerta, la pelirroja se había empeñado en hacer que Wanda dejará de verse como una enclenque y trabaje sus músculos para desarrollarse mejor en combate.

- Es por el insomnio? - Escuchó Wanda saliendo de su ensimismamiento mientras luchaba por aguantar la velocidad de Natasha.

- Qué?

Una nueva vengadoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora