Números, besos y otros menesteres

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Jimin lo miró con pena y mientras se mordía su labio inferior habló.
-Sé que soy un aburrido y seguro tenías algo mejor que hacer, pero te juro que si no fuese una emergencia no te hubiera molestado, además de que no sabía a quien recurrir, disculpa-

-Deja ya de disculparte y dime que es lo que te tiene tan preocupado.

Caminaron hasta la oficina, el único lugar iluminado dentro del local, Jimin lo hizo sentar en su sillón, le mostró la pantalla de su computadora, los papeles sobre el escritorio y luego explicó lo que no entendía.

-Cada mes hago el cierre total de las ganancias y gastos de todas las sucursales, los encargados de cada una envían sus balances yo los reviso y luego reviso las cuentas bancarias. Hasta ahí todo es normal. Pero ahora resulta que tengo una diferencia considerable, algo que evidentemente no vi antes y eso me preocupa, no puedo encontrar dónde está la fuga y por qué- dijo bastante apenado y mirando hacia la pantalla.

Yoongi lo miraba atentamente y analizaba lo que el otro decía.
-Ok, déjame ver los balances de cada sucursal y las cuentas, si hay algún problema lo encontraremos, tranquilo- explicó y se sumergió entre los números y los datos que tenía frente a él.

Jimin no pudo evitar mirarlo detenidamente, sabía que a simple vista era muy guapo, pero además había algo en Yoongi que lo hacía mas interesante que mucha otra gente que había conocido.

En la semana que transcurrió había pensado mucho en la cita que habían tenido. Jamás había llevado a nadie a aquella feria que tanto amaba y disfrutaba pero cuando pensó en salir con el contador ni siquiera lo había dudado, lo había llevado allí desnudando quizás una parte de su alma al compartirle algo que amaba de verdad. Pero sus pensamientos siempre eran autocríticos y así como soñaba con cuentos de hadas también sabía que estos eran solo cuentos y pensó claramente que de nada servía interesarse demasiado en el otro ya que luego de que acabara el verano él volvería a su vida en Daegu y él se quedaría en Busan solo y tontamente ilusionado, es por eso que evitaba tener encuentros con Yoongi donde descubriese que tenían demasiado en común y que le gustaba más de lo que pudiese imaginar.

-Jimin, ¿estás escuchando?- preguntó Yoongi mirándolo

-Disculpa, no te oí- respondió automáticamente para voltear a verlo.

-Dije que encontré el problema y me temo que no es bueno- informó.

-¿A qué te refieres?- indagó ahora preocupado y dejando de lado lo que estaba pensando sobre el otro.

-El problema está en la sucursal tres, al parecer han habido pequeñas fugas de dinero, si te fijas aquí, los primeros meses ese dinero era en menor cantidad y muy esporádico, pero el último tiempo el monto se ha incrementado y las fugas han sido más próximas unas con otras-

Jimin frunció su ceño y miró a Yoongi.
-La sucursal tres es la del centro, mi padre es quien la dirige, la mayoría del tiempo lo ayudan Hyo y Hoseok, no lo entiendo- dijo ahora con un semblante más serio.

Yoongi mordió su labio y lo miró más preocupado.
-¿Tu crees que alguno de ellos...?

-No lo sé y no quiero desconfiar, pero si la fuga está allí es porque alguno ha estado sacando dinero por algún asunto fuera de la familia, estoy casi convencido de que Hyorin no ha sido, ella ni siquiera toca la caja durante las horas de trabajo, mucho menos lleva la contabilidad y si es por dinero ella tiene su propia cuenta donde casi no hace movimientos- explicó sin dejar de mirar al otro.

-¿Y Hoseok?, ¿confías en él?- cuestionó en un susurro.

-Hoseok es como mi hermano, lo conozco de toda la vida, siempre fue un tipo honesto. Realmente si él tuviese que ver en esto yo me sentiría defraudado-

Un verano para recordar Donde viven las historias. Descúbrelo ahora