Primera cita

283 44 1
                                    

Subieron al automóvil hablando de como había estado el día de cada uno. Yoongi le contó que había ido con Taehyung a la playa más céntrica de la ciudad, el lugar estaba atestado de gente y volvieron pronto ya que no le había gustado demasiado.
Por otro lado Jimin solo habló de su trabajo y de cómo algunos clientes se dedicaban a joderle la vida y muchos otros estaban bien.
Yoongi sonrió ante el malhumor del otro, sabiendo que seguro había bufado frustrado de tener que soportarlos y no sacarlos corriendo ya que debía cuidar la imagen de su restaurante como él le había explicado.

Jimin fue dando indicaciones de que camino debía tomar ya que habían decidido ir a un lugar elegido por este para que la cita fuese cómoda para ambos.
Luego de manejar varios minutos Yoongi notó que se habían alejado de la zona más transitada y entraban a otra más común, donde se veían casas pequeñas, plazas, y lugares corrientes. Al llegar a una zona de fábricas Yoongi se sentía desorientado y confundido, no entendía para nada a dónde estaban yendo.
Llegaron a una zona algo oscura y claramente vacía, Yoongi ya creía que Jimin lo había llevado a algún lugar horrible solo para que desistiera de salir con él nuevamente.
Una vez que giraron a la manzana Jimin lo hizo detenerse y estacionar el auto en un parque bastante descuidado. Bajaron del auto y el rubio veía como el semblante del otro era serio y hasta con algo de miedo, no pudo evitar sonreír ante esa actitud.
-Tranquilo Min, no te estoy llevando a la escena de un crimen- comentó risueño.

Yoongi rodó los ojos y comenzó a seguir al otro quien tomó el camino hacia un callejón bastante oscuro y silencioso. A esas alturas él ya no se sentía muy a gusto con la cita.

Al llegar al final del estrecho pasadizo, unas luces, el aroma, y algo de música llamó la atención de Yoongi.
Al traspasar la parte final del callejón se encontró con algo que ni siquiera hubiera imaginado.

Las luces coloridas colgaban por el aire, diversos puestos que ofrecían comidas de todo tipo y lugar, artistas callejeros en escenarios improvisados daban su show a los espectadores que allí se encontraban. Había gente, pero no era algo insoportable en donde no se pudiera estar o caminar. Las personas que pasaban por allí veían con asombro las artesanías que algunos ofrecían como así también toda clase de productos para consumo.
Indudablemente jamás creyó que detrás de aquel lugar se encontrara una feria tan llena de vida y de color.

Jimin lo tomó de la mano como si fuera un gesto casual, aunque claramente para él no lo fue.
Lo llevó por diversos puestos y entonces habló.
-Te dije que soy alguien común, a diferencia de otros a los que les gusta el ruido y el alcohol barato yo prefiero un lugar como este, donde el arte, la buena comida y la tranquilidad abundan- comentó para llevarlo hasta un pequeño puesto donde el aroma lo hacía gruñir.

Yoongi miraba todo maravillado, le parecía irreal el ambiente que allí reinaba, la gente reía, comían cualquier cosa que buscaran y disfrutaban de pequeños espectáculos callejeros que los diversos artistas proponían.

Se acercaron a un puesto de comida, un hombre alto y robusto los recibió con una gran sonrisa.
-Oh pequeño Jimin, ¿cómo estás hoy? Veo que al fin trajiste a alguien contigo- la voz del hombre sonaba con confianza, al parecer conocía bien al rubio.

-Señor Won, buenas noches ¿cómo se encuentra hoy? Él es Min Yoongi, un amigo, él es el señor Won y hace el mejor cordero de todo este continente te lo aseguro- Jimin los presentó y le daba la información con alegría.

-Es un gusto señor Won- saludó el otro e hizo una reverencia.

El hombre devolvió el saludo con una sonrisa y un apretón de manos.
-Jimin vas a comer lo de siempre. Tu amigo ama mis brochetas de cordero- dijo como si fuese un secreto acercándose a Yoongi.

Un verano para recordar Donde viven las historias. Descúbrelo ahora