Los vestigios de un amor roto

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Ambos se miraban uno al otro, alucinados con la imagen que se entregaban.  Jimin lucía un traje bordó que se ajustaba perfectamente a su curvilíneo cuerpo, Yoongi a su vez usaba un traje negro que resaltaba aún más la palidez de su piel. Se veían sumamente guapos y ninguno podía evitar pensar en que poco debería durarles puestas dichas prendas.
Salieron del departamento que compartían y se encaminaron al salón donde la fiesta de la Universidad se llevaría a cabo.

Luego de unos minutos de viaje, al fin habían llegado.
Jimin bajó del auto, tomó de la mano a su novio y atravesó la adornada entrada del lugar.
Sonrieron ampliamente al ver los detalles del salón, todo se veía precioso. Había camareros enfundados en sus uniformes que servían a los invitados toda clase de bebidas y bocadillos.

Jimin miró a su alrededor sin soltar en ningún momento la mano de su chico. Yoongi lo miraba sonriente, no podía creer estar ahí junto al otro.
Una voz femenina chilló emocionada el nombre de Jimin y este volteo a verla sabiendo claramente de quién se trataba.

-¡¡Jiminie!!, que emoción verte después de tanto tiempo- comentó la chica acercándose y regalándole un dulce abrazo.

-Sehuni, estás hermosa halagó haciéndola girar sobre su propio eje y recorriendo su cuerpo que llevaba cubierto con un elegante vestido verde esmeralda que resaltaba sus preciosos ojos color miel.

-Dime que está belleza es el hombre de tus sueños- exclamó maravillada mirando a Yoongi.

Este sonrió ante las palabras de la chica y tomó a Jimin por la cintura.
-Él es Yoongi, Min Yoongi, mi novio- lo presentó con orgullo en sus palabras.

-Hacen una pareja exquisita- comentó mientras le dejaba un beso en la mejilla al recién presentado.

-Gracias- dijo Yoongi con una gran sonrisa.

-Él es JoonSeok, mi prometido- presentó al joven alto que estaba parado frente a ellos.

Tanto Jimin como Yoongi estrecharon la mano del joven e intercambiaron saludos.
Hablaron de todo un poco.
De pronto un grupo de chicos se acercó hasta ellos, saludandolos de manera cálida.
Todos eran ex compañeros que habían compartido diversas clases con Jimin.
Se contaron anécdotas de juventud y se pusieron al día con sus vidas actuales.
Descubrieron que Soo, quien era considerado el chico más lindo de toda la universidad por aquellos años, se había casado hacía poco tiempo con Tina, una de las chicas de intercambio que había llegado en el último año de curso y este había dejado todo para correr tras la joven. También se enteraron que Jun el chico más homofóbico de la escuela estaba en pareja con un chico al que había conocido en un viaje a Madrid.
Así se fueron dejando llevar por las anécdotas y las vivencias de cada uno.
Cuando Jimin habló de su vida actual, contó que estaba al frente de los negocios de la familia y que llevaba un tiempo de novio con el hermoso hombre que lo acompañaba, y no pudo evitar comentar lo feliz que era.

Al cabo de algún tiempo un presentador se subió al escenario para contar de que se trataba aquella reunión y para proponerles diversas actividades y juegos que los hicieran volver por una noche a aquellos años de estudios y borracheras.
Claro que nadie se negó y todos comenzaron primero con una búsqueda del tesoro.
Habían escondido un álbum de fotos donde se podían ver a los alumnos de cada promoción en aquella época, con sus looks raros. Una pareja de la promoción de Administración se alzó con el premio que consistía en un almuerzo en la cafetería de la universidad, cosa que a todos les hizo revivir parte de aquellos años pasados.

Todo iba de maravilla, la estaban pasando sumamente bien, Jimin sonreía contento y Yoongi seguía a su lado acompañandolo en cada desafío y riendo a carcajadas porque siempre perdían por algún tonto motivo.

Un verano para recordar Donde viven las historias. Descúbrelo ahora