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Sin darse cuenta las vacaciones terminaban, el verano llegaba a su fin y el pequeño calor se desvancia. Si, porque tantos dias estuvo frio y templado, luego el golpe de calor; que alarmó a toda familia a correr por sus piletas.

Eun-ho y su familia no fueron la exepción.

-No recordaba que fuera tan..pesada- Exclamaba su prima haciendo fuerza para empujar la pileta.

-Ni yo. Pero al menos estaremos frescos por unos dias.

La dejaron en medio del jardín, era una pelopincho, una de lona. A la familia no le gustaban las piletas de piso, seria mucha responsabilidad y limpieza, más de la que le podrian llegar a dar.

-Eso espero, la próxima mato a mi hermano por querer escapar de armar esto- Dijo soplando un mechón de pelo que caia sobre su rostro.

-Nos dejó todo a nosotros- Reía Eun-ho. Claro, el menor de sus primos siempre escapaba de las responsabilidades, aún si estas fueran minimas.

-Igual debe estar por volver. Hace una hora fue por "pan"- Hizo comillas.

Empezaron a abrir las bolsas de tornillos, los caños para la pileta y la lona, para que esta no se pinchara.

-¿Recuerdas cómo se ponia esto?- preguntó su prima luego de varios intentos fallidos, y sus manos rojas por la fuerza empleada.

-Si, pero esa no es una herramienta favorable, deja que busque adentro. Algo debe haber.- Se fue dejandola sola, y sin importar qué, se tiró al pasto.

El viejo reloj sonaba en la sala de estar, el aroma de las casas de las abuelas al cocinar. Café, té y papas. Una mezcla no tan bonita. Pero los olores de la casa eran acogedores; y el silencio que habia en ella la convertia en un pequeño paraiso.

Corrió a la biblioteca que tenia allí, el olor a libros antiguos le daba la tranquilidad que siempre encontró en ese lugar. Con mucho cuidado abrió el cajón, dejando ver la caja de herramientas.

Un aire frio acarició su espalda, escuchó la puerta abrirse y los pasos descalzos de su tia acercandose.

-Eun-ho, ¿qué haces?- Preguntó en un susurro su tia.

-Vengo por la caja de herramientas.- Respondió de igual forma.

Cha-yang alzó el pulgar, haciendole una seña:"ok".

Entre lo oscuro del lugar, tanteo lo que buscaba. Con el mismo cuidado cerró la caja, y luego el cajón.
Descalzo corrió en pasos fantasmas hasta el jardín, escuchando murmullos.

-¡Flojo!¡Te fuiste y nos dejaste todo el trabajo!- Escuchó a su prima. Su primito habia regresado de comprar pan.- ¿Al menos compraste pan?- No lo hizo, parecía más que obvio.

-No, n-no lo compré..- Contestó nervioso. Abrió la puerta que daba al jardín, el sol pegando justo en los ojos de Eun-ho, el sol de la siesta.- Pero traje a un compa..- Rió nervioso.

-Ah, Eun-ho- Escuchó su nombre. Se corrió a la sombra de un árbol, y pudo verlo.

¿Por qué parecia que siempre lo perseguia?

First LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora