☪︎ 𝘁𝘄𝗲𝗹𝘃𝗲

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-Kook, traje de las galletas con azúcar que amas y también...¡Jungkook!- gritó Jung, al ver a su amigo tirado en el suelo, con pequeñas lágrimas en sus ojos.

-A...ayú- intentaba decir en un hilo de voz.

-Ya voy amigo. Tranquilo- dijo, levantando el cuerpo del rubio del piso. Intentó estirar sus músculos, pero no podía soportar los fuertes gritos y sollozos del menor.

-Hobi...

Su cuerpo no podía más del dolor, aumentaban los calambres y las punzadas no paraban. Hoseok hizo caso omiso a los reclamos del rubio y trató de enderezar el delicado cuerpo de su amigo para poder quitar esos calambres. Una vez lo estiró, comenzó a frotar sus piernas, sus glúteos y su espalda, haciendo que los músculos dejen de contraerse.

Unos minutos luego, Jungkook dejó de sentir aquel dolor infernal y se recostó nuevamente en el sillón.

-¿Puedes decirme que te ocurrió?- dijo Jung preocupado, metiendo una galleta a su boca.

-Ni yo lo se- dijo casi susurrando- Me estiré y mi cuerpo se contrajo.

Hoseok sospechaba que él mismo se hizo eso. Consideraba que como eran las ocho y media de la mañana, Jeon se había despertado recientemente, y viendo que durmió en el sillón, algo raro ocurría. Podía sonar bastante obsesivo, pero ¿Quién quisiera tener un loco psicópata que lastima a su novio como amigo? Jungkook era como su familia, al igual que Taehyung, pero ya dudaba sobre las actitudes del menor. Quería averiguar sobre los daños que tenía Jeon, porque no había forma que Hoseok se quedara sin hacer nada cuando su pequeño amigo estaba sufriendo.

-Es mejor que desayunes- giró su cabeza en dirección a los bolsos- ¿Y eso?

Jungkook se quedó callado, tomando su café con crema y leche que le había llevado Jung.

-Iba a llamarte anoche- dijo tímido- Quería preguntarte si podía ir a tu casa.

-Cuando quieras, no se porque no lo dijiste antes- rió, intentando aliviar al incomodidad.

-Pero, sin que Taehyung lo sepa.

En Australia

-Felix, no será la última vez que nos veamos. Recuerda, tu también vives en Corea- dijo con obviedad Kim.

-Si lo se, pero estar tan cerca de mi casa me trae recuerdos- dijo viendo por la ventana el paisaje de su país natal.

-Te prometo que un día vendremos y traeré a mi pareja aquí- sonrió.

-Lo anotaré y le voy a decir a mi mamá- rio.

Kim ya se encontraba armando sus bolsos. Estaba ansioso, esa misma noche iba a viajar a Corea y ver a su novio de nuevo. Iba a volver a tenerlo cerca, besarlo y cuidarlo, evitando que los chicos se acerquen a él, en especial un chico que quería evitar para que no le haga daño a su Jungkook.

Pensaba en como sería verlo de nuevo. ¿Se tiraría a sus brazos a llorar? ¿Lo besaría ante todos? ¿O estaría durmiendo y cuando despierte lo verá? ¿Estará en su casa? No sabía de que forma el menor lo iba a recibir, pero esperaba que fuera de una buena forma, viéndolo feliz, sano y hermoso, como solía estar casi siempre.

Pensaba en como sería verlo de nuevo. ¿Se tiraría a sus brazos a llorar? ¿Lo besaría ante todos? ¿O estaría durmiendo y cuando despierte lo verá? ¿Estará en su casa? No sabía de que forma el menor lo iba a recibir, pero esperaba que fuera de una buena forma, viéndolo feliz, sano y hermoso, como solía estar casi siempre.

En parte pensaba en como evitar que Yang interviniera una vez llegados a su país. En Australia era más fácil disimular la relación entre ambos, pero si eso se viera en Corea, Jungkook se iba a enterar. Él era de ir varias veces a la oficina de Kim sorpresivamente. No quería perder a su novio por el maniático de su compañero, quien le hizo una muy mala jugada.

ᕱ   ִֶָ֪֢  𝗽𝗼𝘀𝘀𝗲𝘀𝘀𝗶𝘃𝗲  ⑅  𝘁𝗮𝗲𝗸𝗼𝗼𝗸 ꕤDonde viven las historias. Descúbrelo ahora