10

6.1K 555 121
                                    

Me acerqué a su rostro y besé su frente para lentamente acercarme a sus labios y besarlos suavemente.

Con delicadeza deslicé mis manos debajo de su camiseta dejando caricias en su abdomen y subiendo lentamente hasta sus pechos.

Ella suspiró.

Suavemente le retiré la prenda y me acerqué a dejar varios besos en su cuello, pecho y abdomen, subí hasta su sostén y rodee su cuerpo con mis manos para encontrarme con el broche, la miré atentamente a la espera.

- Está bien, puede continuar.- Dijo con la respiración entrecortada.

Le quité el sostén y me quedé hipnotizado mirando sus senos, los masajee con mis manos cuidadosamente, haciendo círculos sobre sus pezones erectos y escuchándola suspirar con una de sus manos cubriendo su boca y la otra apretando las sábanas.

Acerqué mi rostro y con mi lengua comencé a hacer círculos sobre uno de sus pezones, ella dejó escapar un ligero y agudo gemido.

Me erguí un momento para quitarme la camisa y desabrochar sus pantalones.

Le ayudé a quitárselos y me entretuve un momento acariciando sus muslos, desde la rodilla hasta la ingle, sintiendo como se erizaba su piel a mi paso y ella se retorcía, retiré mis pantalones y me acerqué para separar sus piernas con cuidado y colocarme entre ellas. Pegué mi pelvis a la suya haciéndole sentir mi erección y volví a besarla con un poco más de pasión. Su pecho subía y bajaba violentamente.

Delinee su silueta con mi mano hasta llegar al borde de su ropa interior.

- ¿Puedo?...- Pregunté a duras penas.

- Sí, por favor.- Respondió en un suspiro suplicando.

Metí mi mano debajo de sus bragas y acaricié suavemente sus labios buscando su entrada.

Se encontraba húmeda y caliente.

Comencé a mover uno de mis dedos en círculos sobre su clítoris y un espasmo la recorrió a la vez que se le escapaba un gemido aún más fuerte.

- ¿Te gusta?- Pregunté.

Ella respondió asintiendo rápidamente.

Lentamente fui metiendo un dedo en ella y moviendolo.

Su rostro parecía cada vez más sonrojado y su respiración era más pesada, sus ojos estaban entrecerrados y sus manos cubrían su boca impidiendo la salida de su voz.

Metí un segundo dedo y sus suspiros y gemidos ahogados incrementaron.

Cuando consideré que la lubricación en su sexo era suficiente me erguí para retirar sus bragas y mis boxers.

Dejé que lo viera un momento mientras me colocaba protección y abracé sus piernas.

- Voy a entrar ¿Ok?- Ella asintió nerviosa.

La penetré con gentileza y muy despacio entrando poco a poco.

Una vez estuve totalmente dentro me detuve para verificar su estado.

- ¿Estás bien?

- Sí.- Susurró abrazándose a mi cuello.

Muy lentamente comencé a moverme sin poder parar de suspirar, su interior me apretaba y quería ir más rápido pero preferí controlarme.

Así como yo suspiraba y gruñía en su oído ella gemía en el mío.

- Sensei...- Suspiró bajito.

No pude evitar subir un poco la intencidad.

- Se siente extraño.- Gimió.

- ¿Duele? ¿Quieres que pare?- Le pregunté preocupado acunando su cabeza en mi mano.

Ven al barDonde viven las historias. Descúbrelo ahora