24- Bondad

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Había estado vagando por semanas escondiéndose de su familia cuando lo buscaban por las calles o de la policía que tenía panfletos de búsqueda con un retrato de él. No queria volver a la casa, no podría mirar a su madre o hermanas a la cara y tampoco queria que vieran lo destrozado que estaba.
Realmente no lo pensó cuando salió huyendo del cementerio.
Queria tiempo para él solo, aclarar sus pensamientos y el como se estaba sintiendo, como lidiaría ahora con la ausencia de su padre.

Despues de esos días de no haber comido nada, el hambre lo llevo a su limite. Llevaba dinero consigo, pero no sintió las ganas o necesidad de comer hasta que comenzó a desvanecerse.
Se acerco aun puesto de frutas bajando su gorra para que no se le viera mucho la cara y intento comprar algunas manzanas.
Busco en su billetera solo encontrado billetes muy grandes y ninguna moneda. No pensó que seria un problema, su madre pagaba con ellos todo el tiempo.

— No estoy seguro que este billete sea real ¿Intentas estafarme? — le acuso el tendero. De inmediato frunció el ceño. Eso nunca antes había pasado y le ofendía mucho que dudara. Mas cuando clientes se acercaron y fueron espectadores. Mas los adolescentes de un lado no aprecian interesados.


—Pospuesto que sí. Eso billetes acaban de salir, si no lo cree vaya y pregunte al banco — reclamo erguido en espera de una vez le cobrara la única manzana que intentaba comprar para irse lo más rápido posible.


—Llamare a la policía —amenaza el hombre no creyendo que fuera verdad lo que el chico le decía porque el billete está muy limpio y nuevo, sin ninguna arruga, además que era una suma muy alta para un billete, nunca había visto uno así.

—No, está bien, devuélvame el billete —Se retracta de inmediato y baja la mirada no queriendo tener a la policía cerca pues lo llevarían de vuelta a su casa. No estaba listo para volver.
— Dije que me lo devuelva. Si no voy a comparar nada tiene que devolvérmelo — comenzaba a impacientarse y ponerse nervioso. Se inclino en un intento de arrebatarle el billete al hombre y cuando lo tomo se jalo hacia atrás chocando con uno de los adoleces que estaban mirando las manzanas. Debajo del abrigo del chico al que había empujado, rodaron tres manzanas al suelo.

—¡Ladrones! Estas con ellos. ¡Llamen a la policía, ladrones! —grito el hombre y las personas giraron a ver a los tres muchachos. Desde lo lejos se podían ver a los gendarmes venir. Miro a los chicos pues los habían metido a la misma bolsa y era claro que ninguno queria ser atrapado por la policía.
Con un asentimiento se echaron a correr.
Derek los siguio, porque penosamente, no conocía mucho de la cuidad en donde vivía.

Los oficiales les seguían, pero no contaban con su energía y habilidad para saltar entre los locales, trepar por bardas y escabullirse entre los adultos que pasaban por ahí.

Se metieron a un callejón ya exhaustos por haber corrido por medio centro. Derek se detuvo en la esquina pegado a la pared deteniendo a los chicos para que no avanzaran mientras se asomaba. Los oficiales se fueron.
— Nos salvamos — finalmente puede apoyar sus manos en sus rodillas y descansar. Los chicos hicieron igual. El mas pequeño de los tres, tenia las mejillas rojas de tanto correr.

—Parece que sí, son unos tontos — se ríe burlándose de los gendarmes incompetentes que no han podido atraparlo hasta ahora. Lo malo es que tenían las manos vacías.
—¿En verdad era un billete falso? — Pregunta sorprendido de intentar hacer tal estafa, a él nunca se le hubiera ocurrido.

—Para nada, es auténtico. Pero el hombre de la tienda seguramente nunca ha visto una suma tan grande en su vida — les muestra el billete porque era algo muy raro de ver en el pueblo. Incluso para Jackson, pues los Hale estaba mucho mas allá de la riqueza de su familia. Le regresaron el billete cuando lo terminaron de ver.
— ¿Y ustedes de verdad estaban robando? Siento haberles arruinado su atraco.

— No te preocupes, son cosas que pasan y estamos acostumbrados. Siempre habrá un lugar nuevo donde podamos robar — Derek sintió la curiosidad de saber porque tendrían que recurrir a eso. Siempre supo que no todos estaba en el mismo nivel socio económico, pero nunca lo vio directamente.
— Soy Jackson, por cierto, y este de acá es Isaac — señala al chico que estaba un poco atrás con desconfianza en sus ojos.

— Derek — se presenta siendo callado porque le rugían las tripas y casi se desmaya de nuevo de no ser por la pared. Sus ojos se fueron apagando hasta caer desmayado.

[...]

Sentía algo húmedo escurría por su cara y con un tic en la ceja fue abriendo los ojos. No conocía el lugar y estaba completamente mareado por lo que le costo enfocar la vista cuando se levanto de donde fuera que estaba a costado.
Algo recorrió su pecho al percatarse de donde estaba.
La fábrica.
— Despertó — siguió la voz girando en dirección en donde estaba el chico de rulos. Isaac. Jackson apareció detrás de unas telas puestas como cortinas.

—Toma — le tendió un pedazo de pan y el hambre comenzó a atacar de nuevo y lo tomo sin dudar.
—Vaya que si tenias hambre. Te desmayaste hace rato y te trajimos a nuestra... casa — le explica porque seguro estaba en desconcierto. Engullo el pan en segundos.

—Realmente te lo agradezco, no había podido comer en días — se limpia las migajas de pan queriendo más, pero entendió que posiblemente se había comido lo que era de los chicos y lo único que tenían. Miro los alrededores. Habían hecho de ese lugar algo hogareño. Era una de las partes donde el incendio no había llegado. Aun así, estaba tan cerca del lugar donde su padre había fallecido y eso le puso mal.
—Se los compensare — promete levantándose.

—Ya, pero eso déjalo para mañana que esta por oscurecer. Puedes quedarte esa noche si quieres — propone, aunque Isaac no estaba muy convencido. Era un desconocido despues de todo. Jackson lo noto mal y no creía que causara problema.

Le dejaron una sabana para que se acomodara entre algunos cartones. El lugar más cómodo hasta ese momento lo tenía Isaac que era un montón de paja cubierto con una sábana. Jackson estaba sentado en el borde como si vigilara.

Como las anteriores noches, no pudo dormir y en su desvelo se dio cuenta de que Jackson tampoco lo hacía. Velaba el sueño de Isaac que estaba a ferrado con una mano a la solapa de su camisa.
—¿Es tu hermano? — pregunto.

—Algo así... ¿Por qué estás en la calle?

—La verdad, no lo sé. Pensé que estaba huyendo, pero ahora no se dé qué. Deje a las personas que más quiero desprotegidas y solas cuando me necesitan. Supongo que ahora no tiene caso regresar.

— Deberías hacerlo, seguro que te esperan y entenderán. No importa la situación, no importa dónde. Lo importante es estar con ellos apoyándolos.

— Talvez tengas razón ¿Ustedes porque están aquí?

— También, huyendo. Hice algo por lo que me busca la ley...

Los ojos de Derek se agrandaron no sabiendo si preguntar o quedarse callado. Por la forma en que lo dojo parecía grave. Jackson se rio.
—¿Asustado? — Derek negó sin aparta la vista de el
—Deberías dormir y mañana regresar a casa, las calles no son lugar para ti.

— Ni para ustedes — Admite que algo de sueño les estaba ganando por lo que le hizo caso y se volvió a recostar para dormir.





Al siguiente, como prometió. Intento reponer lo que se había comido. Pero debía ser cuidadoso y no levantar sospechas porque despues del escandalo del día de ayer. Todos buscaban a unos ladrones. Intento comprar mas cosas, pero todos veían con sospecha tener un billete tan grande y los restaurantes en donde solía comer, no les dejaron entrar por su aspecto.
— Esto apesta. De que me sirve tener dinero si todos dudan de la autenticidad de un billete sólo por mi edad y aspecto — Patea una lata con enojo. Habían parado a descansar en un callejón.

—Así son los adultos — Se encoge de hombros volviendo a lanzar la lata de regreso. Da un paso atrás y choca con una persona.

—Conque a qui se escondían las ratas. ¡Por aquí! — era el tendero de las manzanas. Le tomo del brazo sin soltarlo y llamo a los policías que pronto aparecieron para arrestarlo. Los habían visto y seguido hasta a acorralarlos.
— Fueron es tos niños los que intentaron estafarme con un billete falso y luego robaron manzanas —
Derek retrocedió cuando intentaron tomarle. Ya tenían a Jackson. No dejaría que lo tomara él o Isaac.

—Eso no es verdad — le aparto la mano de un manotazo a uno de los hombres cuando intento tomar a Isaac. El chico muy asustado se ocultó detrás de él. Podía escuchar a Jackson forcejeando y pidiendo a Derek que saca de ahí a Isaac.

— Malditos mocos, me las van a pagar — Intento golpearlo en el rostro.

—¿Qué pasa? Chicos ¿Por qué tardaron? — un hombre desconocido se interpuso entre en tendero, los oficiales, Derek e Isaac.
—Suelte al niño que lo lastima — Pido al policía para que soltara Jackson. Este ante una orden de un oficial de más alto rango, no en servicio en ese momento, pero de más alto rango, a fin de cuentas. Hizo caso de inmediato.

—¡Estos son unos ladrones!... — iba a comenzar el tendero a reclamar contra el nuevo hombre.

— Si, le he escuchado. Yo mismo ayer les di dinero a estos chicos pidiendo de favor que me compraran unas manzanas. Pero me dijeron que el dinero que les di no fue aceptado ¿Y ahora los persiguen como ladrones? Esto es un mal entendido — Los chicos quedaron mas desconcertados que el tendero y los oficiales. El hombre estaba mintiendo con algo que se acababa de inventar, pero que perfectamente encajaba de ser cierto.

— Pero vera que...

—Bueno, bueno, para que hacer mas largo el asunto y hacer perder el tiempo a estos amables oficiales ¿Cuánto era de las manzanas? — pregunto sacando el dinero en monedas. El tendero pareció complacido dictando su precio. Fue pagado y en un dos por tres ya estaba el callejón despejado sin el tendero ni oficiales.

Los chicos no sabían que esperarse pues veían con desconfianza al hombre pese a que les había ayudado a salir de esa. Nadie hacia algo sin esperar algo a cambio. Jackson e Isaac lo aprendieron a la mala.

—Tengan mucho mas cuidado, chicos — regaña con un tono paternal. No era un hombre muy viejo, pero tampoco muy joven. Apenas comenzaba a notarse marcas de arrugas en el rostro. Les regala una sonrisa jovial mientras busca en su bolsa de compra y le da una manzana a cada uno.
— Suerte, espero que para la próxima que los vea, no estén en las calles robando — Con eso se despido. Los tres miraron la manzana en sus manos absortos por la primera muestra de amabilidad que habían recibido de un extraño. Ese hombre había llegado de la nada ayudarlos e incluso les dio un regalo. Sus palabras y acción se quedarían en su mente por años.

No todos eran malos, aun había personas buenas que hacían el bien sin mirar a quien.

Ese día se pasearon por las calles con un poco más de humor que otros días comiendo la manzana que el hombre les regalo. El encontrar chicos de su edad con los que pudiera hablar le ayudo un poco a superarlo y que, aunque así lo pareciese, no había tenido la culpa.

— Mira, te están buscando — Señala Isaac a un panfleto pegado en la esquina de la pared. Ahí estafaba su retrato con la palabra desaparecido.

—Deberías de volver — anima Jackson dándole un empujón en el hombro al ver la cara que hizo Derek.

— Ya, pero verdad es que no sé cómo. Nunca antes había venido al centro de la cuidad — admite con pena dedicándole una sonrisa. Logro arrancarles risas a los dos muchachos.

— No se burlen — replica porque no paraban de reírse. Arranca algunos de los panfletos ahí puestos para hacerlos bola y lanzárselos para que pararan. Se detiene al ver unos rasgos familiares con la palabra se busca. No era como su cartel, este era como el de los ladrones o delincuentes. Ya no intenta pararlos y mira a Jackson.
— A ti también te buscan...

*Dato: El hombre que los ayudo y regalo las manzanas es Noah Stilinski*.

Innocent lust-SterekWhere stories live. Discover now