1- Confusión

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Una semana había pasado desde que Stiles tuvo esa charla con su padre. Tal y como él había dicho, varios vecinos comenzaron a migrar a la ciudad, algunos nunca volvieron y otros regresaban sin integrantes de la familia. Las cosas iban muy mal para la economía del pueblo y Stiles sentía que no podía hacer nada con la situación familiar.

— Mi madre me ha dicho hoy que tendrá que cerrar la farmacia —le comentó su único amigo Scott. Ambos sentados sobre la capota de un viejo tractor enterrado en la tierra y hierba de la colina. Los chicos habían aprovechado los rayos de sol del día más caliente del mes. Miraban la nada en un profundo silencio, cada uno con sus problemas internos, pero entendiéndose perfectamente —Ella no quiere que vaya a la capital, pero la verdad yo me lo estoy pensando — Podía escucharse la preocupación en su voz.

—Si yo pudiera hacerlo lo haría...

— ¿Y qué es lo que te lo impide? —se giró para ver a su amigo.

Stiles bufo. Que acaso no era obvia la razón.

—Mi pierna —respondió neutral. Scott dio una carcajada —Nadie querría contratar a un cojo, incluso si lo hicieran. No creo ser lo suficiente capaz como para realizar tareas pesadas.

— Stiles, eres la persona más capaz que conozco. Mira ahora, subiste esta colina tú solo y a la capota del tractor, no me dejaste ayudarte en ningún momento. Siempre habrá algo que podrás hacer y si no, solo has las cosas a tu modo, como lo has estado haciendo hasta ahora.

Stiles sonrió.

—Pero es que mi padre...

—No dejes que tu padre te corte el vuelo, amigo. Ya eres mayor y puedes tomar tus decisiones, además es por una buena causa.

—Tienes razón. iré a la capital y ayudare con los gastos.

—Así se habla. El molinero se irá mañana a dejar unos encargos, le diré que nos lleve.

—Entonces nos vemos mañana.

Stiles había tomado una importante decisión en su vida. Dejar todo lo que conocía y a lo que estaba acostumbrado. Su zona de confort. No le diría a su padre pues no quería preocuparlo, pero le dejó una carta que vería cuando regresase. Esa mañana Stiles se despidió de aquel palo viejo que le servía de bastón para desplazarse. Suponía que las calles de la ciudad serían mucho más cómodas para caminar en lugar del pegajoso fango y las resbaladizas arenas.

No quiso que Scott le ayudará a subir a la carreta, a decir verdad, Stiles tenía buen musculo en los brazos después de usarlo mucho de apoyo.

Así fue como él y su amigo emprendió aquel viaje, el primero en la historia de su vida. Un viaje lleno de ilusiones y sueños hacia un mundo desconocido, si quizás mundo era decir mucho, pero para dos pueblerinos que nunca había salido de tres hectáreas llenas de animales y sembradíos. La capital era un nuevo mundo.

Había llegado a la tarde del día siguiente. En todo el viaje Stiles no había podido dormir. Scott roncaba acurrucado en la paja y la sabana que se había traído.

Stiles estaba fascinado con los edificios enormes, apenas alcanzando a ver. Su mandíbula cayó aún más cuando por fin pisaron calle, viendo lo cotidiano que era la vida ahí, las personas pasando de un lado a otro. Las mujeres con sus elegantes vestimentas y los caballeros vestidos de traje con su sombrero a juego.

Realmente fascinante. Solo él y Scott desentonarían ante tanta gente.

Removió a su amigo del hombro sin separar la mirada del paisaje. Scott se despertó limpiándose la baba sin entender, pero calló sus reclamos cuando se dio cuenta de que habían llegado.

Innocent lust-SterekWhere stories live. Discover now