Parte 1

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CAP.1

Kara POV

― ¡Mamaaaaaaaaaaaaaá, Alex me está molestandoooooooooo!―Rodé mis ojos y levanté la vista de mi libro de texto. Rubí estaba sentada en la isla de la cocina frunciéndole el ceño a Alex, quién estaba empujándola con un tenedor.

― ¡Buenos días, chicas! ―gritó mi mamá animadamente mientras entraba en la cocina, deteniéndose para plantar un beso en la cima de cada cabeza―. ¿Qué tal si más tarde, hacemos collares de perlas juntas?

― ¡Sí! ―intervinieron al unísono, todo rastro de la creciente pelea evaporándose.

Mamá me miró y guiñó, luego bajó la mirada y asintió hacia mi libro.

― ¿Conseguiste terminar de estudiar?

―No mucho. No parezco concentrarme hoy. Me pregunto por qué ―respondí sarcásticamente, sacándoles la lengua a las chicas. Se rieron, haciéndome caras tontas.

Me quedaba un año en la escuela de enfermería y esperaba graduarme en la próxima primavera. Cuando James y yo vivíamos en Ciudad Nacional, trabajé turnos nocturnos en el hospital, en el escritorio de enfrente en la sala de emergencias, para ser exactos. Desde el momento en que empecé a trabajar ahí, me enamoré del caótico entorno de alto ritmo. Me sentaba ahí y soñaba despierta mirando a las enfermeras, completamente envidiosa de sus trabajos. Quería eso. Tan pronto como nos mudamos con mi mamá y ahorré el suficiente dinero, me enlisté en la escuela de enfermería.

―Así que, ¿qué hay en la agenda para hoy? ―pregunté, sirviéndome una segunda taza de café.

―¿No has visto las noticias todavía? ―Mamá frunció el ceño, entrecerrando sus ojos Verdes. Empezó a torcer su cabello, algo que solo hacía cuando estaba preocupada.

―No ―Miró hacia las chicas y luego de regreso a mí, inclinándose para hacer difícil para dos ruidosas chicas de cinco años escuchar.

―Bueno estaban hablando de la tormenta del siglo viniendo para acá mañana en la mañana. Torrenciales aguaceros, inundación, posible apagón eléctrico. Fabuloso, el verano apenas iba empezando y ya había una enorme tormenta. ―lo dijo con preocupación ―Así que, estoy yendo al pueblo para abastecer algunas cosas. Quiero asegurarme de que tenemos suficiente para una semana, solo por si acaso. Sabes cómo termina este camino cuando llueve mucho, especialmente cerca de midvale. ―Agarró su bolso y las llaves del mostrador de la cocina y se dio la vuelta hacia mí―. ¿Necesitas algo mientras estoy fuera?

―No, creo que estamos bien, gracias ―respondí, agradecida de que me había abastecido en libros de colorear y crayones el mes pasado.

―¡Abu! ―llamó Rubí, causando que mi mamá se parara en el marco de la puerta y diera la vuelta.

―Sí, cariño. ―Rubí mordió su labio, mirando nerviosa a mi mamá, solo sacándolo cuando Alex empujó su costado.

―¿Puedes conseguirnos paletas? ―preguntó Rubí tímidamente.

―¡Rojas! ―gritó Alex al final de la pregunta de Rubí.

―Tal vez. Veré lo que puedo encontrar. Ustedes chicas compórtense con su madre, por favor. Volveré en unas horas. ―Se dio la vuelta hacia mí una vez más.

―Kara, algunos de los huéspedes podrían decidir pagar temprano y salir antes de que la lluvia comience. ¿Puedes ayudarme con eso hoy?

―Seguro, pero te costará extra ―bromeé.

Ella guiñó y regresó mi sonrisa antes de desaparecer en el pasillo. La generosidad de mi madre estaba más allá de cualquier medida. Hace cuatro años, cuando un tornado en la forma de un pedazo de papel en el mostrador de mi cocina agarró todo mi mundo, girándolo fuera de control, no lo pensó dos veces sobre acogernos a las tres. Una vez que la tierra se estableció, empaqué las pocas posesiones que me importaban y aturdida conduje una hora desde casa a midvale donde mi mamá tenía y administraba una posada. No solo no nos cobró nada por vivir con ella, sino que también me dio un pequeño salario, y un montón de libertad, por cocinar para los huéspedes.

Room For You (Supercorp Gip)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora