Parte 32

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LENA POV

Hoy era el gran día.

No el mío, sino el de Maggie y Troy. Me levanté temprano, corriendo por mi apartamento como una idiota tratando de juntar todas mis cosas. Ayer por la noche, se suponía que debía quedarme en la posada de Kara, pero ella llamó a último minuto y dijo que había decidido pasar la noche en un hotel con Maggie y Nia. No podía culparla por eso y normalmente no me molestaría, pero ha estado tan distante desde la cena de las Wild Kids, que simplemente parecía otra excusa para no verme. Ella le echaba la culpa a la boda y el tratar de ponerse al día con la escuela antes del inicio del nuevo semestre, pero algo no se sentía bien. De todos modos, estaba emocionada de verla esta noche y dijo que sí estaba a la espera de tenerme en su casa después de la boda. Tal vez estaba leyendo demasiado en las cosas.

Unas horas más tarde, mientras me ponía en el camino de entrada de la posada, mi teléfono sonó. Miré el texto, era de Kendall.

K: Hey extraña, me gustaría hablar contigo. ¿Cena la semana que viene?

Eliminé el mensaje sin pensarlo dos veces y recogí mis cosas de la camioneta. Caminé sobre el porche delantero, sorprendida al ver a Alex sentada en el sofá de mimbre con sus manos cruzadas sobre su regazo.

―Hola, pequeña. ¿Qué está pasando? ―Me acerqué y me senté a su lado. Llevaba un vestido de color amarillo pálido y su cabello castaño normalmente recto estaba levantado en flojos rulos.

―Le dije a mamá que quería salir a la calle por lo que ella dijo que tenía que sentarme aquí y no moverme.

―Bueno, te ves muy bonita.

― ¿Vas a venir a la boda?

―Síp.

― ¿Vas a bailar con mi mamá?

―Mmm, tal vez. ¿Eso estaría bien contigo?

Frunció su ceño y pensó en eso por un minuto.

―Sí. Mi mamá sonríe mucho cuando habla de ti. Creo que estaría feliz de bailar contigo.

Sonreí como una chica de quince años a la que le acaban de contar en el comedor por una amiga de una amiga que su enamoramiento le gusta de regreso.

― ¿Oye, Alex?

Sus inocentes y profundos ojos marrones me miraron y repentinamente estaba abrumada por la urgencia de proteger a Alex y, Rubí y a su mamá. Llámenlo ser exagerada, llámenlo posesiva, pero estas tres eran mías y destrozaré a cualquier persona que se metiera con ellas.

― ¿Crees que puedo bailar contigo también? ―le pregunté.

Una sonrisa gigante iluminó todo su rostro. Era la sonrisa de su mamá, nariz arrugada y todo.

No dijo que sí, pero puso su cabeza en mi brazo y se rió, así que estaba bastante segura de que era el equivalente de la carita sonriente en un mensaje de texto de su mamá.

― ¡Alex! Ven aquí, por favor. ―Escuchamos a Kara llamar unos minutos más tarde.

Nos pusimos de pie juntas y ella siguió delante de mí a través de la puerta principal. Doblé la esquina y me detuve.

Kara estaba sentada a la mesa de la cocina, de espaldas a mí, rizando el cabello de Rubí. Llevaba un vestido amarillo, un poco más oscuro que el de las niñas y sin tirantes. Era hipnotizante, su silueta sentada en la mesa cuidando de sus hijas era visualmente abrumadora.

―Deja de moverte, tontita ―le dijo Kara a Rubí.

―Este vestido pica.

―Bueno, te ves adorable en él. Soy la mamá más afortunada del mundo por tenerlas a ustedes ―dijo mientras Alex se sentaba en la silla al lado de ella.

Room For You (Supercorp Gip)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora