Parte 20

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LENA POV

― ¿Lista para irnos? ―llamó Kara desde la sala de estar.

―Casi ―grité de vuelta―. Puedes entrar. Estoy cambiándome la camiseta.

La puerta de mi dormitorio crujió cuando la abrió, asomándose alrededor de la esquina.

― ¿Segura?

No podía apartar los ojos de ella mientras se acercaba a la silla de cuero, su cabello ondulado y rubio fluyendo alrededor de sus hombros desnudos mientras caminaba. Llevaba pantalones cortos de jean que eran lo suficientemente largos para el público, pero lo suficientemente cortos como para volverme completamente loca toda la tarde, una sexy camiseta sin mangas de color rosa que mostraba cada curva perfectamente y sandalias negras. Nunca en mi vida había sabido que los deditos con esmalte rosado podrían ser calientes hasta ese momento. Se acurrucó en la silla y me sonrió, arrugando su nariz. Sus labios rosados aún estaban hinchados por los veinte minutos que acabábamos de pasar rodando por mi cama antes de que ella detuviera las cosas... otra vez.

Hablaba en serio cuando le dije que no tenía ninguna prisa. Quería estar dentro de ella tan mal como quería el anillo de la Copa Stanley, pero podía ser paciente.

También estaría pasando mucho tiempo en la ducha, una ducha fría.

Salí de mi armario con una camiseta a rayas verde y azul y la tiré en la cama, viendo a Kara mirarme. Su devoradora mirada era una forma de juego previo tortuoso, algo que se debería utilizar en los prisioneros. Cuando trabé mis ojos con los de ella, era justo eso, algo fijo entre nosotras.

No podía apartar la mirada. No quería mirar a otro lado. Quería caminar, agarrarla y acostarla de espaldas en mi cama después de enviarle un mensaje a Sam para decirle que podía tomar su cena y empujarla por el culo de Lucy. Me gustaría mucho pasar la noche enredada en la cama con Kara.

Me puse la camiseta por encima de mi cabeza y se quedó sin aliento.

― ¿Tienes un tatuaje?

Me eché a reír.

―Síp. Es el blasón de la familia Luthor... lo obtuve en mi cumpleaños número dieciocho. Mi papá tiene uno igual.

― ¡Es enorme! ―Saltó y se me acercó para mirarlo mejor. Pasó las manos suavemente sobre la piel entre mis omóplatos, donde comenzaba mi tatuaje y trazó el contorno todo el camino por mi espalda―. Guau. Esto es increíble ―dijo en voz tan baja que casi no la oí.

― ¿Qué está mal?

No respondió y me giré para mirarla. El brillo en sus ojos había sido sustituido por la tristeza y estaba mirando al suelo.

―Kara, ¿qué pasa? ―pregunté, tomando su cara entre mis manos.

―Nada ―suspiró, mirándome―. Me siento como una idiota.

― ¿Por qué?

―Cuando te fuiste de la posada esa mañana y encontré tu camiseta en la chimenea, me lancé a sacar conclusiones. ―Sus hombros cayeron mientras continuaba―: Supuse que como eras esta gran atleta soltera, que debías ser un egoísta playboy que no le importaba su familia, o nadie en realidad. Después de escucharte hablar sobre tu mamá, luego de ver todas tus fotos de familia, y ahora esto... me equivoqué, Lena. Lo siento mucho. ―Bajó de nuevo su mirada y dejó escapar otro suspiro.

―Oye, está bien. No sabías nada de mí. ―Incliné su cabeza para que me estuviera mirando de nuevo―. Es probable que solo luciera como una tipa tratando de meterse en tus pantalones, y esa parte no la puedo negar por completo. ―Una pequeña sonrisa se dibujó en sus labios, pero no estaba convencida―. En serio, está bien. Ven aquí. ―La atraje hacia mí y envolví mis brazos a su alrededor, sosteniendo su cabeza apretadamente contra mi pecho. ―Oye, tenemos un par de horas hasta que tengamos que prepararnos para la cena de esta noche, ¿quieres tomar un café? ¿Tal vez te muestre los alrededores?

Room For You (Supercorp Gip)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora