XIX

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Aquella mañana había despertado por unos ruidos que se escuchaban fuera de la habitación. Su corazón le había hecho pegar un pequeño brinco al escuchar como algo caía contra el suelo y se rompía, al parecer en mil pedazos. Alarmado de que estuvieran entrando en la casa, intentó levantarse con intenciones para ir a investigar, pero recordó que su pierna tenía una escayola y aquello le dificultaba el movimiento. Entonces, pensó de que no estaba solo en la casa y que tal vez ese muchacho había hecho aquel ruido, ¿pero y si estaba herido?

Con una gran fuerza que no sabe de donde la sacó, se incorporó y con la ayuda de sus brazos consiguió plantar sus piernas en el suelo de madera. Tomó las muletas que estaban a su lado de la cama y se impulsó hacia arriba para quedar de pie. Tuvo unos minutos en los cuales estabilizó su equilibrio y seguidamente comenzó a andar hacia donde había escuchado el ruido.

A paso lento, el castaño se dirigió por el pasillo en busca de su supuesto amigo que vivía con él, con intenciones de llamarlo, pero recordó que no se acordaba de su nombre, ¿como era? ¿Taejung? ¿Taehyun?...

«¡Taehyung!» recordó.

Al cabo de un rato, Jungkook llegó al salón de la casa. Tenía esperanzas de encontrarse al azabache allí, pero en su lugar lo único que lo recibió fue un intenso olor a cigarrillos, como si alguien se hubiera quedado toda la noche fumando en la sala, y por si fuera poco aquello no era lo único en la sala. Encima de la mesita se encontraban botellas vacías de alcohol, una pequeña bolsa de plástico transparente vacía y lo que parecía ser una cartera abierta con sus tarjetas fuera de ella.

Confundido por aquella escena, Jungkook no pudo oprimir un gesto para intentar comprender lo que estaba pasando. ¿Porqué todo estaba desordenado?

-Jungkook.- lo llamó una voz detrás suya. El chico giró y pudo ver allí a Taehyung pasando el dorso de su mano por su nariz y ojos.- Lo siento, te desperté.

El menor lo analizó de arriba abajo y se dio cuenta que aquel chico no estaba en unas buenas condiciones. Su pelo era un desastre, su camiseta de manga larga estaba algo descolocada al igual que sus pantalones y no hablemos de que el muchacho llevaba la misma ropa de ayer, ¿acaso durmió con eso? Sus ojos estaban inchados y rojos conjunto a su nariz y sus labios estaban algo agrietados, tal vez e incluso algo deshidratados.

-¿Qué hiciste por la noche?- fue lo único que preguntó el menor, pero no obtuvo respuesta sabiendo lo que era obvio.- Bebiste.- afirmó.- Tus ojos... ¿estuviste llo-?

-No importa.- lo cortó.

-Si importa. No te conozco desde hace mucho, pero puedo sentir que no estas bien y desde hace días algo te preocupa, puedes contarme, ¿sabes?

Taehyung bufó entre algo molesto y triste.

-No voy a cargarte con mis problemas cuando tú tienes los tuyos. Solo sería una piedra más en tu camino.

-¿Eso piensas?- y el azabache calló.- Tú no eres una piedra en mi camino. Oye... olvida lo que te dije ayer, solo estaba algo asustado y no hace falta que me lo cuentes sino me lo quieres contar, pero puedo ayudarte. Quiero ayudarte, Taehyung.

En lo más profundo de su pecho, el azabache sintió como su corazón comenzó a agitarse nada más su nombre fue pronunciado por los delfos del contrario. Aquel nombre suyo que salió de lo más profundo de su garganta y que se sintió tan maravilloso volver a escucharlo. Por una parte sintiéndose eufórico y por otra parte sintiéndose con miedo. Miedo al que Jungkook se estancará solo como Taehyung, su amigo y no como Taehyung, su novio.

-¿Tienes hambre?- desvío la conversación al saber que sería él el que saliera mal de aquella. Jungkook asintió.- Ven, prepararé algo por ti.




"𝐄𝐓𝐄𝐑𝐍𝐈𝐓𝐘" [ᵛᴷᴼᴼᴷ] SEGUNDA TEMPORADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora