"𝐄𝐓𝐄𝐑𝐍𝐈𝐓𝐘" [ᵛᴷᴼᴼᴷ] SEGUNDA TEMPORADA

IV

El lúgubre lugar parecía envolverles con su silencio. El atardecer pronto caería sobre sus cabezas sino se daban prisa, así que volvió a mirar aquella lápida sin nada de tristeza. No había ni una miserable pizca de sentimientos aunque si un pizca de odio. Después de dejar aquellas flores sobre su tumba, sintió como aquel brazo pasaba por sus hombros y lo atraía a su cuerpo.

Sin decir nada, sin que nadie los interrumpiera y sin que nadie lo juzgara, besó su lado izquierdo de la sien contraria hasta que por fin habló.

-¿No crees que es un cruel traerle a tu padre un ramo de canastas de plata?- rió aunque su novio no le haya seguido con esa acción.

-El significado de esas flores es lo que siento yo por él, indiferencia.- lo miró haciendo contacto visual a través de las gafas de sol que traía el mayor.

Hacerle una visita a su padre después de enterrarlo nunca estuvieron en los planes de Jungkook, también era cierto que cuando era día de visita Taehyung tenía que acompañarlo, pues el castaño aunque fuera demasiado duro e intentaba mantenerse fuerte, por dentro su cabeza era un caos y su corazón latía de dolor al recordar su pasado.

Ninguno de los dos chicos tuvo un pasado extraordinario y su presente no era nada fácil. Ambos tenían que mantener sus estándares, Taehyung como un famoso pintor y Jungkook como el escritor más famoso de poesía moderna más joven de la generación, aquello le dejaba poco tiempo para cuidar su relación amorosa, pero cuando sus días libres llegaban ellos aprovechaban hasta el último milisegundo del día están uno frente al otro.

No, Jungkook no estaba manteniendo el apellido de su familia bajo su fama, el menor decidió que ahora pertenecía a la familia de los Kim, pues Alexa fue aquella hermana que nunca tuvo, Jiyeon como la madre que lo quería como un hijo aunque no fuera de su sangre y Taehyung...

Taehyung lo era todo para él.

Taehyung estuvo en su vida cuando los pros y los contra no hacían nada más que ir y venir, ese chico estuvo ahí en cada momento que parecía ser el mejor de su vida y la verdad es que todos lo eran si Kim Taehyung estaba junto a él. El azabache podía ser su calma, aquella calma que podía llevar un río; podía ser su felicidad, pues todo junto a él eran risas; e incluso era su libertad, aquella libertad que le dio unos cuantos días nada más conocerse.

Taehyung era su amigo, su compañero en la vida, su alma gemela y su destino hacia la felicidad.

Muchos dicen que esta mal que tu felicidad dependa de una persona, tal vez si, pero era demasiado tarde para echarse hacia atrás. Jungkook estaba jodidamente enamorado.

Jodidamente enamorado de su chico bandana.

-Bebé.

Escucho como la grave voz del chico lo llamaba para que le prestara atención.
Entonces lo miró.

-Vámonos, ya cumpliste por hoy.

El menor asintió siendo empujado levemente por el mayor, obligándolo a salir de aquel cementerio para ir hacia el coche. Jungkook no pudo evitar mirar hacia atrás mientras que ambos caminaban hasta la salida, observó la tumba de su padre por encima del brazo de Taehyung que todavía estaba encima de sus hombros, finalmente volvió su vista al frente y caminaron unos cuantos pasos más hasta que una figura hicieron que los chicos parasen.

Quedaron estáticos, ni si quiera podían mover ni un músculo mientras la persona presente a ellos siguiera allí de pie frente a ellos.
El castaño la analizó atentamente, consigo traía un ramo de diferentes flores y al parecer cuando aquella mujer supo que ellos se encontraban allí, también quedó estática.