Capítulo 10.- El viaje

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El alba nos brinda una cálida luz blanca desde el oriente y el destello del sol es impresionante con el cielo azul. La pequeña me jala del brazo para reunirnos con un niño al que le dice ser su hermano, mientras que ambos están totalmente felices de que su familia esté completa. La palma de mi mano toca ligeramente la espalda de aquél chico hasta colocarla en su hombro, en ese momento, se voltea ligeramente a tal grado de verle el rostro por completo y admirar la belleza de sus ojos azules, no hace más que acariciar mi cabello y mirarme para colocar su mano izquierda en mi cintura.

Despierto de golpe al punto de incorporarme en la cama, la lágrima que cae sobre la manta hace percatarme de que estuve llorando mientras dormía pero, ¿Por qué no recuerdo el rostro de aquel hombre?, el niño tenía un gran parecido a él mientras que la pequeña era muy similar a Mai.
¿Quién eres...?, ¿Por qué apareces y después te marchas sin rastro alguno?, ¿Por qué?, ¿Por qué no puedo estar al lado tuyo...?
La impotencia es demasiada que cada vez más lágrimas caen en la sábana, solo escucho como la puerta de mi habitación le abre paso a Daniel.
- Buenos días, Lena, pasaba por aquí y decidí... - Se detiene al percatarse de mi llanto y da un par de pasos al frente para acercarse a mí.- ¿Todo bien?
- Sí, sí, solo... Una pesadilla. - Contesto su respuesta y trato de limpiarme los ojos, supongo que al igual que mi nariz y mis labios estarán totalmente rojos.
- Yo... Eh...
- ¿Lena?
- Iva... - Creo que ella no necesita permiso para entrar.
- Comandante.
- Señorita Carter. Bueno, solo pasaba por aquí y quería desearte suerte.
- Gracias, señor.
- Permiso, hasta luego.
- Adelante. - Iva es la última en despedirlo.
- Es mi imaginación, ¿O el Comandante Blake actúa raro cuando está contigo?
- No lo sé, no lo he visto interactuar mucho con más gente.
- Cambiando de tema, ¿Por qué estabas llorando?
- ¿Se nota mucho?
- Quizá no deberías preguntar lo que es muy obvio. - Ambas soltamos una ligera risita y Mara entra sorprendida al dormitorio sin permiso.
- ¿Acaso el Comandante estuvo aquí?
- ¿Acaso no deberías de pedir permiso para entrar a las habitaciones de los demás?
- Bueno, no creo que eso importe mucho tratándose de nosotras.
- Mara tiene razón, pero de todas maneras, no está mal ser cortés. Ahora déjame revisar tu hombro. - Me quito una parte de mi ropa y noto al igual que Iva que no es necesario que siga usando vendas para el sangrado, ni siquiera una gasa para infecciones.
- Sí que has progresado en un par de días, solo te pondré una pomada para la cicatriz, aún no ha sanado por completo, así que llévate un poco para que la apliques mañana.
- Gracias, Iva. - Hay algo que no me gusta de esto, no ha dicho nada malo, pero su actitud es un poco diferente cuando trata mis heridas, inclusive Mara.
- Bien, ahora cámbiate y toma tus cosas, te aguarda un gran día.
- Te esperaremos en el ascensor, ¿De acuerdo?
- Claro, no tardo.
Me pongo mi ropa habitual y tomo mis pertenencias para partir a mi nueva misión.

Ambas ya me esperan en el sitio que acordamos, entramos juntas al ascensor y subimos poco a poco hasta el Nivel 6 y caminamos a la puerta oeste. Rita ya está esperándome.
- Justo a tiempo, White, estas son tus instrucciones, así que pon mucha atención.
- Adelante. - Me entrega una caja con una maleta y comienza a señalar cada una de las cosas que vienen dentro del paquete.
- Tienes menos de una semana para regresar. Tus provisiones se encuentran en tu equipaje y en ella cuentas con un equipo de primeros auxilios para lo que pueda suceder allá afuera. Es posible que encuentres un lugar cerrado para que estés a salvo, así que únicamente llevas un saco de dormir. Utilizarás un portal para cubrir la entrada y despistar a cualquier Demonio, solo mantén presionado el botón para encenderlo. Tienes una lámpara térmica que puede emitir luz y calor al mismo tiempo por si las noches son frías. También llevarás dos máscaras para protegerte de la atmósfera del exterior, son adaptables y al menos úsalas un par de veces. Este es un escáner holográfico, te servirá para recolectar cualquier tipo de información que encuentres. Por último: te presento nuestra única aeronave, la ST-0.
- Impresionante... - Estoy totalmente perpleja ante lo increíble que es esto, la aeronave es totalmente negra en un tono grisáceo, justo como las nubes del exterior, tiene un parabrisas que abarca también como ventanas y la puerta de acceso está en la parte trasera.
- Sabía que te gustaría, entra, está programada para abrirse ante un portador. Solo hay equipamiento para un solo piloto, la cabina está pegada al espacio de cargamento, solo hay asientos para otros cuatro pasajeros más la carga. - Al estar dentro de la ST, me siento en la cabina y noto que hay unas tiras extrañas con broches.
- ¿Para qué son estos?
- Se llaman cinturones de seguridad, te mantienen en el asiento en caso de algún accidente. Estos dos van en tus hombros, abrochas este en tu pecho y el otro a la altura de la cadera. Este es el tablero, el botón más grande es el de encendido, primero oprimes el de la izquierda para encender las turbinas y después el otro de la derecha para los propulsores. Las turbinas subirán o bajarán dependiendo de lo que hagas, los propulsores serán para la velocidad y la palanca que está al lado del volante es para despegar o aterrizar, con el volante puedes acelerar hacia atrás y bajar la velocidad para adelante. Los niveles de arriba son para que sepas hasta donde puedes elevarte, también está el piloto automático y tienes dos armas en caso de ataque, puedes usarlo con los botones del volante o hacerlo manualmente, también tiene la única brújula que funciona en toda la Sede, en dado caso que te desvíes o suceda algo, sabes a dónde regresar.
- Entendido.
- Bien. Es hora de que te marches, recuerda que la ST no emite sonido alguno, solo movimiento, así que no tendrás problemas por pilotar a una baja altura, siempre y cuando tengas precaución.
- Comprendo.
- Buen viaje, White.
- Permiso para despegar.
- Concedido.
Al tomar asiento como tal en la cabina, me abrocho los cinturones y enciendo el motor, presiono botón por botón para despegar y poco a poco manejo la palanca para subir por los cielos. Mientras me elevo, veo a Iva y a Mara desde la puerta, ni siquiera pude despedirme, así que solo les sonrío y les hago una seña con la mano. Ambas turbinas ascienden poco a poco y considero que es buena altura para avanzar, justo cuando comienzo mi trayecto, veo que Daniel se asoma a mi despegue, se despide con la mano y le respondo con una sonrisa.
No creí que viniera a despedirse.

Ha pasado alrededor de una hora y todo marcha bien, realmente esta cosa no emite sonido alguno, tanto así que, apenas logro escuchar las turbinas. Decido poner el piloto automático y me paso a la parte de atrás, en el techo y en las paredes tiene redes para colocar cosas y atar los cargamentos, tiene ganchos escondidos en el piso y los asientos son tan cómodos como el de enfrente. La nave realmente es pequeña, ha de medir 2 metros de ancho, 3.5 de largo y 2.5 de alto, si contamos la parte del tren de aterrizaje.

El transcurso del viaje fue un simple abrir y cerrar de ojos, que tan solo apenas me percaté del tiempo y vuelvo a mi asiento para descender. Desde aquí arriba puedo ver bien todo el territorio de las ruinas, busco un lugar para aterrizar y alisto mis cosas para el exterior. Al abrirse la compuerta, no había notado que la rampa para subir y bajar de la ST era muy larga. Primero decido tomar mis pertenencias y bajar con cuidado para asegurarme de tener el perímetro despejado, me encuentro lista para disparar en cualquier momento y empuñar mi Katana para atacar, me cubro detrás de unos pilares que aún siguen de pie y saco los binoculares para estar totalmente segura. Al paso de unos segundos, todo parece estar totalmente tranquilo, así que me relajo un poco sin bajar la guardia y comienzo a inspeccionar un poco el lugar. Definitivamente, algunas estructuras están hechas pedazos y carcomidas por el tiempo, el suelo de aquí es una arena desértica y las construcciones están hechas de piedra blanca, no sé cuántos años tenga todo esto, pero su material de construcción es demasiado práctico para semejante perfección arquitectónica que puedo llegar a imaginar. Hay algunas estatuas de personas que aún conservan la vestimenta que creo que usaban en su debido tiempo; los hombres usaban una especie de taparrabos, huaraches con ataduras a las rodillas y tenían el cabello largo, y las mujeres tenían la cabellera corta, usaban un vestido simple y con los pies descalzos.
Creo que estoy justo en la entrada de la ciudad, un arco está partido, pero el símbolo del Yina está totalmente presente. Cuando me coloco de cuclillas para observar mejor el símbolo, escucho unas pisadas en piedras sueltas en una cierta lejanía, me pongo en guardia y saco mi arma para protegerme.
- Creí que haría esto solo.
- ¿Quién eres? - Es lo primero que se me viene a la mente, nunca había escuchado esa voz antes, pero cada vez se acerca más. Rita jamás mencionó que alguien estuviera aquí.
- Creo que es obvio quién soy. Quién diría que nos enviarían a ambos al mismo sitio una vez más.
- Es aquel chico que vi de reojo cuando llegué a la Sede.
- No comprendo...
- Me presento, Lena. Yo soy el hermano mayor de Iva Carter, Alen, y el otro Portador del Yina. Un gusto conocerte al fin.

Hasta que el futuro nos separeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora