Capítulo 05.- Tórtolos

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- ¿Todo en orden, señorita?
- Claro, solo eran unas cosas insignificantes que Daniel quería hablar conmigo.
- Ya veo.
- Bien, en marcha.
- ¿A dónde?
- Con Mara, ¿A dónde más?
- Pero...
- Ya.
Soy la primera en ponerse en marcha y de nuevo tomo las escaleras en vez del ascensor.
- ¿Por qué bajamos por aquí, señorita?
- Menos quejas y más razonamiento, necesitas pensar qué le vas a decir.
- Pero soy muy tímido, no creo que salga una sola oración sin tartamudear.
- Inténtalo, no pierdes nada con hacerlo.
- Mi dignidad.
- ¿Aún tienes?
- Eso fue algo muy cruel de su parte. - Estoy consiente de eso, pero no podía guardármelo.
- ¿Por qué mejor no me demuestras tu coraje enfrente de ella?
- Usted gana... - Le cerré la boca por unos instantes hasta llegar al Nivel 3, si alguien sabe dónde está Mara seguro es Iva.
Al caminar unos metros, puedo identificar el cabello de Iva a la distancia, está con Mai en una de las camas, parece que solo le da un chequeo rutinario. Espero que no sea nada serio.
- Señorita Lena, un gusto volver a verla tan pronto. A tí también, Jack. - mi Alix le da una sonrisa amistosa y la saluda a distancia.
- ¿De casualidad saben dónde está la Alix Almank?
- ¿Mara?
- S-Sí, ¿Sabes dónde está? - Jack responde de una manera casi inmediata.
- Ha de estar en el Nivel 4, con los demás niños.
- Entendido, gracias Iva.
- ¿Podría pedirles un favor?
- Seguro.
- ¿Crees que podrías llevar a Mai con Mara?, tengo algunos pacientes que atender.
- Claro, vamos Mai.
- Adiós Iva. - Mai me toma la mano rápidamente con una sonrisa y se despide de ella.
- Hasta pronto.
- Nos vemos, Iva.
- Hasta luego. - Jack es el último en despedirse y comenzamos a subir las escaleras.
- Lena. - La tierna voz de Mai pronuncia mi nombre mientras me agita la mano para voltear a verla.
- Dime.
- ¿Puedo hacerte una pregunta?
- Claro, ¿Qué pasa?
Llegamos al Nivel 4 y hacemos una pequeña parada antes de buscar a Mara.
- ¿Crees que cuando sea grande pueda ser como tú?
- ¿De qué hablas?
- He oído muchas cosas increíbles de tí hoy y quise saber si puedo llegar a ser una Cazadora.. Igual que tú.
- Yo...
- ¡Jack! - Una voz me interrumpe a lo lejos y se ve perfectamente quién es. Creo que ella nos encontró a nosotros.
- ¡Mara! - Jack se pone nervioso al instante cuando escuchó su nombre.
- Hola, ¿Qué los trae por aquí?
- V-Venimos a traer a la niña porque... P-Porque Iva no lo pidió y aquí está.
Ni siquiera se esfuerza por disimular sus nervios.
- ¿Niña?, ¿Qué niña...?
- Es la que trae la señorita Lena de la mano.
- Oh, con que eres tú Mai, ven, vamos a que comas algo.
- No, aún no. Ella tiene que responder a mi pregunta.
- ¿De qué habla?
- Es que Mai le hizo una pregunta importante a la Señorita y...
- ¿Lo crees? - Mai interrumpe enseguida con una mirada tierna dirigida a mi.
- Pero yo no soy tan increíble como tú crees y...
- ¿Y?
Volteo a ver a Mara para que pueda explicarme un poco acerca de el porqué de la pregunta.
- Algunos niños son huérfanos y extrañan a sus padres. Así que buscan la confianza de alguien que admiran, o eso es lo que Iva dice.
- Ya veo... - Realmente me da mucha tristeza escuchar eso.
- ¿Entonces? - Mai me vuelve a agitar la mano.
- Bueno... - Suelto un pequeño suspiro pero no puedo negarme. - Yo creo que lograrás cualquier cosa que puedas imaginar. Y yo estaré apoyándote. ¿Sí?
- ¿De verdad? - Su rostro se ilumina por completo al escuchar mi respuesta.
Se abalanza sobre mí y me rodea inmediatamente el cuello con sus bracitos. No sé cómo se llama este afecto, pero también la rodeo con mis brazos y la pego un poco a mi pecho.
¿Qué será este calor que siento por dentro que a la vez duele?
- Que lindo abrazo.... - Mara lo dice muerta de felicidad.
- ¿Abrazo? - volteo a verla para entender el significado de la palabra.
- Sí, un abrazo es justo lo que están haciendo ustedes dos. - Jack entendió perfectamente mi ignorancia.
- Bien, creo que ella y yo tenemos que irnos, alguien no ha comido aún y tiene que alimentarse bien si quiere ser una cazadora.
- Pero antes, Jack tiene que decirte algo, Mara. - Definitivamente él acaba de olvidar el verdadero motivo por el que vinimos y lo que tenía pensado decirle.
- Claro, ¿Qué sucede?
- Y-Yo te... T-Te iba a preguntar si... S-Si de casualidad t-tendrías un rato libre más tarde para conversar un rato y...
- ¿Tú y yo?
- S-Sí. ¡C-Claro!, si tú quieres...
- Suena bien...
- ¿E-Enserio?
- Por supuesto, ¿Por qué no vienen en un rato? Lena pasaría tiempo con Mai y tú y yo podríamos charlar.
- S-Sí, suena genial.
- Entonces así será.
- Volveremos en unas horas, Mara.

Mi Subordinado y yo damos media vuelta y nos dirigimos a mi dormitorio para seguir revisando la información de la carpeta. Ambos nos quedamos en completo silencio en el ascensor hasta que se abren las puertas para salir. Caminamos a mi dormitorio y voy directo hacia la carpeta.
- Bueno...
- De nada, campeón.
- Gracias, señorita... Y felicidades por su nueva admiradora.
- Gracias, pero ese no es el tema.
- Cierto, ¿Me permite los archivos?
- Toma.
- Bueno, como podrá ver. El Yina son triángulos con un centro en particular que se les fue otorgado a los elegidos para proteger a los mortales y destruir al Amo Kei con el poder de los dioses, una vez que ambos símbolos sean unidos, se formará la Estrella Perfecta. Estos seres serán el complemento del otro, equilibrando el mundo con justicia y paz. Ambas no pueden hacer mucho por separado ante Kei, pero cuando están unidas, el poder absoluto se vuelve uno, fusionando ambas almas y otorgando el máximo poder de los cielos para la victoria de los humanos. Pero si uno de ellos es eliminado, no habrá posibilidad alguna de existir. Ambas partes del Yina se presentan una vez cada siglo, pero nunca se sabe con exactitud cuándo aparecerán y cuándo despertará el Amo Kei.
- ¿Y cómo se supone que se fusionan ambos símbolos para obtener la Estrella Perfecta?
- Solo los portadores lo saben. - Creo que acabo de conectar los puntos.
- Instructivo... Ya entendí.
- ¿Qué entendió?
- Daniel había mencionado que tenía las armas, pero no el instructivo. Ambos somos las armas y el instructivo.
- Pero me temo que usted no recuerda nada de lo que pasó antes de esta mañana, y Carter nunca entendió en qué consistía. No tenemos nada...
- Ya pensaremos en algo, por ahora, háblame más de los Demonios y los Yekis.
- Bueno, los demonios eran humanos que traicionaron a los dioses, trataron de robar sus poderes y los condenaron a no morir nunca en el reino de Kei. Mientras que los Yekis, pues... Ellos son una mutación hecha por el Amo para buscar a los portadores del Yina, para así obtener todo el poder que poseen y derrotar a los dioses, pueden rastrear a los portadores por algunos kilómetros a través del el olfato, son más fuertes y más inteligentes, ya que para ellos, ustedes tienen un tipo de sangre muy peculiar a la de todos nosotros.
- ¿Peculiar?, ¿Qué quieres decir con "Peculiar"?
- No me haga mucho caso, pero el rumor dice, que Carter no tardaba mucho en recuperarse, tenía más fuerza que todos los demás y todo es gracias al Yina. Y usted, bueno, se regeneró rápido y tiene una habilidad demasiado grande comparado con todos nosotros en la base y quizá también posee mucha fuerza.
- Sea lo que sea, veré la manera de estar preparada para cuando Kei despierte.
- Confío mi vida en usted, Señorita.

Aunque la plática pareció muy corta, estuvimos encerrados dos horas con toda la información disponible con respecto a los "enemigos" y a las bases perdidas de la sede. Pero decidimos descansar y nos pusimos en marcha hacia el Nivel 4 para arreglar nuestros asuntos pendientes.
Al llegar, Mai me recibe corriendo con los brazos abiertos mientras que Mara camina hacia Jack y nos saluda.
- Los estábamos esperando.
- L-Lamentamos mucho la tardanza, es que... - Y aquí vamos de nuevo con su estupidez.
- No hay problema Jack, tenían cosas importantes que resolver.
- Ven mamá, quiero mostrarte algo que hice. - Mai me jala de la mano para ir al lugar donde estaba sentada.
- Hmmmm... ¡Niños! - Mara comienza a tener la cara igual que su cabello.
- B-Bueno, si ustedes quieren...
- No por nada mi hermano te preguntó. - Ese chico me impresiona, hace unos momentos estaba muerto de los nervios y ahora parece sacar ventaja de esto.
- ¿Y bien, mamá? - El mayor de los niños se dirige a ella.
- Seamos una familia entonces.
- Solo los niños, tú y yo contra el mundo, Mara.

Hasta que el futuro nos separeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora