Capítulo 15.- Vaga memoria

12 1 0
                                    

- Lena, ¿Puedo hacerte una pregunta?
- Claro.
- Sabes, realmente tengo curiosidad por saber de tí, quisiera saber mil y un cosas acerca de tu vida, pero sé que no es posible, y a veces imagino cómo es que te verías de pequeña o tu manera de ser hace algunos años. No lo sé.
- ¿De acuerdo…? - Es extraña esta conversación, pero me divierte el hecho de que se imagine una posible realidad o una falsa existencia.
- Bueno, solo… Yo creí que quizá y así fuese o… - Alen se empieza a poner nervioso a más no poder. - ¿Tú nunca te has puesto a pensar en ello…?, ¿Realmente no tienes ni un solo recuerdo?
- No. - Respondo con un poco de seriedad, aunque aún no se va del todo la burla de hace un momento.
- ¿De verdad?, ¿Nada?
- Bueno, no estoy segura. Algunas veces tengo sueños extraños desde que llegué a la Sede, por lo general es un hombre pero jamás he podido alcanzar a ver su rostro, aunque de vez en cuando aparecen dos niños, uno de ellos es idéntica a Mai y el mayor tampoco sé quién es, pero ellos llegan a mí de una manera en la que no sé explicar. A veces el paisaje es de lo más hermoso de lo que podrías imaginar, los cielos del mismo tono que tu luz interna, las nubes son tan blancas y esponjosas y algo verde en el suelo que parecía una especie de planta diminuta y exactamente igual por todos lados en el que podrías sentirte increíble por la sensación en tus pies… - Medito con basta felicidad los sueños que he tenido, hasta que mi sentimiento de tranquilidad se convierte en inquietud.
- ¿Qué sucede?
- ¿Eh?
- Te frenaste así de repente.
- Sí, es que… - No sé qué es lo que siento ahora exactamente, pero definitivamente no es algo que me agrada.
- Díme, te hará bien soltarlo.
- ¿Soltarlo? - Creo que Alen ha olvidado que aún no comprendo algunas expresiones.
- Sí, verás. Al hablarlo con alguien más siempre ayuda, no siempre es bueno callarse las cosas, o en tu caso, guardarlas solo para tí cuando puedes confiar en alguien para decirle si te molesta algo, si te hace sentir mal o si quieres compartir tu felicidad o algunas penas con alguien. Y qué mejor que con alguien con el que compartes la otra mitad de lo que eres…
No comprendí del todo lo que dijo, pero supongo que capté lo que trató de decirme. Al principio lo observo por un instante sin decir ni una palabra, pero acepto la oferta de contar lo que me atormenta de mis sueños.
- Hubo una vez en la que ví a los tres en un charco inmenso de sangre, estaban muertos frente a mis ojos y no pude hacer nada.
Alen se endereza un poco y guarda silencio por un par de segundos.
- Ya veo, ¿Y ellos eran tu familia…? - pregunta con un poco de tristeza y curiosidad.
- No lo sé, solo espero que fuera una mala jugada de mi mente y que eso no haya pasado.
Con el transcurso del tiempo, Alen fue contándome acerca de su vida en la base, desde que Iva y él llegaron hasta el momento en el que ambos obtuvieron un importante puesto dentro de las jerarquías, es muy interesante todo lo que han pasado para llegar a ser lo que son ahora, incluyendo sus relaciones amorosas. Al parecer, a mi amiga nunca le han faltado pretendientes por lo maravillosa que es, pero nunca ha tenido una pareja, mientras que su hermano… Tiene una situación similar, las chicas siempre han estado tras de él, solo que la única mujer que lo ha cautivado ya no está.
- ¿Qué sucedió con ella? - No puedo ocultar mi curiosidad y pregunto.
- Bueno, sucedieron hechos sumamente importantes que la llevaron a apartarse de mí, y no solo una, varias veces ha sucedido lo mismo, tenía esperanzas de que esta última vez fuera diferente y que podría conservarla conmigo para siempre, pero al final siempre es lo mismo.
- ¿Y qué les impide estar juntos?
Hace una pequeña pausa para soltar un suspiro y responde.
- El destino.
Sinceramente esperé una respuesta diferente como alguna misión o algo.
- Ya veo.
- ¿Te molesta si dejamos el tema por ahora…? No es algo de lo que me guste hablar mucho. - Su tono de voz suena diferente y acepto la propuesta.
- Claro, disculpa. Y siento tanto que las cosas con ella se hayan dado de esta manera.
- No hay problema, solo espero que esta tortura termine algún día.
- Verás que sí… Y, ¿Cómo se llama?
- No tiene importancia.
- ¿También es una cazadora?
- Creo que no se necesitan más detalles.
- Bueno, solo se me ocurrió que…
- Así déjalo. - Me interrumpe.
- Cálmate, yo solo quería…
- ¡No, ya fue suficiente!, solo te estás burlando de lo que siento. - Se levanta repentinamente de la roca donde estaba sentado y comienza a levantar la voz.
- Oye, no es necesario que te desquites conmigo, yo solo quiero ayudar a desahogarte, ¿Acaso no recuerdas que fuiste tú el que lo dijo?
- Pues no es necesario, muchas gracias.
- Bien, para la otra no preguntaré nada más. - Cambio mi tono de voz a uno más serio.
Alen comienza a dar vueltas por el lugar y regresa de nuevo a donde estoy yo.
- Es que, ¿Por qué me preguntas eso? - Me cuestiona con un poco de tristeza.
- Yo solo quería ayudar, no era necesario que me hablaras de esa manera.
- Es que tú no lo entiendes…
- Entonces ayúdame a entender.
- No, no. Tú no lo entiendes, ¡Tú no lo entiendes!
- Si no me explicas, ¡¿Cómo quieres que te ayude?!
- Yo no pedí tu ayuda.
- Pero quiero ayudarte.
- ¿CÓMO PUEDES AYUDARME SI ELLA ME OLVIDÓ? - Ninguno de los dos dice una palabra después de ello, pero al menos hace que Alen se tranquilice un poco. - Lo siento, yo… No quise ser grosero.
- No, tienes razón, no te entiendo… Al menos me alegra haberte ayudado de alguna manera y si me disculpas, creo que buscaré un lugar para dormir.
Me levanto de donde estaba y me voy para el otro lado de la habitación para buscar un suelo plano y colocar la manta para dormir.
Solo me recuesto de lado viendo hacia la pared con mi brazo como almohada y me quedo pensando en todo lo que Alen sufre, desde la muerte de su familia hasta tener que lidiar con el enorme peso de proteger a los pocos humanos que quedan, sabiendo que la persona que ama solo se aleja cada vez más.

Hasta que el futuro nos separeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora