-CAPITULO 7-

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Después de manejar durante un rato entro al estacionamiento y salgo del coche, camino unos metros y me siento finalmente. 

-Te e echado de menos abuela- toco la lapida de mi abuela, recordando cada momento con ella, cada anécdota que me contó y sobre como se enamoró de mi abuelo, era tan alegre, nada que ver con el monstruo de su hija, no, ella era pura y siempre sonriente y cariñosa, siempre me abrazaba y me hacia mis galletas favoritas cuando era niña y siempre me defendía de los regaños de mi madre, cuando era niña siempre me daba consejos de que me divirtiera que fuera alegre y gracias a ella lo fui, hasta que comencé a crecer y mi madre comenzó a intervenir en mi futuro y planear todo hacia mi, recuerdo decirle a mi abuela como me molestaba que mi madre quisiera decidir todo por mi 

-Cariño, tu madre hace esto porque te ama- mi abuela me decía mientras yo estaba recostada en sus piernas y me acariciaba mi cabello sentadas en una silla mecedora en el jardín de su casa. 

-pues vaya manera de amar- resople

-jovencita- mi abuela jalaba de mi cabello 

-Auch- sobaba mi cabeza 

-recuerda que es tu madre- 

-lo se solo...me habría gustado que fuera más como tu sabes?, mas cariñosa- 

-antes lo era, de niña siempre fue sonriente y alegre, de todo se reía y siempre era muy positiva, no había nada que la derribara

-en verdad- digo sorprendida -no puedo imaginarme a mi madre así - 

-claro...ella siempre fue así, aunque no se puede que el tiempo la haya echo cambiar, pero para mi ella siempre será mi cachetes- 

-cachetes?- pregunto - porque le dices así?- una pequeña risa sale de mi 

-o, acaso no te e mostrado las fotos de tu madre cuando era niña y como estaba de gordita?- 

-mi madre era gorda?- sonrío mientras mi abuela me pide ayuda para que se levante 

-claro que si, vamos dentro te mostrare unas fotos de la gordita de la casa- 

-si, si, claro- 

Limpio una lagrima que resbala por mi mejilla recordando todas las cosas que mi abuela me dijo 

-me haces tanta falta- coloco unas rosas en la lapida, me recargo sobre ella y cierro mis ojos imaginando que sus brazos me rodean.

No se cuanto tiempo pasa pero cuando abro mis ojos veo que ya esta anocheciendo, me giro hacia la lapida y me despido de mi abuela prometiéndole que la visitare pronto. 

Al llegar a mi casa observo mi casa con ojos tristes, no se en que momento mis padres se volvieron así, cuando antes éramos tan felices, entro a la casa y dejo las llaves sobre el portallaves, subo las escaleras y al final me encuentro con mi hermano

-Dani podemos...-

-No- lo interrumpo y me detengo frente a el viéndolo hacia los ojos - creí que confiaba en ti como para guardar un secreto así- 

-acaso crees que estuvo bien lo que hiciste?- Gael contesta molesto 

-no, claro que no estuvo bien, pero creí que podrías cubrirme de esta, o acaso has olvidado de las veces que te cubrí cuando venían a visitarte tantas chicas cuando estabas en primer año? fingía que eran mis amigas y después se escabullían a tu cuarto- contesto molesta 

-Dani...lo siento, tienes razón- dice bajando la voz 

-claro que tengo la razón, ahora déjame ir a mi habitación y no me molestes- 

Bajo tus redesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora