-CAPITULO 35-

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***DANI***

Quería morirme, en verdad era lo único que quería. Estaba recostada en la cama en la que ahora era mi habitación, mi cuerpo me dolía por todas partes. Y cada que recordaba lo sucedido corría al baño a vomitar, me daba asco yo misma. 

Ya no había necesidad que me tuvieran con esposas, después de lo que me hicieron no me dieron más ganas de luchar. 

Ahora cada vez que abrían la puerta me tomaba de las piernas muerta de miedo, la Daniela que luchaba por salir de aquí, había desaparecido, había muerto aquel día. 

Habían pasado solo 2 días desde aquel momento atroz, pero yo lo sentía como si fuera una eternidad. 

La puerta se abrió y pude ver que era la misma chica de la ultima vez. Ella me vio y una lagrima corrió por su mejilla. Se acercó lentamente a mi, yo no podría ni siquiera moverme, solo la veía acercarse a mi y sentarse frente a mi. 

Ella paso un mechón de mi cabello hacia atrás dulcemente. 

-No dejes de luchar- 

La vi a los ojos y me dio una sonrisa triste, yo solo desvié mi mirada de ella hacia otro lado, no tenía ni siquiera ganas de hablar. 

-Me llamo Akira- 

-Dani- conteste sin fuerza y con una voz muy ligera 

-Lo se, eres la chica que están buscando por todos lados- 

Ella sabía que me estaban buscando 

-¿Como sabes eso?- me levante un poco y la vi ver hacia todos lados para verificar que nadie más estaba 

-No tengo mucho tiempo, debes comer bien, alimentarte y no dejar de luchar por salir de aquí- 

-¿Que hay de ti? Deben de estar buscándote tus padres- ella bajo la mirada 

-Mis padres murieron, estoy sola en esto, tu aún tienes oportunidad- ella tomo mi mano y me sonrió -Lucha por todas nosotras que ya no tenemos la oportunidad de hacerlo- 

-¡Rápido fuera de aquí!- la puerta se abrió y entro de nuevo un chico que iba por ella 

-No dejes de luchar Dani- 

Ella soltó mi mano y salió de la habitación, la puerta se cerro y y escuche que la cerraban con llave. Vi mi mano y vi que ella me había depositado algo. Al abrirla lo pude ver.

Una navaja suiza. 

Era muy pequeña, cabía en mi mano y al apretar un pequeño botón, salía la navaja. Ella me estaba dando la vía de escape, pero tendría que recurrir a lo más peligroso, el dañar a gente y probablemente, matarla. 

Mi animo subió y me senté derecha en la cama, vi a mis lados y verifique que estaba sola. 

Ahora debía armar un plan. Pero una cosa estaba segura, lucharía, por Akira y por todas las chicas de aquí. 

La puerta se volvió a abrir y rápidamente oculte la navaja debajo de la almohada. Un hombre entro y se paro frente a mi sosteniendo un arma. 

-El jefe quiere verte- la voz se me hizo muy conocida, pero lo pasé por alto. 

El se acercó hacia mi y me tomo por los brazos, no sabía que pasaría ahora, pero algo si estaba muy mal. 

La navaja se había quedado en la habitación.

Al llegar a la habitación de el, lo pude ver caminando de un lado a otro notablemente molesto, al verme camino directamente a mi y me dio una bofetada. 

Bajo tus redesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora