-CAPITULO 33-

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Al abrir los ojos todo me dolía. 

Me dolía hasta solamente respirar. Abrí los ojos y comencé a ver a mi al rededor. La verdad es que no había mucho. Estaba en un cuarto completamente obscuro recostada en un colchón usado. 

Intente levantarme pero al instante sentí mis manos amarradas con unas esposas y a ellas las unía una cadena que llegaba hasta la pared. 

Me pude levantar solo un momento y me senté sobre mis rodillas, la habitación tenía una pequeña rejilla, intenté ver que lograba ver hacia el exterior, pero solo se veía un largo pasillo por el que solo era más oscuridad.  

-¡Ayuda!- grite con todas mis fuerzas pero no escuche nada más que mi eco resonar por toda la habitación hasta el pasillo. 

Volví a mirar dentro de la habitación que estaba, ni siquiera era una habitación, era diminuta, solo estaba el colchón usado y un pequeño retrete en una esquina. No había modo de escapar, 

Me jale lo más que puse en un intento absurdo de querer soltarme de las esposas, pero fue imposible. 

Recordé lo sucedido y pensé inmediatamente en Nick y Becca

¿Habrán salido ilesos? 

Seguí gritando por un rato más pero nunca obtuve respuesta. Me volví a recostar en el colchón y recosté mi cabeza 

Bien, este era el fin. 

Tenía que idear un plan para salir de aquí, pero ¿Cómo lo haría?, ni siquiera podía ver una miseria en ningún lugar. Mi estomago comenzó a hacer ruidos, tenía hambre. ¿Cuánto tiempo llevaba aquí? 

De pronto escuche una puerta abrirse y me abrace las piernas en la esquina de la habitación muerta de miedo. Los pasos sonaban por todo en pasillo y cada vez se acercaban más hasta que llegaron a la puerta donde estaba yo. Escuche un par de llaves y la cerradura abrirse. 

La puerta se abrió y por ella entro un hombre con una mascara parecida a los que me llevaron en la camioneta, era horrible. Tenía parecido a las mascaras de la película la purga.

-Come- la voz detrás de esa persona era gruesa, traté de reconocerla pero la verdad es que nunca la había escuchado. 

Aventó frente a mi una bandeja con un paquete de galletas cerrado, una botella de agua y un plato con una pasta que se veía bastante asquerosa. 

Después de dejar la bandeja el hombre salió de la habitación sin más y se fue de ahí. 

Tomé rápido el paquete de galletas junto con la botella de agua y me las comí, era mejor juntar toda la energía posible. 

No supe ni siquiera que hora era, no entraba ni un puto rayo de luz aquí, pero después de intentarlo todo me recosté en el colchón y me quede dormida.

Al abrir los ojos me puse de pie raído al recordar donde me encontraba, o más bien, el lugar que no tenia ni puta idea de donde estaba. 

Pude ver cerca de mi otra bandeja con galletas y agua, solo que ahora era una sopa, tenía mejor pinta que la pasta, así que me atreví a probarla, no se si fue mi hambre pero me supo bien la sopa.

Después pensé que probablemente tenía algo la sopa y moriría, pero no fue así. Durante lo que yo presentí que fue de día hice las mismas cosas, intente zafarme, me jale de las esposas pero todo era en vano. Comencé a pensar que este era mi fin, nadie vendría a buscarme, nadie me sacaría de aquí. 

No se cuantos días pasaron hasta que deje de esforzarme en salir de ahí, lo único que hacia era dormir y comer las pocas galletas que me daban en el día. Así que solo hice una cosa. 

Bajo tus redesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora