Las cosas se complicaron en casa desde aquel suceso. Tenía cuatro malditos años, yo no entendía nada de lo que sucedía, solo notaba esa distancia entre mamá y papá.
Yo simplemente me dedicaba a ser buena en el colegio ya jugar con mis muñecas. ¿Sabéis que? Nunca fui como las demás niñas, que jugaban a ser mamás y llevaban sus '' nenucos '' al parque; a mi nunca me han gustado ese tipo de juegos, ni si quiera las barbies me hacían gracia, yo tiraba más para las '' monster hight ''
Un día una chica colombiana de unos 34 años, casada y con un hijo un año mayor que yo, se mudaron a mi barrio y abrieron un bar en la esquina.
Mi padre era el típico hombre que siempre pasaba por el bar con su barriga cerbecera.
Era normal que mi padre se encontrara ahí casi todo el tiempo. Pronto el hijo de la dueña del bar se convirtió en mi mejor amigo, Juan Abel (el primer nombre se pronunciaba como Yuan) El pasaba las 24/7 en mi casa, si teníamos deberes los hacíamos juntos, si estábamos mal nos alegrábamos uno al otro. Nuestra familias se llevaban super bien y sus padres siempre estaban trabajando, a mi madre le daba mucha pena que el pobre niño se quedara en casa solo.
Gracias a la llegaba de la familia García todo mejoró. Mamá y papá volvieron a ser un matrimonio, siempre con alguna discusión, pero yo me sentí feliz, Megara (mi madre) era feliz, José (mi padre) era feliz; pensé en que por fin seríamos felices, tranquilos, una familia normal, con sus amigos, sus vacaciones ...
Incluso ambas familia nos fuimos de vacaciones de verano a el mismo hotel. Aquella colombiana, Diana era su nombre, era la mejor amiga de mi madre; eran como dos adolescentes que se contaban todo y siempre estaban hablando.
Papá ganaba dinero en su puesto de mercadillo, a mamá a penas le llegaba para comprar comida por una semana; su marido era muy egoísta con el dinero y ni un céntimo le daba. Megara iba a la habitación de su marido cuando el estaba en el bar, y le quitaba algo de dinero, papá no solía contar el dinero, así que mi madre cogía dinero y cuando podía, ponía el dinero que quitaba.
Papá se había dejado el móvil un día en casa.
Yo como solo tenía seis o cinco años ... pues no me enteraba de mucho. Pero ya empezaba a recordar y no exactamente cosas buenas.
Como iba diciendo, era la mañana de un domingo. Mamá no trabajaba esos días, papá si- el día de descanso de papá eran los miércoles-
Su móvil empezó a vibrar, mientras Megara limpiaba el cuarto.
Su curiosidad la invadió y como papá era más tonto de lo que parecía (no tenía contraseña)
Lo cogió.
Mejor que no lo hubiera hecho.
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-Alba, vamos tranquila- dijo Alexandro persiguiéndome por todo el apartamento, mientras yo no paraba de dar vueltas.
-No, Alexandro, no. I can't. Voy de nuevo a mi casa, porque creo que algo no va bien, ¿cómo quieres que esté tranquila? -Dije molesta.
El vino a mi y pasó sus brazos alrededor de mi torso y me puso contra su pecho. Yo le rodeé el cuello.
-¿Estás seguro que no quieres venir? - dije más calmada.
-Claro que quiero bruja- le encantaba llamarme así pues yo tenía una seria obsesión con Harry Potter y también por el que fue mi primer amor literario- Tengo mucho trabajo que hacer, en cuanto terminé, te prometo que iré. En navidades estaré allí ...
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QUERIDA NIÑA INMADURA
Non-FictionAlba ha crecido, Alba ya no es aquella tonta niña inocente e inmadura. Alba quiere expresarse, contar su historia. Ha vuelto para reencontrarse con el mundo y sobre todo para encontrarse a si misma. Pero habrá muchos obstáculos en el camino. Pero si...